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Omrí

Omrí

 

1. Quinto hijo mencionado por nombre de los nueve hijos o descendientes de Béker, hijo de Benjamín. (1Cr 7:6, 8.)

2. Príncipe de la tribu de Isacar durante el reinado de David; era hijo de Miguel. (1Cr 27:18, 22.)

3. Sexto rey del reino septentrional de diez tribus de Israel. No se registra nada del linaje de Omrí, ni siquiera el nombre de su padre o de su tribu. Se sabe que fundó la tercera dinastía de Israel, precedida por las de Jeroboán y Baasá, y que le sucedieron en el trono su hijo Acab y sus nietos Ocozías y Jehoram. Entre los cuatro sumaron unos cuarenta y seis años (c. 951-905 a. E.C.) de reinado. Atalía, la nieta de Omrí, gobernó seis años sobre el trono de Judá. (2Re 8:26; 11:1-3; 2Cr 22:2.) En el Obelisco Negro de Salmanasar III se dice que Jehú, quien acabó con la casa de Acab y fundó la siguiente dinastía de Israel, era “hijo [es decir, sucesor] de Omrí”. (La Sabiduría del Antiguo Oriente, edición de J. B. Pritchard, 1966, pág. 226.) De hecho, mucho tiempo después de haber terminado el gobierno de sus descendientes, los asirios, como tributo a su poder, continuaron llamando a Israel “la tierra de Omrí” y a los reyes de Israel, “la casa de Omrí”.

Omrí no subió al trono por derecho de herencia, sino por la espada. Era el jefe del ejército de Israel bajo el rey Elah (y quizás también bajo su predecesor, Baasá) cuando Zimrí, el jefe que tenía a su cargo la mitad de los carros, derrocó a Elah, se apoderó del reino y acabó con la casa y los amigos de Baasá. Tan pronto como se informó de este suceso al ejército israelita, que en aquel entonces estaba acampado contra los filisteos en Guibetón, “todo Israel”, seguramente los cabezas tribales que había “en el campamento”, hicieron rey a Omrí. En seguida se retiraron de Guibetón y asaltaron Tirzá, la ciudad capital de Zimrí. Este, al verse en una situación desesperada, “quemó con fuego sobre sí la casa del rey”, y así puso un trágico fin a su gobierno de siete días. (1Re 16:8-20.)

Pero a Omrí se le presentó un nuevo rival: Tibní, hijo de Guinat. El pueblo permaneció dividido por unos cuatro años, durante los cuales se debió pelear una guerra civil hasta que los partidarios de Omrí derrotaron a los de Tibní y le aseguraron la gobernación indiscutida. Zimrí había muerto en el año vigésimo séptimo del rey Asá de Judá (c. 951 a. E.C.). (1Re 16:15-18.) Finalmente, en el año trigésimo primero de Asá (c. 947 a. E.C.) murió Tibní, sin que el registro explique cómo, y dejó a Omrí ocho años de dominio exclusivo. (1Re 16:21-23, 29; véase CRONOLOGÍA.)

Al rey Omrí se le atribuye “poderío”. (1Re 16:27.) La Piedra Moabita registra en las líneas cuarta a octava que Omrí sojuzgó a Moab, una dominación que continuó durante el reinado de Acab. (2Re 3:4.) Hacia la mitad de su reinado, Omrí tomó la sabia decisión de trasladar su capital de Tirzá, una ciudad que había capturado con mucha facilidad. Compró la montaña que pertenecía a Sémer, muy adecuada como fortaleza, y edificó allí una nueva ciudad, Samaria, capaz de resistir sitios prolongados. (1Re 16:23, 24.) Las inscripciones cuneiformes le llaman fundador de Samaria, que además fue el lugar donde se le enterró. (1Re 16:28.) En el transcurso de su reinado, Omrí se encontró con diversos reveses, como tener que entregar algunas ciudades al rey de Siria (1Re 20:34) y pagar tributo a Asiria, siendo el primer rey israelita en hacerlo.

En el campo religioso, Omrí continuó la tendencia decadente del reino norteño: continuó con la idolatría de Jeroboán, de hecho, “siguió haciendo lo que era malo a los ojos de Jehová, y llegó a hacer peor que todos los que fueron antes de él”. (1Re 16:25, 26.) Unos doscientos años después, Jehová condenó a Israel mediante Miqueas por seguir “los estatutos de Omrí”. (Miq 6:16.)

4. Hombre de Judá cuyo descendiente moró en Jerusalén tras el exilio babilonio. (1Cr 9:3, 4.)