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CAPÍTULO DOCE

“Nunca les hablaba sin utilizar alguna comparación”

“Nunca les hablaba sin utilizar alguna comparación”

1-3. a) ¿De qué privilegio único disfrutaban los discípulos que acompañaban a Jesús, y cómo les facilitó él la tarea de recordar sus enseñanzas? b) ¿Por qué son fáciles de recordar las buenas comparaciones?

 LOS discípulos que acompañan a Jesús en su ministerio disfrutan de un privilegio único: el de aprender directamente del Gran Maestro. Escuchan su voz mientras les revela el sentido de la Palabra de Dios y les explica verdades emocionantes. Todavía no ha llegado el momento de poner por escrito sus valiosas palabras, así que deben guardarlas en la mente y el corazón. a Jesús, sin embargo, les facilita la tarea de recordarlas. ¿De qué manera? Mediante sus métodos de enseñanza, sobre todo por su magistral uso de ejemplos y comparaciones.

2 Es un hecho que las buenas comparaciones no se olvidan fácilmente. Cierto escritor dijo que tienen la capacidad de “transformar los oídos en ojos y permitir que los oyentes piensen utilizando imágenes mentales”. Como normalmente pensamos mejor cuando nos formamos imágenes en la mente, los ejemplos y comparaciones nos ayudan a entender con más facilidad incluso las ideas abstractas. Además, hacen que las palabras cobren vida y nos enseñan lecciones que se quedan grabadas en la memoria.

3 No ha habido en la Tierra ningún maestro que usara ejemplos con tanta destreza como Jesucristo. Todavía hoy los recordamos fácilmente. ¿Por qué utilizaba este método de enseñanza con tanta frecuencia? ¿Por qué eran tan buenos sus ejemplos? Y nosotros, ¿cómo podemos aprender a usar este método?

Por qué enseñaba con comparaciones

4, 5. ¿Por qué usaba Jesús ejemplos y comparaciones?

4 La Biblia da dos razones importantes por las que Jesús enseñaba utilizando ejemplos. Por un lado, eso cumplió una profecía. En Mateo 13:34, 35 leemos: “Jesús les dijo todas estas cosas a las multitudes usando comparaciones. De hecho, nunca les hablaba sin utilizar alguna comparación. Así se cumplió lo que se había anunciado por medio del profeta, que dijo: ‘Abriré mi boca usando comparaciones’”. El profeta aquí mencionado es el escritor de Salmo 78:2. Inspirado por el espíritu santo, compuso este salmo siglos antes de que Jesús naciera. Pensemos en lo que esto significa: con cientos de años de anticipación, Jehová determinó que el Mesías enseñaría con ejemplos. Así que nuestro Dios debe valorar muchísimo este método de enseñanza.

5 Por otro lado, Jesús se valió de los ejemplos para distinguir a los que tenían un corazón que se había “hecho insensible” (Mateo 13:10-15; Isaías 6:9, 10). ¿Cómo lograba sacar a la luz los motivos de la gente? A veces, Jesús usaba comparaciones con la intención de que sus oyentes le hicieran preguntas para poder entender mejor lo que había explicado. Claro está, los humildes estaban dispuestos a preguntar, pero los orgullosos o indiferentes no (Mateo 13:36; Marcos 4:34). Así que los ejemplos de Jesús les revelaban la verdad a los humildes, y al mismo tiempo se la ocultaban a los orgullosos.

6. ¿Para qué otras cosas sirvieron los ejemplos de Jesús?

6 Los ejemplos de Jesús también sirvieron para muchas otras cosas. Captaban la atención de la gente, creaban imágenes mentales fáciles de comprender y, como se mencionó al principio de este capítulo, ayudaban a los oyentes a recordar lo que habían escuchado. El Sermón del Monte, según aparece en Mateo 5:3 a 7:27, es un claro ejemplo de que Jesús usaba muchas imágenes mentales en su enseñanza. Se calcula que este sermón contiene más de 50 figuras retóricas. Si lo leemos en voz alta, tardamos unos 20 minutos. Eso implicaría leer, como promedio, una figura retórica cada 20 segundos aproximadamente. No hay duda de que Jesús reconocía lo valioso que era pintar imágenes con palabras.

7. ¿Por qué hacemos bien en imitar a Jesús en el uso de ejemplos?

7 Como seguidores de Cristo, hacemos bien en imitar su modo de enseñar, lo que incluye el uso de ejemplos. Así como los condimentos hacen más sabrosas las comidas, los ejemplos bien pensados hacen más atractiva la enseñanza. Además, facilitan la comprensión de verdades importantes. Para saber cómo podemos poner en práctica este valioso método de enseñanza, primero analizaremos más de cerca algunos de los factores que contribuyeron a que los ejemplos de Jesús fueran tan efectivos.

Comparaciones sencillas

¿Cómo utilizó Jesús las aves y las flores para explicar que Dios cuida de nosotros?

8, 9. ¿Cómo usaba Jesús las comparaciones, y por qué eran tan efectivas?

8 Cuando Jesús enseñaba, se valía de comparaciones sencillas. Y, aunque eran breves, lograban pintar imágenes mentales impactantes y enseñar con claridad verdades espirituales muy valiosas. Por ejemplo, cuando animó a sus discípulos a no preocuparse por las necesidades diarias, puso como ejemplo a “las aves del cielo” y “los lirios del campo”. Las aves no siembran ni cosechan y los lirios no hilan ni tejen. Aun así, Dios los cuida. La lección es clara: si Dios cuida de las aves y las flores, ¡cómo no va a cuidar de los seres humanos que siguen “buscando primero el Reino”! (Mateo 6:26, 28-33).

9 Además, Jesús usó muchas veces un recurso aún más impactante: las metáforas. En ellas, se comparan dos cosas, hablando de una de esas cosas como si fuera la otra. Las metáforas de Jesús eran muy sencillas. Una vez les dijo a sus discípulos: “Ustedes son la luz del mundo”. El significado de esta imagen era muy claro: con sus palabras y obras ellos podían hacer resplandecer la luz de la verdad espiritual y ayudar a otros a glorificar a Dios (Mateo 5:14-16). Veamos otros dos casos: “Ustedes son la sal de la tierra”, y “Yo soy la vid y ustedes son las ramas” (Mateo 5:13; Juan 15:5). Sin duda, estas figuras retóricas son sencillas pero muy poderosas.

10. Dé algún ejemplo de cómo podríamos usar las comparaciones al enseñar.

10 ¿Cómo podría usted usar comparaciones al enseñar? No hace falta crear historias largas y complicadas. Piense, más bien, en situaciones sencillas. Supongamos que está hablando de la resurrección y quiere explicar que para Jehová no es difícil levantar a los muertos. ¿Qué ejemplo le vendría a la cabeza? La Biblia compara la muerte con quedarse dormido. Usted podría decir: “Dios puede resucitar a los muertos con la misma facilidad con que nosotros podemos despertar a alguien que está dormido” (Juan 11:11-14). O supongamos que quiere destacar que los hijos necesitan amor y cariño para desarrollarse bien. ¿Qué comparación podría utilizar? La Biblia dice que los hijos son “como retoños de un olivo” (Salmo 128:3). Usted podría decir: “Los hijos necesitan amor y cariño tal como las plantas necesitan sol y agua”. Cuanto más sencilla sea la comparación, más fácil de entender será.

Extraídas de la vida diaria

11. ¿Cómo reflejaban los ejemplos de Jesús algunas de las actividades cotidianas que probablemente vio cuando era niño?

11 Jesús fue un maestro en el uso de comparaciones relacionadas con la vida diaria. Muchos de sus ejemplos reflejaban costumbres que seguramente él observó mientras crecía en Galilea. Pensemos por un momento en su vida cuando era niño. ¿Cuántas veces habrá visto a su madre añadir levadura a la masa, moler granos para obtener harina, encender una lámpara o barrer la casa? (Mateo 13:33; 24:41; Lucas 15:8). ¿Cuántas veces habrá visto a los pescadores echar las redes en el mar de Galilea? (Mateo 13:47). ¿Cuántas veces habrá observado a los niños jugando en la plaza de mercado? (Mateo 11:16). Jesús sin duda se fijó en otras cosas comunes que incluyó en sus muchos ejemplos, como la siembra de semillas, los alegres banquetes de bodas o los campos de cereales que maduraban al sol (Mateo 13:3-8; 25:1-12; Marcos 4:26-29).

12, 13. ¿Por qué es significativo que Jesús situara la parábola del buen samaritano en el camino que iba “de Jerusalén a Jericó”?

12 En sus ejemplos, Jesús usaba detalles con los que la gente estaba muy familiarizada. Por ejemplo, en su parábola del buen samaritano empezó diciendo: “Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos ladrones, que le quitaron hasta la ropa y lo golpearon, y se fueron dejándolo medio muerto” (Lucas 10:30). Es significativo que Jesús situara esta historia en el camino que iba “de Jerusalén a Jericó”. Él la contó cuando estaba en Judea, no muy lejos de Jerusalén. Así que sus oyentes conocían muy bien aquella ruta. Sabían lo peligrosa que era, en especial para alguien que viajaba solo, pues tenía que atravesar terrenos solitarios en los que había muchos lugares donde los asaltantes podían esconderse.

13 Jesús incluyó otros detalles conocidos sobre este camino. Según la parábola, primero pasó por allí un sacerdote y luego un levita, pero ninguno se detuvo a ayudar a la víctima (Lucas 10:31, 32). Los sacerdotes servían en el templo de Jerusalén, y los levitas eran sus ayudantes. Cuando no trabajaban en el templo, muchos de ellos se quedaban en Jericó, a solo unos 21 kilómetros (13 millas) de Jerusalén. Por eso, no era raro verlos viajar por ese camino. Observemos, además, que Jesús dijo que aquel hombre “bajaba” —no que subía— “de Jerusalén”, lo cual tenía sentido para sus oyentes. Jerusalén estaba en un lugar más alto que Jericó. Así que alguien que viniera “de Jerusalén” en realidad siempre “bajaba”. b Detalles como este indican que el Hijo de Dios tenía en cuenta lo que sabía la gente que lo escuchaba.

14. ¿Cómo podemos tomar en consideración a nuestros oyentes cuando usemos ejemplos?

14 Del mismo modo, nosotros debemos tomar en consideración a nuestros oyentes al elegir ejemplos. ¿Qué factores podríamos tomar en cuenta? Quizás su edad, su origen, sus antecedentes familiares o su trabajo. Por ejemplo, una comparación que gire en torno a las labores agrícolas se entenderá mejor en una zona rural que en una gran ciudad. Y, si pensamos en la vida diaria de las personas que nos escuchan —en asuntos como sus hijos, su casa, sus pasatiempos, lo que suelen comer—, sacaremos ejemplos que les lleguen al corazón.

Extraídas de la creación

15. ¿Por qué Jesús sabía tanto sobre la creación?

15 Muchas de las comparaciones de Jesús demuestran que sabía mucho del mundo natural: de las plantas, los animales y las fuerzas de la naturaleza (Mateo 16:2, 3; Lucas 12:24, 27). ¿Dónde aprendió todo eso? Seguro que tuvo muchas oportunidades de observar la creación durante su infancia y juventud en Galilea. Pero, sobre todo, debemos recordar que él es “el primogénito de toda la creación” y que Jehová lo utilizó como “un obrero experto” para crear todo lo que hay (Colosenses 1:15, 16; Proverbios 8:30, 31). ¡Con razón sabía tanto sobre la creación! Veamos cómo aplicó hábilmente estos conocimientos.

16, 17. a) ¿Qué indica que Jesús conocía muy bien el comportamiento de las ovejas? b) ¿Qué ejemplo muestra que las ovejas realmente conocen la voz de su pastor?

16 Por ejemplo, Jesús dijo que él era “el pastor excelente” y sus seguidores “las ovejas”. Las palabras de Jesús indican que conocía muy bien el comportamiento de este animal. Sabía que entre el pastor y sus ovejas existe un vínculo único. Había visto que las ovejas no son desconfiadas, que se dejan dirigir y que siguen fielmente a su pastor. ¿Y por qué lo siguen? Jesús mismo dijo: “Porque conocen su voz” (Juan 10:2-4, 11). ¿De veras conocen las ovejas la voz de su pastor?

17 En su libro Geografía histórica de la Tierra Santa, George Adam Smith relató lo que él mismo había visto. Dijo: “Algunas veces disfrutamos nuestro descanso de mediodía junto a uno de aquellos pozos judeos, a los que bajan tres o cuatro pastores con sus rebaños. Los rebaños se mezclan entre sí, y nos preguntábamos cómo cada pastor iba a reunir de nuevo al suyo”. ¿Y qué pasaba entonces cuando las ovejas terminaban de beber y juguetear? El autor explicó: “Los pastores uno a uno se iban a diferentes sitios del valle, y cada uno llamaba con su peculiar llamada, y las ovejas de cada uno salían de la multitud y se iban con su propio pastor, y los rebaños se iban con tanto orden como habían venido”. Así que Jesús usó el ejemplo perfecto para destacar lo que quería enseñar: que “el pastor excelente” nos cuidará si reconocemos sus enseñanzas, si las obedecemos y si seguimos su guía.

18. ¿Dónde podemos encontrar información sobre la creación de Jehová?

18 ¿Cómo podemos aprender a usar ejemplos extraídos de la creación? Las características de los animales pueden servirnos de inspiración para hacer comparaciones sencillas pero efectivas. ¿Dónde encontramos detalles sobre la creación de Jehová? La Biblia incluye mucha información sobre una gran variedad de animales, y a veces se vale de sus características para enseñarnos algo. Por ejemplo, habla de personas rápidas como las gacelas y veloces como los leopardos. Además, habla de ser cautelosos como las serpientes e inocentes como las palomas (1 Crónicas 12:8; Habacuc 1:8; Mateo 10:16). c También pueden ser muy útiles las revistas La Atalaya y ¡Despertad!, así como los artículos y videos de la serie “¿Lo diseñó alguien?”, de jw.org. Si reflexionamos en lo que nos enseñan estos recursos sobre las maravillas de la creación de Jehová, podremos extraer comparaciones y ejemplos sencillos.

Extraídas de situaciones conocidas

19, 20. a) ¿Cómo utilizó Jesús un suceso reciente para desenmascarar una creencia falsa? b) ¿Cómo podemos usar nosotros situaciones y experiencias de la vida real al enseñar?

19 También podemos sacar buenas comparaciones de situaciones de la vida real. En cierta ocasión, Jesús se valió de un suceso reciente para demostrar que las tragedias no son un castigo que recibe la gente mala. Dijo: “Los 18 que murieron cuando la torre de Siloam les cayó encima, ¿creen que eran más culpables que todos los demás habitantes de Jerusalén?” (Lucas 13:4). Esas 18 personas no murieron porque Dios las hubiera castigado por cometer algún pecado. Más bien, murieron trágicamente por culpa de un “mal momento” y un “suceso imprevisto” (Eclesiastés 9:11). Así, Jesús desenmascaró una enseñanza falsa hablando de un incidente que sus oyentes conocían bien.

20 ¿Y cómo podemos usar situaciones y experiencias de la vida real al enseñar? Supongamos que estamos hablando del cumplimiento de la profecía de Jesús sobre la señal de su presencia (Mateo 24:3-14). Podríamos citar noticias recientes sobre guerras, hambrunas o terremotos para demostrar el cumplimiento de rasgos concretos de la señal. O imaginémonos que estamos hablando de los cambios necesarios para ponerse la nueva personalidad y que, para explicarlo, queremos utilizar una experiencia (Efesios 4:20-24). ¿Dónde podríamos encontrar una? Podríamos usar el ejemplo de algún hermano de la congregación o basarnos en algún relato que haya aparecido en alguna publicación de los testigos de Jehová. También podríamos buscar en la sección “La Biblia les cambió la vida”, de jw.org.

21. ¿Qué recompensas recibimos por ser maestros eficaces de la Palabra de Dios?

21 No hay duda de que Jesús fue el Gran Maestro. Como hemos visto en esta sección, el centro de su vida era enseñar y predicar las buenas noticias (Mateo 4:23). Para nosotros, esa labor también es el centro de nuestra vida. Cuando nos esforzamos por ser maestros eficaces, recibimos grandes recompensas. Cuando enseñamos, damos de nosotros mismos, y por eso sentimos una gran felicidad (Hechos 20:35). Y sentimos esta felicidad porque sabemos que lo que les estamos enseñando a los demás es la verdad acerca de Jehová y que esto les beneficiará para siempre. Además, nos sentimos felices al saber que estamos siguiendo el ejemplo de Jesús, el mejor Maestro que ha pisado la Tierra.

a Al parecer, el Evangelio de Mateo fue el primer relato inspirado sobre la vida de Jesús en la Tierra, y se escribió unos ocho años después de su muerte.

b Nadie podría intentar justificar la indiferencia del sacerdote y el levita. Es cierto que, si aquel hombre hubiera estado muerto, ellos habrían estado temporalmente inhabilitados para servir en el templo si lo tocaban. Pero Jesús indicó que ellos también bajaban “de Jerusalén”, así que volvían del templo. De modo que no tenían excusa (Levítico 21:1; Números 19:16).

c Para ver una lista más amplia del uso figurado que la Biblia hace de las características de los animales, vaya a Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1, páginas 318 y 319 (editado por los testigos de Jehová).