Un día, una hermana de Nueva Zelanda vio el video Preocupémonos unos por otros, que habla de que Jehová no solo siente compasión, sino que también la demuestra (Is. 63:7-9). Entonces decidió poner manos a la obra y buscar a alguien a quien ayudar. Ese mismo día salió a comprar unas cosas, vio a una mujer que vivía en la calle y se ofreció a comprarle algo para comer. La mujer aceptó. Cuando la hermana regresó con la comida, aprovechó para predicarle y usó el tratado ¿Dejaremos de sufrir algún día?

La mujer se echó a llorar. Le dijo que se había criado en la verdad, pero que hacía muchos años que se había apartado de la congregación. Sin embargo, últimamente le había estado pidiendo a Jehová que la ayudara a regresar. La hermana le dio una Biblia y quedaron en empezar a estudiar. a

Al igual que Jehová, podemos mostrarles compasión a las personas, entre ellas nuestros familiares y los hermanos de la congregación. Otra manera de demostrar esta cualidad es buscando oportunidades de predicar.