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Estación, sazón

Estación, sazón

Una estación es un período de tiempo señalado por una actividad o ciertas condiciones climáticas. Puede llamársele sazón cuando este período corresponde a una coyuntura, ocasión o tiempo oportuno para hacer algo.

El ángulo de inclinación del eje de la Tierra con respecto al plano de la eclíptica en su movimiento de traslación alrededor del Sol da lugar a un ciclo de estaciones climáticas. Los cuerpos celestes señalan el paso del tiempo y sirven de indicadores de las estaciones. (Gé 1:14.) Génesis 8:22 dice que las estaciones de la Tierra “nunca cesarán”. Para más información sobre la correspondencia de los meses de los calendarios judío y gregoriano, fiestas y estaciones agrícolas, véase CALENDARIO.

Las estaciones agrícolas guardaban una estrecha relación con los períodos festivos anuales que estipulaba la ley mosaica (1Cr 23:31; 2Cr 31:3), por eso, cuando Pablo dio consejo a algunos cristianos judíos porque ‘observaban escrupulosamente días, meses y sazones’ (Gál 4:10), se refirió con este término a esos períodos festivos anuales, no a las estaciones agrícolas.

Por lo tanto, puede llamarse “sazón” a todo tiempo señalado, época o período que se distinga por unas determinadas características. (Hch 3:19 [“tiempos señalados”, nota]; Ro 8:18 [“época”]; Gál 6:9 [“debido tiempo”].) Cuando los cristianos comprendieron con claridad qué constituía la enseñanza saludable y la conducta correcta, puede decirse que llegó para ellos el “tiempo señalado” o sazón de estar despiertos. (Ro 13:11-14, nota.) Los adoradores de Jehová estaban profundamente interesados en los “tiempos o sazones”, períodos en los que se cumpliría Su voluntad con respecto a ciertos asuntos (Hch 1:7), y los fueron entendiendo a medida que se revelaban progresivamente. (1Te 5:1.)

Respecto a la duración de la morada de las naciones sobre la Tierra, Pablo dijo que Dios también les preordenó las “sazones” (NTI), o los “tiempos señalados” (Hch 17:26; “fijó a cada nación las épocas de su historia”, FF; véanse NBE, UN), en el sentido de que decidió cuándo o en qué sazón tendrían lugar ciertos cambios, como, por ejemplo, cuando llegó el tiempo señalado por Él para desarraigar a los habitantes cananeos de la Tierra Prometida. (Gé 15:13-21; Jer 25:8-11; Da 2:21; 7:12; véase TIEMPOS SEÑALADOS DE LAS NACIONES.)