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CAPÍTULO CUATRO

Jehová, el Dios que predice y cumple

Jehová, el Dios que predice y cumple

 1, 2. a) ¿Por qué les parece a muchas personas que nadie es capaz de controlar la situación actual? b) ¿Qué imagen de la personalidad de Jehová ofrecen los doce profetas?

 MUCHAS personas tienen la sensación de estar perdiendo el control de su vida. Al leer la prensa, se convencen de que la humanidad va de mal en peor y de que los intentos de arreglar los problemas del mundo solo consiguen agravar una situación irremediable. Cabe señalar que algunos de los doce profetas tuvieron inquietudes parecidas. Con todo, dejaron mensajes de esperanza que nos ayudan y que podemos usar para consolar al prójimo (Miqueas 3:1-3; Habacuc 1:1-4).

2 Estos doce libros exponen una idea clave: Jehová, el Soberano del universo, tiene pleno control sobre los asuntos del hombre y se interesa mucho por su bienestar. De hecho, cada uno de nosotros puede decir: “Él se preocupa por mí”. Los doce profetas ofrecen una imagen muy atrayente de “Jehová de los ejércitos”. Es cierto que muestran que, si él lo desea, “toca la tierra” y esta “se derrite”; pero también señalan que Dios da la siguiente garantía a sus siervos: “El que los toca a ustedes está tocando el globo de mi ojo” (Zacarías 2:8; Amós 4:13; 9:5). Cuando leemos pasajes en donde vemos que Dios se rige por el amor y que es misericordioso y perdonador, ¿verdad que nos conmovemos? (Oseas 6:1-3; Joel 2:12-14.) Claro, los escritos de estos profetas no exploran todos los detalles de la personalidad de Jehová; eso es algo que realizan los 66 libros de la Biblia en conjunto. Sin embargo, los doce que estamos estudiando son como una ventana que nos permite contemplar la atrayente manera de ser y actuar de nuestro Dios.

 3. ¿Cómo confirman los doce profetas que Jehová es un Dios que cumple su propósito?

3 Los doce profetas nos dan más razones para confiar en Jehová como Pronosticador del futuro y Realizador infalible de su propósito. En efecto, nos confirman que él convertirá la Tierra en un paraíso administrado por su Reino (Miqueas 4:1-4). Algunos de estos profetas mencionan los preparativos que hizo para que el Mesías viniera al mundo y rescatara a la humanidad del pecado y la muerte (Malaquías 3:1; 4:5). ¿Por qué es tan necesario examinar esta información?

EL AMOROSO SOBERANO CON PLENO CONTROL DE TODO

 4, 5. a) ¿Qué verdad esencial acerca de Dios destacaron los doce profetas? b) ¿Cómo influye en usted saber que Jehová es todopoderoso?

4 Recuerde que, como vimos en el capítulo anterior, Satanás cuestionó el derecho que Dios tiene de gobernar. Además, algunos ángeles manifestaron rebeldía contra Jehová y desconfianza en Sus motivos. Tales sentimientos los llevaron a desobedecerle y hacer estragos en la Tierra. Pues bien, es esencial que se respete y acate la soberanía de Dios, porque solo así reinarán el orden y la armonía en el universo, lo que incluye la paz entre los hombres. Con toda razón, Jehová está decidido a vindicar su soberanía. Veamos cómo aclaran este punto los doce libros proféticos.

5 Dado que los profetas eran mensajeros de Jehová, destacaron la posición sublime que él ocupa. Por ejemplo, Amós ensalza el nombre y la soberanía del Todopoderoso llamándolo veintiuna veces “Señor Soberano”. Este título indica que el Dios verdadero posee una grandeza inmensa y que nada escapa a su control (Amós 9:2-5; véase el recuadro “ Jehová, el Todopoderoso”). Es, sin duda, el único Soberano legítimo del universo, infinitamente superior a las imágenes sin vida que idolatra la gente (Miqueas 1:7; Habacuc 2:18-20; Sofonías 2:11). Como Jehová es el Creador de todas las cosas, posee el derecho natural de ejercer el poder soberano sobre todas ellas (Amós 4:13; 5:8, 9; 9:6). ¿Por qué es importante que tengamos presente este hecho?

 6. ¿Por qué puede decirse que el propósito de Dios incluye a todo tipo de personas?

6 ¿Ha sido usted víctima de la discriminación, la injusticia o el prejuicio? Si así es, le animará saber que nuestro amoroso Soberano se interesa por todo el mundo. Aunque en la antigüedad mantuvo una relación especial con una nación, anunció su propósito de beneficiar a gente de cualquier país e idioma. En efecto, Jehová es el “Señor verdadero de toda la tierra” (Miqueas 4:13). Y promete que su nombre “será grande entre las naciones” (Malaquías 1:11). Nuestro Padre celestial se da a conocer sin favoritismos, lo que permite que “hombres de todos los lenguajes de las naciones” acepten gustosos Su invitación a adorarlo (Zacarías 8:23).

 7. ¿Por qué es importante el significado del nombre Jehová?

7 Conocer el nombre divino tiene mucho que ver con conocer las cualidades de Jehová y los actos que él realizará (Salmo 9:10). En tiempos de Miqueas se difamaba este nombre porque muchos de quienes lo llevaban eran muy rebeldes. Debido a este hecho, el profeta inspirado puso de relieve “la superioridad del nombre de Jehová” y señaló que “la persona [dotada] de sabiduría práctica temerá [dicho] nombre” (Miqueas 5:4; 6:9). ¿Por qué destacó eso? Porque existe tan solo una esperanza realista de que el ser humano alcance un futuro perdurable, y esa esperanza está relacionada con el rico significado del nombre divino, a saber: “Él Hace que Llegue a Ser”. Lea Joel 2:26 y piense en lo satisfecho que puede sentirse de portar ese nombre y de hablarle a la gente acerca de Jehová, el Dios que llega a ser lo que haga falta para provecho de sus criaturas. Ciertamente, él ha demostrado que cuenta con la capacidad infinita de lograr lo que se proponga, y prueba de ello es que ha cumplido multitud de profecías proclamadas por los doce profetas.

 8. ¿Qué beneficios recibimos al conocer el nombre de Jehová?

8 Millones de personas se han beneficiado al aprender que Jehová siempre hace que se realice o cumpla lo que decide. Joel aludió a este hecho en las conocidas palabras que más tarde se citaron en las Escrituras Cristianas: “Todo el que invoque el nombre de Jehová escapará salvo” (Joel 2:32; Hechos 2:21; Romanos 10:13). En otra línea, Miqueas dijo: “Nosotros, por nuestra parte, andaremos en el nombre de Jehová nuestro Dios hasta tiempo indefinido, aun para siempre” (Miqueas 4:5). ¿Nos vemos incluidos en esas palabras? Si así es, estaremos entre los que, con toda confianza, “se refugiarán en el nombre de Jehová” cada vez que afronten persecución u otros problemas (Sofonías 3:9, 12; Nahúm 1:7).

 9. ¿Hasta qué punto controla Jehová a los gobernantes humanos?

9 Al leer estos libros proféticos, aumentará nuestra convicción de que Jehová tiene el control hasta sobre los gobernantes y demás personajes que toman las grandes decisiones. En realidad, él puede impulsarlos a actuar de acuerdo con su divina voluntad (Proverbios 21:1). Pensemos en Darío el Grande, rey de Persia. Aunque los enemigos de la adoración verdadera le pidieron que detuviera la reconstrucción del templo de Jehová en Jerusalén, él hizo todo lo contrario. Alrededor del año 520 antes de nuestra era, Darío volvió a poner en vigor el edicto de Ciro y respaldó la reedificación que llevaban a cabo los judíos. Más adelante, al presentarse otros obstáculos a esta obra, el gobernador judío Zorobabel recibió el siguiente mensaje divino: “‘No [se logrará] por una fuerza militar, ni por poder, sino por mi espíritu’, ha dicho Jehová de los ejércitos. ¿Quién eres tú, oh gran montaña? Delante de Zorobabel llegarás a ser una tierra llana” (Zacarías 4:6, 7). De igual modo, nada impedirá que Jehová destruya este sistema de cosas malvado y prepare un paraíso para el disfrute de sus siervos (Isaías 65:21-23).

10. ¿Qué controla también Dios, y por qué es notable este hecho?

10 Jehová también controla las fuerzas de la naturaleza. Este hecho es notable, pues si él lo desea, puede emplearlas para aniquilar a sus enemigos (Nahúm 1:3-6). Pero al mismo tiempo, puede proteger a sus siervos, como indica la siguiente descripción simbólica que hizo Zacarías: “Sobre ellos Jehová mismo será visto, y su flecha ciertamente saldrá [...] como el relámpago. Y el cuerno el Señor Soberano Jehová mismo tocará, y ciertamente irá con las tempestades de viento del sur” (Zacarías 9:14). Entonces, ¿tendrá él dificultades para demostrar que es muy superior a las naciones impías de la actualidad? ¡Ni mucho menos! (Amós 1:3-5; 2:1-3.)

FIEL CUMPLIDOR DE SUS PROMESAS

11, 12. a) ¿Por qué creían muchos que era imposible conquistar Nínive? b) En cumplimiento de la palabra profética de Dios, ¿qué le ocurrió a Nínive?

11 Imagínese que usted vive en el siglo IX antes de nuestra era, en lo que hoy conocemos como Oriente Medio. ¿De qué gran ciudad habrá oído hablar? Seguramente, de Nínive, ciudad asiria situada en la ribera oriental del río Tigris, a 900 kilómetros al nordeste de Jerusalén. Tal vez le hayan contado que es gigantesca, con un perímetro de 100 kilómetros. De hecho, quienes la han visitado afirman que compite con Babilonia en esplendor y que cuenta con palacios reales, templos, amplias calles, parques públicos y una imponente biblioteca. Además, algunos estrategas militares mencionan que sus murallas exteriores e interiores son enormes e impenetrables.

12 “¡Es imposible conquistarla!”, tuvo que decir mucha gente acerca de Nínive. Pero varios profetas de la diminuta nación de Judá reiteraron que Jehová había decretado la destrucción de aquella “ciudad de derramamiento de sangre”. Es cierto que se libró por un tiempo del castigo divino, pues sus habitantes respondieron al mensaje de Jonás. Sin embargo, volvieron a descarriarse, de modo que Nahúm dirigió las siguientes palabras proféticas a Nínive: “Una espada te cortará. [...] No hay alivio para tu catástrofe” (Nahúm 3:1, 7, 15, 19; Jonás 3:5-10). Por aquellos años, Dios predijo por boca de Sofonías que la ciudad quedaría arrasada (Sofonías 2:13). ¿Se cumpliría la palabra de Jehová? ¿Sería derrocada la potencia invencible de aquella época? La respuesta llegó hacia el año 632 antes de nuestra era, cuando los ejércitos babilonios, escitas y medos sitiaron Nínive y lograron entrar, aprovechando que unas inundaciones repentinas socavaron los muros (Nahúm 2:6-8). La poderosa capital se convirtió enseguida en un montón de ruinas, y hasta el día de hoy permanece deshabitada. a “La ciudad de tanto alborozo” fue incapaz de impedir que se cumpliera la palabra de Dios (Sofonías 2:15).

13. ¿Qué ejemplos hay del cumplimiento de las palabras de los doce profetas?

13 La devastación de Nínive no es más que una de tantas profecías bíblicas cumplidas. Si consultamos un mapa actual del Oriente Medio, ¿encontramos los nombres Ammón, Asiria, Babilonia, Edom o Moab? ¡Ni uno solo! Pues bien, los doce profetas anunciaron la caída de aquellos países que tan notables eran en su época (Amós 2:1-3; Abdías 1, 8; Nahúm 3:18; Sofonías 2:8-11; Zacarías 2:7-9). Uno tras otro, todos ellos fueron desapareciendo como naciones. Jehová anunció que se esfumarían, y así fue. Igualmente, aquellos profetas predijeron que un resto de los judíos cautivos volvería de Babilonia, y sus predicciones también se hicieron realidad.

14. ¿Qué buenas razones tenemos para centrar nuestra vida en torno a las promesas divinas?

14 Sin duda, los anteriores cumplimientos demuestran que Dios posee la capacidad de anunciar el futuro. Ahora bien, ¿qué efecto tiene este hecho en nuestra confianza en Jehová? Indudablemente, nos deja más seguros de que él es fiel a sus promesas y “que no puede mentir” (Tito 1:2). Además, Dios nos explica en su Palabra todo lo que necesitamos saber. Estas son buenas razones para centrar nuestra vida en torno a la obediencia a la voluntad de Dios y el estudio de sus infalibles palabras proféticas. Los doce libros no contienen tan solo predicciones que se materializaron en el pasado. Muchas de sus profecías se están realizando en la actualidad o lo harán en breve. Por lo tanto, los doce libros fortalecen nuestra confianza en las profecías referentes a nuestro tiempo y al futuro. Hacemos bien en tomarlas muy en serio.

¿Cómo se cumplió la profecía sobre Nínive, ciudad que parecía imposible de conquistar?

PADRE AMOROSO

15. ¿Cómo nos ayudan las experiencias de Miqueas a enfrentarnos a nuestros propios problemas?

15 Dios no solo demuestra que es confiable por sus profecías sobre las naciones y el mundo en general, sino también por otras predicciones, predicciones que cumple de formas que nos benefician individualmente. ¿Cómo? Pues bien, a veces nos enfrentamos a nuestros propios problemas. Sabemos que no nos basta con encontrar quien nos comprenda; necesitamos alguien confiable y capaz de ayudarnos. Ese fue el caso de Miqueas, en el siglo VIII antes de nuestra era, quien debió de sentirse muy solo al encararse a los orgullosos habitantes de Judá. Quizás le pareciera que era la última persona fiel sobre la faz de la Tierra y que no podía confiar ni siquiera en su familia. Dondequiera que miraba, no veía más que gente sanguinaria, mentirosa y corrupta. Pero las promesas divinas le infundieron la seguridad de que, sin importar qué hagan los demás, Jehová cuida de sus fieles. Esta garantía también nos consuela a sus siervos hoy en día, sobre todo si somos minoría o estamos solos, rodeados de personas que no honran a Dios (Miqueas 7:2-9).

16. ¿Por qué podemos estar seguros de que Dios toma nota de los actos de corrupción y opresión, y de que liberará a las personas justas?

16 A los ricos y poderosos de Israel y Judá les pasó lo mismo que a muchos de la actualidad: se hicieron codiciosos y abusivos. Así, aceptaban ilegalmente como esclavos a personas arruinadas por los impuestos excesivos o por la apropiación de tierras, y trataban a los pobres con indiferencia o, peor aún, con crueldad (Amós 2:6; 5:11, 12; Miqueas 2:1, 2; 3:9-12; Habacuc 1:4). Por ello, Dios dejó bien claro mediante sus mensajeros que no toleraría la corrupción ni la opresión, sino que castigaría a quienes persistieran en ese mal camino (Habacuc 2:3, 6-16). Además, en su Palabra promete que “enderezará los asuntos respecto a poderosas naciones” y que sus siervos amados “se sentarán, cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera, y no habrá nadie que los haga temblar” (Miqueas 4:3, 4). Imagínese, ¡qué alivio! Dado que Dios ha hecho muchas otras promesas y las ha cumplido, ¿verdad que podemos estar seguros de que también cumplirá esta?

17, 18. a) ¿Qué motivos para tener esperanza da Dios a los seres humanos? b) ¿Cómo debemos ver la disciplina de Jehová?

17 Cuando Jehová cumple sus promesas, no lo hace sencillamente para exhibir su capacidad de predecir el futuro, como si pretendiera impresionar a los seres humanos. La razón de todos sus actos es muy distinta: actúa movido por un amor regido por principios, pues “Dios es amor” (1 Juan 4:8). Recordemos el caso de Oseas, del siglo VIII antes de nuestra era. Tal como este profeta fue víctima de la infidelidad de su esposa Gómer, Jehová sufrió la traición de los israelitas, cuya idolatría era comparable al adulterio. Así es: ellos habían adulterado la adoración pura de Jehová mezclándola con el culto a Baal; además, habían “cometido fornicación”, por así decirlo, con Asiria y Egipto. ¿Cuál sería la reacción del Altísimo? Del mismo modo que Oseas tendría que buscar a su esposa infiel y traerla de vuelta consigo, Jehová buscaría a su pueblo. Y lo haría movido por el amor: “Con las sogas del hombre terrestre seguí atrayéndolos, con las cuerdas del amor, [...] y con dulzura llevé alimento a cada uno” (Oseas 2:5; 11:4). Dios los perdonaría y restablecería su relación con ellos si demostraban arrepentimiento sincero (Oseas 1:3, 4; 2:16, 23; 6:1-3; 14:4). ¡Qué cariño tan conmovedor! Pues bien, uno debería preguntarse: “Si Jehová demostró tanto afecto en el pasado, ¿tengo motivos para dudar de que sienta por mí un cariño eterno, un amor leal y constante, una ternura inagotable?” (Oseas 11:8).

18 Los doce libros proféticos también nos permiten ver la disciplina de Jehová como una demostración de su amor. Así, él avisó a su pueblo descarriado de que iba a corregirlo, pero le hizo esta promesa: “No [te] aniquilaré completamente” (Amós 9:8). Cuando fue necesario castigarlo, no se contuvo; sin embargo, tuvo que ser muy tranquilizador saber que se trataba de una medida temporal. Malaquías 1:6 compara a Jehová a un padre afectuoso, y sabemos que los padres disciplinan a sus hijos queridos para corregirlos (Nahúm 1:3; Hebreos 12:6). No obstante, nuestro Padre celestial es amoroso, y por ello es lento para la cólera; además, recompensa con generosidad a sus siervos, como vemos confirmado en Malaquías 3:10, 16.

19. ¿Qué examen deberíamos hacernos?

19 Malaquías inicia su libro con estas alentadoras palabras dirigidas a los israelitas: “‘Los he amado’, ha dicho Jehová” (Malaquías 1:2). Reflexionemos sobre esta garantía divina y preguntémonos: “¿Estoy yo haciendo algo que me impida disfrutar del amor de Dios? ¿Qué aspectos de su amor me gustaría conocer mejor y experimentar más de lleno?”. Si logramos percibir claramente esta cualidad de Jehová, cada vez estaremos más seguros del eterno cariño que nos tiene.

EL PERDÓN ABRE EL CAMINO A LA SALVACIÓN

20. ¿Cómo se destaca en los doce libros que Jehová perdona y así abre el camino a la salvación?

20 Al leer los doce libros proféticos observaremos que en ocasiones Jehová predice calamidades. ¿Por qué? Muchas veces, para animar a su pueblo a arrepentirse. Por ejemplo, ese fue el motivo por el que permitió que extranjeros destruyeran Samaria y Jerusalén en 740 y 607 antes de nuestra era, respectivamente. Una vez cumplidas sus predicciones, permitió que los judíos arrepentidos regresaran a su tierra. De modo que en estos libros se destaca que Jehová, en su gran bondad, perdona y recibe a todo el que abandona el pecado y vuelve a Él (Habacuc 3:13; Sofonías 2:2, 3). Miqueas se sintió impulsado a proclamar: “¿Quién es un Dios como tú, [...] que perdona el error y pasa por alto la transgresión del resto de su herencia?”. Y añadió: “[Jehová] no [mantendrá] su cólera para siempre, porque se deleita en la bondad amorosa” (Miqueas 7:18; Joel 2:13; Zacarías 1:4). El cumplimiento de las profecías confirma esa descripción.

21. a) ¿Qué señalaron los doce profetas acerca del Mesías? b) ¿Qué profecías mesiánicas le resultan más interesantes?

21 Jehová también predijo la base legal para recibir perdón duradero. Sí, anunció la llegada del Mesías, quien sacrificaría su vida humana como “rescate correspondiente” a favor de la humanidad pecadora (1 Timoteo 2:6). Por ejemplo, Amós señaló que el Mesías, el hijo de David, llevaría a cabo una restauración (Amós 9:11, 12; Hechos 15:15-19). Y Miqueas indicó incluso dónde nacería Jesús, el cual ofrecería vida eterna a quienes mostraran fe en su sacrificio (Miqueas 5:2). Asimismo, Zacarías dijo que el “Brote” (es decir, Jesús) llegaría a “sentarse y gobernar en su trono” (Zacarías 3:8; 6:12, 13; Lucas 1:32, 33). Sin lugar a dudas, nuestra fe crecerá si examinamos más de estas profecías (véase el recuadro “ Importantes profecías acerca del Mesías”).

22. Al repasar lo que revelan los doce profetas acerca de Jehová, ¿por qué se fortalece nuestra confianza en él?

22 Al ir leyendo los mensajes de los doce profetas, aumentará nuestra confianza en el triunfo final de nuestro Defensor, Jehová, quien implantará la verdadera justicia. Veremos que su palabra perdura para siempre y que él no olvida los compromisos que tiene con su pueblo, sino que cuida de sus siervos y los libra de todos los opresores (Miqueas 7:8-10; Sofonías 2:6, 7). Además, Jehová no ha cambiado (Malaquías 3:6). Por eso, ¡cuánto nos tranquiliza saber que no hay problemas ni barreras que impidan el cumplimiento de su propósito! Él ha prometido que vendrá su día de juicio, y vendrá sin falta. Por lo tanto, sigamos viviendo muy pendientes de su gran día. “Jehová tiene que llegar a ser rey sobre toda la tierra. En aquel día Jehová resultará ser uno solo, y su nombre uno solo.” (Zacarías 14:9.) Lo ha predicho y sin duda lo cumplirá.

a En noviembre de 2002, antes del estallido de la guerra en Irak, el profesor Dan Cruickshank visitó la región e hizo estos comentarios en un programa televisado de la BBC: “Cerca de Mosul se encuentran las extensas ruinas de la ciudad de Nínive, la cual, al igual que Nimrud, [...] fue excavada frenéticamente por arqueólogos británicos a partir de la década de 1840. [...] La exploración de estas localidades asirias significó todo un descubrimiento: el hallazgo de una civilización perdida, casi mítica, conocida tan solo por las breves, enigmáticas y nada halagüeñas descripciones de la Biblia”.