INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA
Geografía de la Tierra Prometida
LA TIERRA que Dios le dio al antiguo Israel se caracteriza por una extraordinaria diversidad geográfica. En el norte se alzan montañas cubiertas de nieve, mientras que algunas zonas meridionales disfrutan de un clima tropical. En el interior hay llanuras fértiles, montes donde crecen árboles frutales y pastos, y desiertos desolados. En una extensión de tierra relativamente pequeña encontramos una geografía muy variada.
Una franja de terreno fértil bordea el litoral oriental del mar Mediterráneo. Al este se halla la Sefelá, región de colinas bajas donde abundan los viñedos y los olivares, y más al este, un macizo montañoso atraviesa la tierra de norte a sur como si fuera una enorme espina dorsal. A partir de ahí el terreno desciende bruscamente hasta la gran hendidura, que lo divide en sentido longitudinal. El Jordán serpentea a través de esta hendidura entre el mar de Galilea y el mar Salado. Al este del Jordán hay colinas fértiles y pastizales, y más allá, hacia el este, comienza el desierto de Arabia.
Cuando estaba en su máximo esplendor, la Tierra Prometida se asemejaba al jardín de Edén. De este modo, Israel fue un reflejo de lo que significará para toda la humanidad el paraíso que existirá bajo el reino de Dios.