El paraíso terrenal. ¿Realidad o ficción?
¡El paraíso! Los atractivos anuncios de viajes nos tientan a escapar a algún “paraíso” lejano donde relajarnos y dejar atrás nuestras preocupaciones. Pero todos sabemos por experiencia que, al volver a casa, los problemas siguen estando ahí, esperándonos.
Sin embargo, la idea de un paraíso nos atrae irresistiblemente. Y no podemos evitar preguntarnos: “¿Es tan solo una bonita fantasía? ¿Por qué nos llama tanto la atención? ¿Se hará realidad algún día?”.
UNA IDEA PRESENTE EN MUCHAS CULTURAS
La idea de un paraíso ha atraído a la gente a lo largo de los siglos. Muchos sintieron curiosidad al descubrir que la Biblia habla de “un jardín de Edén, hacia el este”. ¿Qué tenía de especial ese jardín? El relato dice: “Jehová Dios hizo crecer del suelo todo árbol deseable a la vista de uno y bueno para alimento”. Se trataba de un lugar idílico, y lo más fascinante de todo era “el árbol de la vida” que estaba en medio de él (Génesis 2:8, 9).
Además, el relato de Génesis menciona cuatro ríos que salían del jardín. Dos de ellos se siguen llamando igual hoy día: el Tigris (o Hiddekel) y el Éufrates (Génesis 2:10-14; nota). Estos ríos atraviesan Irak, que formó parte de la antigua Persia, y desembocan en el golfo Pérsico.
Así pues, no es extraño que el paraíso terrenal sea una parte importante de la herencia cultural persa. Por ejemplo, una alfombra persa del siglo dieciséis, que se encuentra en el Museo de Arte de Filadelfia (Pensilvania, Estados Unidos), muestra un jardín cercado lleno de árboles y flores. La escena tejida en la alfombra refleja la descripción que hace la Biblia del hermoso y exuberante jardín de Edén. De hecho, la palabra paraíso proviene de una antigua palabra persa que significa “jardín cercado”.
En realidad, muchos idiomas y culturas tienen relatos que hablan del paraíso. A medida que los seres humanos se fueron extendiendo por toda la Tierra, llevaron consigo versiones de la historia original, que a lo largo de los siglos se mezclaron con las creencias y leyendas que surgieron en cada lugar. Incluso hoy, casi todas las personas usan de manera natural la palabra paraíso para describir un hermoso paisaje.
EN BUSCA DEL PARAÍSO
Hubo algunos exploradores que afirmaron haber encontrado el paraíso perdido. Por ejemplo, cuando el general británico Charles Gordon visitó las islas Seychelles en 1881, quedó tan impresionado por la belleza del frondoso valle de Mai —ahora patrimonio de la humanidad— que lo llamó el jardín de Edén. En el siglo quince, el navegante italiano Cristóbal Colón creyó que estaba a punto de descubrir el jardín de Edén cuando llegó a la isla de La Española, que hoy comparten la República Dominicana y Haití.
El libro de historia moderna Mapping Paradise contiene detalles de más de 190 mapas antiguos, en muchos de los cuales aparecen Adán y Eva en el jardín de Edén. Uno de ellos es un extraño mapa tomado de una copia del siglo trece de un manuscrito del Beato de Liébana. En la parte superior tiene un pequeño rectángulo con el paraíso en el centro, de donde salen cuatro ríos hacia los cuatro extremos: Tigris, Éufrates, Pisón y Guihón. Se cree que esto simboliza la difusión del cristianismo hacia los cuatro confines de la Tierra. Tales representaciones demuestran que, a pesar de
no conocerse la ubicación del jardín de Edén, el paraíso nunca perdió su atractivo.John Milton, poeta inglés del siglo diecisiete, es conocido por su poema El Paraíso perdido, basado en el relato de Génesis sobre el pecado de Adán y su expulsión de Edén. En su obra, Milton destacó la promesa de que los seres humanos podrían vivir para siempre en la Tierra. Escribió: “Toda la tierra será entonces Paraíso”. Más tarde publicó la segunda parte, El Paraíso recobrado.
UN NUEVO CONCEPTO
Sin duda, la idea de un paraíso perdido es una constante en la historia humana. Si es así, ¿por qué parece haber caído en el olvido? En esencia porque, como explica Mapping Paradise, “los teólogos [...] le han dado la espalda al tema de la ubicación del paraíso”.
La mayoría de las religiones enseñan que nuestro destino final es el cielo, no un paraíso terrenal. Sin embargo, la Biblia dice en Salmo 37:29: “Los justos mismos poseerán la tierra, y residirán para siempre sobre ella”. Puesto que el mundo en el que vivimos está muy lejos de ser un paraíso, ¿hay alguna esperanza de que se cumpla esa promesa? a
LA TIERRA SERÁ UN PARAÍSO
Jehová Dios, quien creó el Paraíso original, prometió recuperar lo que se perdió. ¿Cómo lo hará? Recuerde que Jesús nos enseñó a orar: “Venga tu reino. Efectúese tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra” (Mateo 6:10). Ese Reino es un gobierno mundial que está en manos de Jesucristo y que reemplazará a todos los gobiernos humanos (Daniel 2:44). Además, logrará que se haga la voluntad de Dios respecto al Paraíso en la Tierra.
Hace mucho tiempo, el profeta Isaías escribió por inspiración cómo sería la vida en el Paraíso que Dios promete, donde desaparecerá para siempre todo lo que hoy nos hace sufrir (Isaías 11:6-9; 35:5-7; 65:21-23). Lea estos textos en su Biblia; solo le tomará unos minutos. Le tranquilizará saber lo que Dios se propone hacer por quienes obedecen sus normas. Los que vivan entonces disfrutarán de un paraíso y del favor de Dios, dos cosas que Adán perdió (Revelación [Apocalipsis] 21:3).
¿Por qué podemos confiar en la promesa de que la Tierra será un paraíso? Porque la Biblia nos dice: “A Jehová pertenecen los cielos, pero la tierra la ha dado a los hijos de los hombres”. Además, esa promesa la hizo Dios, y él “no puede mentir” (Salmo 115:16; Tito 1:2). Sin duda, el futuro que promete la Biblia es maravilloso: vida eterna en el Paraíso.
a Es interesante que el Corán, en el versículo 105 de la sura 21, “Los Profetas” (Al-Anbiyā’), diga: “La Tierra la heredarían Mis siervos rectos”.