Paz y felicidad, el deseo de todos
1-4. ¿Dónde ha buscado la gente la paz y la felicidad, y con qué resultados?
¿QUIÉN no quiere ser feliz? ¿Quién no desea tener buena salud y larga vida? ¿Quién no anhela vivir en paz y seguridad? Todo el mundo desea estas cosas. Lamentablemente, la realidad suele ser contraria a nuestros deseos. El mundo vive angustiado; por todas partes aumentan las catástrofes, las guerras, las enfermedades, el delito y las injusticias. Entonces, ¿dónde podemos hallar paz y felicidad?
2 Para las personas que se jactan de ser prácticas y realistas, el camino a la felicidad está en las riquezas. Consideran el dinero su mejor resguardo, pues les permite vivir con comodidad, sin preocuparse por la comida y la vivienda. Es cierto que el dinero es útil y sirve de protección, pero ¿son las riquezas lo primordial en la vida? ¿Puede el dinero brindarnos protección duradera? ¿Qué seguridad ofrecen los bienes materiales? Los malos negocios, la depresión económica, el delito, la violencia, las guerras y las catástrofes han acabado con muchas fortunas en un instante. Las experiencias de esta índole son tantas que no se pueden relatar.
3 Otros buscan tener fama y reconocimiento. Les parece que si son prominentes, se destacarán entre los demás y serán admirados. Sin embargo, por más éxito que tenga una persona, las circunstancias pueden cambiar rápidamente y hacer que pierda su posición de la noche a la mañana. Así es, la fama y la gloria solo pueden dar satisfacción pasajera, pues cuando la persona llega al final de su vida, se desvanecen con ella.
4 También hay muchos que piensan que, puesto que la existencia es tan breve y las cosas cambian cuando uno menos se lo espera, lo mejor es buscar el placer y darse la buena vida mientras se tenga la oportunidad. Es verdad que el esparcimiento tiene su lugar en la vida, pero ¿trae felicidad y satisfacción permanentes? Cuando la emoción acaba, ¿cómo quedan las personas? Después del banquete y la juerga, se sienten vacías y exhaustas, y su existencia sigue careciendo de sentido.
5-7. a) ¿Por qué terminan desilusionados quienes procuran cosas como la fama, la fortuna y el placer? b) ¿Qué preguntas debemos analizar si queremos que nuestra vida tenga sentido?
5 Riquezas, fama, prominencia, placeres, jolgorio... ninguna de estas cosas produce felicidad duradera. ¿Por qué no? Porque quienes procuran la felicidad por estos medios van en la dirección equivocada. A ellos solo les interesa satisfacer sus deseos físicos o materiales, pero a fin de cuentas quedan con el mismo vacío espiritual, los mismos anhelos y la misma frustración que tenían al principio. No hallan el verdadero contentamiento.
6 A los animales les basta con cubrir sus necesidades físicas —comer y dormir—, pero a los seres humanos no. La diferencia es que los animales no poseen la facultad de la conciencia como nosotros. Ellos no tienen la capacidad de entender cosas espirituales; nosotros sí. A los animales no les preocupa saber qué sentido tiene la existencia, pero los humanos anhelamos saberlo. Solo podemos ser realmente felices si satisfacemos las necesidades del corazón y la mente. Ahora bien, ¿cómo satisfacer dichas necesidades?
7 Para que la vida tenga sentido, debemos entender primero la razón por la que estamos aquí. A lo largo de la historia, las personas inteligentes se han preguntado: “¿De dónde vino el hombre? ¿Qué propósito tiene la vida? ¿Hay un Señor Soberano del universo? Si lo hay, ¿se interesa por la humanidad? ¿Para qué nos creó?”. Todas estas cuestiones son muy importantes. ¿Quién puede darnos respuestas correctas y satisfactorias? ¿La religión? Veamos.