Ligamentos
Haces de tejido fibroso de gran resistencia que mantienen unidas las articulaciones o enlazan en la debida posición cualquier órgano del cuerpo. Algunas versiones traducen la palabra griega syn·dé·smōn (una forma de sýn·de·smos), que aparece en Colosenses 2:19, por “ligámenes” (CP), “ligaduras” (Mod), “tendones” (NBE) y “ligamentos” (BJ, CB, FS, NC, NM, SA). La palabra sýn·de·smos, que significa “lazo; atadura; unión; vínculo”, se usa con referencia a los tendones o ligamentos. (Diccionario Griego Español, de F. I. Sebastián Yarza, 1984, pág. 706.) Este término griego se emplea también en las expresiones “lazo de injusticia” (Hch 8:23), “vínculo unidor de la paz” (Ef 4:3) y “vínculo perfecto de unión” (Col 3:14).
Cuando Pablo previno contra la “humildad ficticia” de alguien que hace profesión de ser cristiano, dijo: “No está firmemente adherido a la cabeza, a aquel de quien todo el cuerpo, suministrado y armoniosamente unido por medio de sus coyunturas y ligamentos [syn·dé·smōn], sigue creciendo con el crecimiento que Dios da”. (Col 2:18, 19.) Aquí se compara a la congregación cristiana ungida a un cuerpo con una cabeza. Se muestra la interdependencia de sus miembros al decir que está “armoniosamente unido por medio de sus coyunturas y ligamentos”; por lo tanto, Pablo usa la expresión “ligamentos” de manera metafórica con relación al cuerpo espiritual de Cristo, que tiene a Jesús como su cabeza. Como tal, Jesús satisface las necesidades de los miembros del cuerpo mediante las “coyunturas y ligamentos”, es decir, proporciona los medios y las disposiciones necesarias para suministrar el alimento espiritual, además de comunicación y coordinación. (Compárese con 1Co 12:12-30; Jn 15:4-10.) En el cuerpo humano literal, cada miembro desempeña un papel para su buen funcionamiento y crecimiento, pues recibe y transmite nutrimento y órdenes a otros miembros del cuerpo. Las circunstancias son similares en el caso del cuerpo congregacional de Cristo.