Figura retórica que consiste en una exageración, en presentar las cosas como más graves, importantes o grandes de como en realidad son, con la intención de dar énfasis o causar impresión. Las hipérboles no se deben interpretar de forma literal.

Jesús a menudo enseñaba con hipérboles. Por ejemplo, dijo: “¿Por qué miras la paja que tiene tu hermano en su ojo pero no te fijas en la viga que tienes en el tuyo?” (Mt 7:3). En otra ocasión dijo: “No se perderá ni un solo cabello de su cabeza” (Lu 21:18). Está claro que no estaba diciendo que sus discípulos no perderían ni un solo cabello. Más bien, con esta hipérbole, Jesús aseguró que sus seguidores serían protegidos a pesar de que toda la gente los odiaría (Lu 21:17).