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Estudio número 4: La Biblia y su canon

Estudio número 4: La Biblia y su canon

Estudios sobre las Escrituras inspiradas e información relacionada

Estudio número 4: La Biblia y su canon

El origen de la palabra “Biblia”; determinación de los libros que legítimamente pertenecen a la Biblioteca Divina; rechazamiento de los libros apócrifos.

1, 2. a) ¿Qué significado general tiene la palabra griega bi·blí·a? b) ¿Cómo se usan en las Escrituras Griegas Cristianas esta palabra y otras asociadas? c) ¿Cómo se introdujo en la lengua española la palabra “Biblia”?

 PUESTO que comúnmente la gente llama a las Escrituras inspiradas la Biblia, es interesante investigar el origen y significado de la palabra “Biblia”. Esta se deriva de la palabra griega bi·blí·a, que significa “libritos”. A su vez, bi·blí·a se deriva de bí·blos, palabra que describe la parte interior de la planta del papiro, de la cual en la antigüedad se producía un “papel” para escribir. (Con el tiempo el puerto fenicio de Guebal, por el cual entraba el papiro que se importaba de Egipto, fue llamado Biblos por los griegos. Véase Josué 13:5, nota.) A diversas comunicaciones que se escribieron sobre este tipo de material se les aplicó el término bi·blí·a. Así, con bi·blí·a se llegó a describir cualesquier escritos, rollos, libros, documentos o escritura sagrada o hasta una colección de libros pequeños de alguna biblioteca.

2 Es sorprendente que por lo general la misma palabra “Biblia” no se encuentra en el texto de traducciones de las Santas Escrituras al español o a otros idiomas. Sin embargo, para el siglo II a.E.C. a la colección de los libros inspirados de las Escrituras Hebreas se la llamaba ta bi·blí·a en griego. En Daniel 9:2 el profeta escribió: “Yo mismo, Daniel, discerní por los libros [...]”. Aquí la Septuaginta tiene bí·blois, la forma plural del dativo de bí·blos. En 2 Timoteo 4:13 Pablo escribió: “Cuando vengas, trae [...] los rollos [griego: bi·blí·a]”. En sus diversas formas gramaticales, las palabras griegas bi·blí·on y bí·blos aparecen más de 40 veces en las Escrituras Griegas Cristianas, y por lo general se traducen “rollo(s)” o “libro(s)”. Posteriormente bi·blí·a se usó en latín como palabra en número singular, y del latín la palabra “Biblia” pasó al español.

3. ¿Qué testimonio dieron de que la Biblia es la Palabra inspirada de Dios sus escritores?

3 Es la Palabra de Dios. Aunque se utilizó a varios hombres para escribir la Biblia por inspiración, y otros han participado en traducirla de las lenguas originales a las lenguas escritas de hoy, la Biblia es, en el sentido más completo, la Palabra de Dios, su propia revelación inspirada a los hombres. Los escritores inspirados mismos la consideraron así, como lo evidencia el que hayan usado frases como “expresión de la boca de Jehová” (Deu. 8:3), “dichos de Jehová” (Jos. 24:27), “mandamientos de Jehová” (Esd. 7:11), “ley de Jehová” (Sal. 19:7), “palabra de Jehová” (Isa. 38:4), ‘expresión de Jehová’ (Mat. 4:4) y “palabra de Jehová” (1 Tes. 4:15).

LA BIBLIOTECA DIVINA

4. ¿De qué se compone la Biblia, y quién ha determinado eso?

4 Lo que hoy día el hombre conoce como la Biblia es de hecho una colección de documentos antiguos producidos por inspiración divina. Su composición y compilación en forma escrita se extendió por un período de 16 siglos. En conjunto esta colección de documentos forma lo que Jerónimo bien describe en latín como la Bibliotheca Divina, o la Biblioteca Divina. Esta biblioteca tiene un catálogo o lista oficial de publicaciones, una lista que está limitada a los libros que caen dentro del ámbito y la especialización de esa biblioteca. Todo libro sin autorización queda excluido. Jehová Dios es el Gran Bibliotecario que establece la norma que determina los escritos que deben ser parte de la biblioteca. De modo que la Biblia tiene un catálogo fijo que contiene 66 libros, todos los cuales son producto del espíritu santo guiador procedente de Dios.

5. ¿Qué es el canon bíblico, y qué origen tuvo esta designación?

5 A menudo se llama canon bíblico a la colección o lista de los libros aceptados como Escritura genuina e inspirada. Originalmente la caña (hebreo: qa·néh) servía como vara de medir si no se tenía a la mano un trozo de madera. El apóstol Pablo aplicó la palabra griega ka·nón a una “regla de conducta” así como al “territorio” medido como asignación suya. (Gál. 6:16, nota; 2 Cor. 10:13.) Como se ve, los libros canónicos son los verdaderos e inspirados y dignos de usarse como regla para determinar la fe, la doctrina y la conducta correctas. Si usamos libros que no son “rectos” como una línea de plomada, nuestro “edificio” no estará bien alineado, y no será aprobado por el Inspector Supremo.

6. Mencione algunos factores que determinan la canonicidad de un libro.

6 Determinación de canonicidad. ¿Qué indicaciones divinas, entre otras, han determinado la canonicidad de los 66 libros de la Biblia? Ante todo, los documentos tienen que tratar de los asuntos de Jehová en la Tierra y dirigir a los hombres a Su adoración y estimular respeto profundo a su nombre y a su obra y propósitos en la Tierra. Tienen que evidenciar inspiración, es decir, dar prueba de que han sido producidos por espíritu santo. (2 Ped. 1:21.) No debe haber llamamiento a la superstición ni a la adoración de criaturas, sino, más bien, un llamamiento a manifestar amor y a servir a Dios. En ninguno de los escritos por sí mismo podría haber nada en pugna con la armonía interna del todo; más bien, cada libro, por su unidad con los demás, tendría que apoyar una sola autoría, la de Jehová Dios. También esperaríamos que los escritos mostraran exactitud en todo detalle. Además de estas cosas esenciales y básicas, hay otras indicaciones específicas de inspiración, y por lo tanto de canonicidad, según la naturaleza del contenido de cada libro, y estas se han considerado aquí en la información introductoria que se ha dado a cada libro de la Biblia. Además, hay circunstancias especiales que aplican a las Escrituras Hebreas y otras que aplican a las Escrituras Griegas Cristianas que ayudan a establecer el canon bíblico.

LAS ESCRITURAS HEBREAS

7. ¿Mediante qué pasos progresivos se completó el canon hebreo, y con qué debería armonizar toda nueva porción?

7 No debe pensarse que la aceptación de lo que constituía Escrituras inspiradas tuvo que aguardar hasta que se completara el canon hebreo en el siglo V a.E.C. Desde el mismo principio los escritos de Moisés bajo la dirección del espíritu de Dios fueron aceptados por los israelitas como inspirados, de autoría divina. Al completarse, el Pentateuco constituyó el canon que había hasta aquel tiempo. Las revelaciones adicionales de los propósitos de Jehová que se dieran por inspiración a los hombres tendrían que seguir lógicamente los principios fundamentales de la adoración verdadera que se dan en el Pentateuco, y conformarse a ellos. Al considerar aquí los diferentes libros de la Biblia hemos visto que esto es cierto, especialmente al ver que estos tratan directamente de ese grandioso tema de la Biblia: la santificación del nombre de Jehová y la vindicación de su soberanía mediante el Reino bajo Cristo, la Descendencia Prometida.

8. ¿Qué muestra que los libros proféticos de la Biblia son canónicos?

8 En las Escrituras Hebreas abunda especialmente la profecía. Jehová mismo, por medio de Moisés, suministró la base para determinar si una profecía era genuina, si realmente venía de Dios o no, y esto ayudó a determinar si un libro de profecía era canónico o no. (Deu. 13:1-3; 18:20-22.) Un examen de cada libro profético de las Escrituras Hebreas junto con la Biblia en su totalidad y la historia seglar establece fuera de duda que “la palabra” que ellos hablaron se dio en el nombre de Jehová, que aquella palabra sí ‘sucedió o se realizó’ —fuera completamente o en un cumplimiento en miniatura o parcial con relación a cosas todavía futuras— y que volvía a la gente hacia Dios. El que la profecía satisficiera estos requisitos la establecía como genuina e inspirada.

9. Cuando se considera la cuestión del canon bíblico, ¿qué importante factor debe tenerse presente?

9 Las citas por Jesús y los escritores inspirados de las Escrituras Griegas Cristianas suministran una manera directa de establecer la canonicidad de muchos de los libros de las Escrituras Hebreas, aunque esta medida no se puede aplicar a todos (por ejemplo, los libros de Ester y Eclesiastés). Por lo tanto, cuando consideramos el asunto de la canonicidad tenemos que tener presente otro factor importantísimo, uno que aplica a todo el canon bíblico. Tal como Jehová inspiró a ciertos hombres para que escribieran Sus comunicaciones divinas con el fin de instruirlos, edificarlos y estimularlos en la adoración y servicio a él, es lógico que Jehová también dirigiría y guiaría la compilación y verificación de los escritos inspirados y el establecimiento del canon bíblico. Haría esto para que no hubiera duda en cuanto a de qué estaba compuesta su Palabra de verdad y lo que constituiría el cordel de medir perdurable de la adoración verdadera. En realidad solo de esta manera se pudiera seguir dando a criaturas sobre la Tierra ‘un nuevo nacimiento mediante la palabra de Dios’ y solo así podrían estas dar testimonio de que “el dicho de Jehová dura para siempre”. (1 Ped. 1:23, 25.)

10. ¿Para cuándo estaba fijo el canon de las Escrituras Hebreas?

10 Establecimiento del canon hebreo. La tradición judía dice que Esdras empezó a compilar y catalogar el canon de las Escrituras Hebreas, y que Nehemías lo completó. Esdras ciertamente estaba bien equipado para un trabajo de aquella índole, pues él mismo fue uno de los escritores inspirados de la Biblia, así como sacerdote, erudito y copista oficial de escritos sagrados. (Esd. 7:1-11.) No hay razón para dudar del punto de vista tradicional de que el canon de las Escrituras Hebreas se había fijado para fines del siglo V a.E.C.

11. ¿Qué lista da el canon judío tradicional de las Escrituras Hebreas?

11 Hoy día contamos 39 libros de las Escrituras Hebreas; el canon judío tradicional, aunque consta de estos mismos libros, los cuenta como 24. Algunas autoridades que ponían Rut con Jueces y Lamentaciones con Jeremías salían con una cuenta de 22 libros, aunque todavía tenían exactamente los mismos escritos canónicos *. De este modo se hacía que el número de los libros inspirados fuera igual a la cantidad de letras del alfabeto hebreo. En la lista siguiente se indican los 24 libros según el canon tradicional judío:

 La Ley (El Pentateuco)

  1. Génesis

  2. Éxodo

  3. Levítico

  4. Números

  5. Deuteronomio

 Los Profetas

  6. Josué

  7. Jueces

  8. Samuel (Primero y Segundo juntos como un solo libro)

  9. Reyes (Primero y Segundo juntos como un solo libro)

 10. Isaías

 11. Jeremías

 12. Ezequiel

 13. Los Doce Profetas (Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías y Malaquías, como un solo libro)

 Los Escritos (Hagiógrafos)

 14. Salmos

 15. Proverbios

 16. Job

 17. El Cantar de los Cantares

 18. Rut

 19. Lamentaciones

 20. Eclesiastés

 21. Ester

 22. Daniel

 23. Esdras (Nehemías se ponía junto con Esdras)

 24. Crónicas (Primero y Segundo juntos como un solo libro)

12. ¿Qué otros datos confirman el canon hebreo, y con qué escritos terminó?

12 Este fue el catálogo o canon que aceptaron como Escritura inspirada Cristo Jesús y la congregación cristiana primitiva. Solo de estos escritos citaron los escritores inspirados de las Escrituras Griegas Cristianas, y al introducir aquellas citas con expresiones por el estilo de “como está escrito” los confirmaban como la Palabra de Dios. (Rom. 15:9.) Jesús, en una mención de todas las Escrituras inspiradas que se habían escrito hasta el tiempo de su ministerio, hizo referencia a lo registrado en “la ley de Moisés y en los Profetas y en los Salmos”. (Luc. 24:44.) Aquí se usa “Salmos”, el primer libro de los Hagiógrafos o Escritos, para referirse a toda esta sección. El último libro histórico que se incluyó en el canon hebreo fue el de Nehemías. Se ve que esto se hizo bajo la dirección del espíritu de Dios por el hecho de que solo este libro suministra el punto de partida que permite el cálculo de la sobresaliente profecía de Daniel de que “desde la salida de la palabra de restaurar y reedificar a Jerusalén” hasta la venida del Mesías habría un período de 69 semanas proféticas. (Dan. 9:25; Neh. 2:1-8; 6:15.) El libro de Nehemías también suministra el marco histórico para el último de los libros proféticos, Malaquías. No puede dudarse que Malaquías pertenece al canon de las Escrituras inspiradas, pues hasta Jesús, el Hijo de Dios, citó de él varias veces. (Mat. 11:10, 14.) Aunque se hacen citas semejantes de la mayoría de los libros del canon hebreo, todos los cuales fueron escritos antes de Nehemías y Malaquías, los escritores de las Escrituras Griegas Cristianas no citan de ninguno de los supuestos escritos inspirados de después del tiempo de Nehemías y Malaquías y antes del tiempo de Cristo. Esto confirma el punto de vista tradicional de los judíos, y también lo que creía la congregación cristiana del primer siglo E.C., en el sentido de que el canon de las Escrituras Hebreas se había cerrado con los escritos de Nehemías y Malaquías.

LIBROS APÓCRIFOS DE LAS ESCRITURAS HEBREAS

13. a) ¿Qué son los libros apócrifos? b) ¿Cómo sucedió que se les aceptara en el canon católico romano?

13 ¿Qué son los libros apócrifos? Son los escritos que algunos han incluido en ciertas Biblias pero que otros han rechazado porque no manifiestan inspiración por Dios. La palabra griega a·pó·kry·fos se refiere a cosas ‘cuidadosamente ocultas’. (Mar. 4:22; Luc. 8:17; Col. 2:3.) Ese término se aplica a libros de dudosa autoría o autoridad, o a libros que, aunque considerados de algún valor para lectura personal, carecían de prueba de inspiración divina. Estos libros se mantenían separados y no se leían en público, y de ahí la idea de ‘ocultos’. En el Concilio de Cartago, en 397 E.C., se propuso que siete de los libros apócrifos fueran añadidos a las Escrituras Hebreas, junto con añadiduras a los libros canónicos de Ester y Daniel. Con todo, no fue sino hasta mucho tiempo después, en 1546, en el Concilio de Trento, cuando la Iglesia Católica Romana confirmó definitivamente la aceptación de estas añadiduras en su catálogo de libros bíblicos. Estas añadiduras fueron: Tobías, Judit, unas añadiduras a Ester, Sabiduría, Eclesiástico, Baruc, tres añadiduras a Daniel, Primero de Macabeos y Segundo de Macabeos.

14. a) ¿Por qué es interesante Primero de Macabeos? b) ¿Qué autoridades nunca hicieron referencia a los libros apócrifos, y por qué?

14 Aunque no hay ninguna razón para considerar como libro inspirado el de Primero de Macabeos, este contiene información que es de interés histórico. Suministra un relato de la lucha de los judíos por la independencia durante el siglo II a.E.C. bajo el liderato de la familia sacerdotal de los Macabeos. Los demás libros apócrifos están llenos de mitos y supersticiones y contienen muchísimos errores. Ni Jesús ni los escritores de las Escrituras Griegas Cristianas los mencionaron ni citaron alguna vez.

15, 16. ¿Cómo indicaron Josefo y Jerónimo cuáles son los libros canónicos?

15 El historiador judío Flavio Josefo, del siglo primero de la era común, en su libro Contra Apión (Libro I, cap. 8, secciones 38-41), hace referencia a todos los libros que los hebreos reconocían como sagrados. Escribió: “No existe entre nosotros un sinnúmero de libros en desacuerdo y en contradicción, sino solamente veintidós [el equivalente de nuestros 39 libros de hoy, como se muestra en el párrafo 11] que contienen los anales de todos los tiempos y se granjean un justo crédito. Son estos, en primer lugar, los libros de Moisés, en número de cinco, que comprenden las leyes y la tradición desde la creación de los hombres hasta su propia muerte. [...] Desde la muerte de Moisés hasta Artajerjes, sucesor de Jerjes en el trono de Persia, los profetas que siguieron a Moisés contaron la historia de su tiempo en trece libros. Los cuatro últimos contienen himnos dirigidos a Dios y preceptos morales para los hombres”. Así Josefo muestra que el canon de las Escrituras Hebreas se había fijado mucho antes del primer siglo de la era común.

16 El escriturario Jerónimo, quien completó la traducción Vulgata latina de la Biblia alrededor de 405 E.C., se expresó muy claramente en cuanto a lo que opinaba de los libros apócrifos. Después de dar la lista de los libros inspirados, contándolos como lo había hecho Josefo, de modo que los 39 libros inspirados de las Escrituras Hebreas aparezcan como 22, escribe en su prólogo de los libros de Samuel y Reyes en la Vulgata: “Así que hay veintidós libros [...] Este prólogo de las Escrituras nos fortalece en nuestra manera de tratar con todos los libros que traducimos del hebreo al latín; para que sepamos que lo que exceda de estos tiene que ponerse entre los apócrifos”.

LAS ESCRITURAS GRIEGAS CRISTIANAS

17. ¿Qué responsabilidad dice que tiene la Iglesia Católica Romana, pero quién realmente determinó qué libros componen el canon bíblico?

17 La Iglesia Católica Romana dice que tiene la responsabilidad de decidir cuáles son los libros que deben fomar parte del canon bíblico, y hace referencia al Concilio de Cartago (397 E.C.), donde se formuló un catálogo de libros. Pero lo cierto es lo contrario, porque para entonces ya se había fijado el canon, con inclusión de la lista de los libros que componían las Escrituras Griegas Cristianas, no por el decreto de algún concilio, sino por la dirección del espíritu santo de Dios... el mismo espíritu que, para empezar, inspiró la escritura de aquellos libros. El testimonio de catalogadores posteriores no inspirados es valioso solamente como reconocimiento del canon bíblico, que el espíritu de Dios había autorizado.

18. ¿Qué importantes conclusiones pueden sacarse del cuadro de catálogos antiguos de las Escrituras Griegas Cristianas?

18 La prueba que presentan catálogos antiguos. Un vistazo al cuadro acompañante revela que varios catálogos del siglo IV de las Escrituras Cristianas, fechados antes del concilio que acabamos de mencionar, están en exacta concordancia con nuestro canon actual, y otros solo omiten Revelación (Apocalipsis). Antes del fin del siglo II se aceptan universalmente los cuatro Evangelios, Hechos y 12 cartas del apóstol Pablo. Solo de algunos de los escritos más pequeños se dudaba en ciertas zonas. Esto probablemente se debía a que por una razón u otra aquellos escritos no habían circulado mucho al principio, por lo cual les tomó más tiempo ser aceptados como canónicos.

19. a) ¿Qué documento sobresaliente se ha hallado en Italia, y de cuándo es? b) ¿Cómo define este el canon que se aceptaba entonces?

19 Uno de los más interesantes catálogos antiguos es el fragmento que descubrió L. A. Muratori en la Biblioteca Ambrosiana de Milán, Italia, y que él publicó en 1740. Aunque le falta el principio, el que llame a Lucas el tercer Evangelio indica que primero mencionaba a Mateo y Marcos. El Fragmento Muratoriano, que está en latín, data de la última parte del siglo II E.C. Es un documento sumamente interesante, como lo muestra la siguiente traducción parcial: “El tercer libro del Evangelio es según Lucas. Lucas, el bien conocido médico, lo escribió en su propio nombre [...] El cuarto libro del Evangelio es el de Juan, uno de los discípulos. [...] Y así para la fe de los creyentes no hay discordia, aun cuando se den diferentes selecciones por los hechos que hay en cada libro de los Evangelios, porque en todos [ellos] bajo el único Espíritu guiador se han declarado todas las cosas sobre su nacimiento, pasión, resurrección, conversación con sus discípulos, y su advenimiento doble, el primero en la humillación que surge del desprecio, que ya tuvo lugar, y el segundo en la gloria del poder regio, que no ha venido todavía. Por eso, es maravilloso que Juan afirme tan consecuentemente en sus epístolas estas varias cosas, y diga en persona: ‘lo que hemos visto con nuestros ojos, y oído con nuestros oídos, y nuestras manos han manejado, esas cosas hemos escrito’. Pues así no solo afirma que es testigo ocular, sino también oidor y narrador de todas las cosas maravillosas del Señor, en su orden. Además, los hechos de todos los apóstoles están escritos en un solo libro. Lucas los compiló [así] para el excelentísimo Teófilo [...] Ahora bien, las epístolas de Pablo, cuáles son, desde dónde o por qué se enviaron, ellas mismas aclaran eso a quien quiera entender. Ante todo, él escribió extensamente a los corintios para prohibirles el cisma de la herejía, entonces a los gálatas [contra] la circuncisión, y a los romanos sobre el orden de las Escrituras, dando a saber también que Cristo es el asunto principal en ellas... cada una de las cuales tenemos que considerar, pues el bendito apóstol Pablo mismo, siguiendo el ejemplo de su predecesor Juan, solo escribe a siete iglesias por nombre en el siguiente orden: a los corintios (primero), a los efesios (segundo), a los filipenses (tercero), a los colosenses (cuarto), a los gálatas (quinto), a los tesalonicenses (sexto), a los romanos (séptimo). Pero aunque escribe dos veces para dar corrección a los corintios y a los tesalonicenses, el que hay una sola iglesia difundida por toda la Tierra se muestra [?i.e., por esta escritura séptupla]; y Juan también en el Apocalipsis, aunque escribe a siete iglesias, sin embargo habla a todas. Pero [él escribió] por afecto y amor una a Filemón, y una a Tito y dos a Timoteo; [y estas] se consideran sagradas en la estimación honorable de la Iglesia. [...] Además, una epístola de Judas y dos que llevan el nombre de Juan se cuentan [...] Solo recibimos los apocalipsis de Juan y de Pedro, y este [último] algunos de nosotros no deseamos que se lea en la iglesia” (The New Schaff-Herzog Encyclopedia of Religious Knowledge, 1956, tomo VIII, página 56).

20. a) ¿Cómo se explica el que se omitan una de las cartas de Juan y una de las cartas de Pedro? b) Entonces, ¿cuán estrecha es la correspondencia entre este catálogo y nuestro catálogo de hoy?

20 Se nota que hacia el fin del Fragmento Muratoriano solo se mencionan dos epístolas de Juan. No obstante, sobre este punto la enciclopedia mencionada, en la página 55, señala que estas dos epístolas de Juan “solo pueden ser la segunda y la tercera, cuyo escritor se llama a sí mismo sencillamente ‘el anciano’. Puesto que ya había considerado la primera, aunque solo de paso, con relación al Cuarto Evangelio, y allí había declarado que sin lugar a dudas creía que venía de Juan, el autor pensó que aquí podía limitarse a las dos cartas más pequeñas”. En cuanto a que aparentemente no se mencione la primera epístola de Pedro, esta fuente pasa a decir: “La hipótesis más probable es que se perdieron unas cuantas palabras, quizás una línea, en que se mencionaba que I Pedro y el Apocalipsis de Juan se habían recibido”. Por lo tanto, desde el punto de vista del Fragmento Muratoriano, en la página 56 esta enciclopedia llega a esta conclusión: “Se considera que el Nuevo Testamento está compuesto, definitivamente, de los cuatro Evangelios, los Hechos, trece epístolas de Pablo, el Apocalipsis de Juan, probablemente tres epístolas de él, Judas y quizás I Pedro, mientras seguía oyéndose oposición a otro escrito de Pedro”.

21. a) ¿Por qué son interesantes los comentarios de Orígenes sobre los escritos inspirados? b) ¿Qué reconocieron escritores posteriores?

21 Alrededor del año 230 E.C. Orígenes aceptó entre las Escrituras inspiradas los libros de Hebreos y Santiago, que faltan en el Fragmento Muratoriano. Aunque él indica que algunos dudaban de su canonicidad, esto también muestra que para ese tiempo se aceptaba la canonicidad de la mayor parte de las Escrituras Griegas, y solo unos cuantos dudaban de algunas de las epístolas menos conocidas. Más tarde, Atanasio, Jerónimo y Agustín reconocieron las conclusiones a que se había llegado en listas anteriores al definir como el canon los mismos 27 libros que ahora tenemos *.

22, 23. a) ¿Cómo se prepararon las listas de los catálogos del cuadro? b) ¿A qué parece deberse el que no hubiera tales listas antes del Fragmento Muratoriano?

22 La mayoría de los catálogos del cuadro son listas específicas que muestran cuáles eran los libros que se aceptaban como canónicos. Los de Ireneo, Clemente de Alejandría, Tertuliano y Orígenes se completan con las citas que ellos hicieron, que revelan cómo consideraban los escritos a que hacen referencia. A estos se añade la información que suplen los registros del historiador antiguo Eusebio. Sin embargo, el que estos escritores no mencionen ciertos escritos canónicos no es un argumento contra la canonicidad de estos. Simplemente sucedió que no se refirieron a ellos en sus escritos, fuera porque optaron por no hacerlo o debido a los asuntos que consideraban. Pero ¿por qué no hallamos listas exactas de antes del Fragmento Muratoriano?

23 Solo cuando se presentaron en la escena críticos como Marción, de a mediados del siglo II E.C., surgió la cuestión de qué libros debían aceptar los cristianos. Marción construyó su propio canon para que cuadrara con sus doctrinas: tomó solo algunas cartas del apóstol Pablo y una forma “corregida” del Evangelio de Lucas. Esto, junto con la masa de literatura apócrifa que para entonces se esparcía por todo el mundo, fue lo que llevó a las declaraciones que hicieron unos catalogadores en cuanto a los libros que aceptaban como canónicos.

24. a) ¿Qué caracteriza a los escritos apócrifos del “Nuevo Testamento”? b) ¿Qué dicen de estos los doctos?

24 Escritos apócrifos. La prueba interna confirma la división clara que se hizo entre los escritos inspirados cristianos y obras que eran espurias o no inspiradas. Los escritos apócrifos son muy inferiores, y a menudo fantásticos y pueriles. Con frecuencia son inexactos *. Note lo que han dicho unos doctos sobre estos libros no canónicos:

 “No se trata de que alguien los haya excluido del Nuevo Testamento: ellos se han hecho eso a sí mismos” (M. R. James, The Apocryphal New Testament, páginas XI, XII).

 “Solo tenemos que comparar el conjunto de nuestros libros del Nuevo Testamento con otra literatura del género para comprender lo extensa que es la brecha que separa a unos de los otros. A menudo se dice que en verdad los evangelios no canónicos son la mejor prueba a favor de los canónicos” (G. Milligan, The New Testament Documents, página 228).

 “De ningún escrito de fuera del Nuevo Testamento que se haya conservado para nosotros desde el período primitivo de la Iglesia pudiera decirse que puede añadirse apropiadamente hoy al Canon” (K. Aland, The Problem of the New Testament Canon, página 24).

25. ¿Qué datos conocidos sobre cada escritor de las Escrituras Griegas Cristianas dan apoyo a la inspiración de estos escritos?

25 Escritores inspirados. Este punto adicional es de interés. Todos los escritores de las Escrituras Griegas Cristianas estuvieron de una manera u otra estrechamente asociados con la junta administrativa o cuerpo gobernante original de la congregación cristiana, que incluía a apóstoles a quienes Jesús había escogido personalmente. Mateo, Juan y Pedro estuvieron entre los primeros 12 apóstoles, y Pablo fue seleccionado después como apóstol, pero no fue contado como uno de los 12 *. Aunque Pablo no estuvo presente en el derramamiento especial del espíritu en el Pentecostés, Mateo, Juan y Pedro estuvieron allí, junto con Santiago y Judas y probablemente Marcos. (Hech. 1:13, 14) Pedro cuenta específicamente las cartas de Pablo con “las demás Escrituras”. (2 Ped. 3:15, 16.) Marcos y Lucas estuvieron estrechamente asociados con Pablo y Pedro y los acompañaron en viajes. (Hech. 12:25; 1 Ped. 5:13; Col. 4:14; 2 Tim. 4:11.) Todos estos escritores fueron dotados de aptitudes milagrosas por espíritu santo, fuera por derramamiento especial como sucedió en el Pentecostés y cuando Pablo fue convertido (Hech. 9:17, 18) o, como debe haber sucedido en el caso de Lucas, mediante la imposición de las manos de los apóstoles. (Hech. 8:14-17.) Todas las Escrituras Griegas Cristianas se completaron durante el tiempo en que los dones especiales del espíritu funcionaban.

26. a) ¿Qué aceptamos como la Palabra de Dios, y por qué? b) ¿Cómo debemos mostrar aprecio por la Biblia?

26 La fe en el Dios todopoderoso, que es el Inspirador y Conservador de su Palabra, nos hace confiar en que él ha guiado el juntar sus diversas partes. Por eso, con confianza aceptamos los 27 libros de las Escrituras Griegas Cristianas junto con los 39 libros de las Escrituras Hebreas como la única Biblia, por el único Autor, Jehová Dios. Su Palabra en sus 66 libros es nuestra guía, y la armonía y el equilibrio que hay en toda ella dan testimonio de que está completa. ¡Toda alabanza vaya a Jehová Dios, el Creador de este libro incomparable! Puede equiparnos completamente y colocar nuestros pies en el camino a la vida. Usémoslo sabiamente en toda oportunidad.

[Notas a pie de página]

^ Encyclopaedia Judaica, 1973, tomo 4, columnas 826, 827.

^ The Books and the Parchments, 1963, F. F. Bruce, página 112.

^ Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1, páginas 154-158.

^ Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1, página 162.

[Preguntas del estudio]

[Tabla en la página 303]

(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)

Sobresalientes catálogos antiguos de las Escrituras Griegas Cristianas

A - Aceptado sin cuestiones como bíblico y canónico

D - Dudado en algunos lugares

DA - Dudado en algunos lugares, pero el catalogador lo aceptó

como bíblico y canónico

? - Doctos están en incertidumbre sobre la lectura del texto o

qué se opina de un libro mencionado

- Un espacio en blanco indica que la autoridad implicada no

usó ni mencionó el libro

Nombre Fragmento Ireneo, Clemente de Tertuliano,

y Muratoriano, Asia Menor Alejandría África del

lugar Italia norte

Fecha

aproximada E.C. 170 180 190 207

Mateo A A A A

Marcos A A A A

Lucas A A A A

Juan A A A A

Hechos A A A A

Romanos A A A A

1 Corintios A A A A

2 Corintios A A A A

Gálatas A A A A

Efesios A A A A

Filipenses A A A A

Colosenses A A A A

1 Tesalonicenses A A A A

2 Tesalonicenses A A A A

1 Timoteo A A A A

2 Timoteo A A A A

Tito A A A A

Filemón A A

Hebreos D DA DA

Santiago ?

1 Pedro A? A A A

2 Pedro D? A

1 Juan A A DA A

2 Juan A A DA

3 Juan A?

Judas A DA A

Revelación A A A A

Nombre Orígenes, Eusebio, Cirilo de Lista de

y Alejandría Palestina Jerusalén Cheltenham,

lugar África del

norte

Fecha

aproximada E.C. 230 320 348 365

Mateo A A A A

Marcos A A A A

Lucas A A A A

Juan A A A A

Hechos A A A A

Romanos A A A A

1 Corintios A A A A

2 Corintios A A A A

Gálatas A A A A

Efesios A A A A

Filipenses A A A A

Colosenses A A A A

1 Tesalonicenses A A A A

2 Tesalonicenses A A A A

1 Timoteo A A A A

2 Timoteo A A A A

Tito A A A A

Filemón A A A A

Hebreos DA DA A

Santiago DA DA A

1 Pedro A A A A

2 Pedro DA DA A D

1 Juan A A A A

2 Juan DA DA A D

3 Juan DA DA A D

Judas DA DA A

Revelación A DA A

Nombre Atanasio, Epifanio, Gregorio Anfiloquio,

y Alejandría Palestina Nacianceno, Asia Menor

lugar Asia Menor

Fecha

aproximada E.C. 367 368 370 370

Mateo A A A A

Marcos A A A A

Lucas A A A A

Juan A A A A

Hechos A A A A

Romanos A A A A

1 Corintios A A A A

2 Corintios A A A A

Gálatas A A A A

Efesios A A A A

Filipenses A A A A

Colosenses A A A A

1 Tesalonicenses A A A A

2 Tesalonicenses A A A A

1 Timoteo A A A A

2 Timoteo A A A A

Tito A A A A

Filemón A A A A

Hebreos A A A DA

Santiago A A A A

1 Pedro A A A A

2 Pedro A A A D

1 Juan A A A A

2 Juan A A A D

3 Juan A A A D

Judas A A A D

Revelación A DA D

Nombre Filastro, Jerónimo, Agustín, Tercer

y Italia Italia África del Concilio de

lugar norte Cartago,

África del

norte

Fecha

aproximada E.C. 383 394 397 397

Mateo A A A A

Marcos A A A A

Lucas A A A A

Juan A A A A

Hechos A A A A

Romanos A A A A

1 Corintios A A A A

2 Corintios A A A A

Gálatas A A A A

Efesios A A A A

Filipenses A A A A

Colosenses A A A A

1 Tesalonicenses A A A A

2 Tesalonicenses A A A A

1 Timoteo A A A A

2 Timoteo A A A A

Tito A A A A

Filemón A A A A

Hebreos DA DA A A

Santiago A DA A A

1 Pedro A A A A

2 Pedro A DA A A

1 Juan A A A A

2 Juan A DA A A

3 Juan A DA A A

Judas A DA A A

Revelación DA DA A A