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Jehová guía a su pueblo por el camino que lleva a la vida

Jehová guía a su pueblo por el camino que lleva a la vida

“Este es el camino. Anden en él” (ISAÍAS 30:21).

CANCIONES 65 Y 48

1, 2. a) ¿Qué advertencia ha salvado muchas vidas? (Vea la foto del principio del artículo). b) ¿Qué valiosa guía están recibiendo los siervos de Dios?

DESDE hace más de 100 años, en algunos países se ponen unos letreros en los cruces de carretera con las vías del tren. Los letreros dicen algo como: “PARE, MIRE, ESCUCHE”. Se ponen para que los automóviles que cruzan las vías no sean arrollados por algún tren que vaya a toda velocidad. Estos letreros han salvado muchas vidas.

2 Para ayudarnos a evitar los peligros y salvarnos la vida, Jehová hace algo mejor que ponernos letreros. Nos da instrucciones y una guía muy valiosa que puede llevarnos a la vida eterna. Él es como un amoroso pastor que dirige a sus ovejas por un camino seguro (lea Isaías 30:20, 21).

JEHOVÁ SIEMPRE HA GUIADO A SUS SIERVOS

3. ¿Por qué muere el ser humano?

3 Jehová ha dado instrucciones a sus siervos desde el principio de la historia humana. Por ejemplo, en el jardín de Edén dio instrucciones claras para que los seres humanos vivieran felices y no murieran (Génesis 2:15-17). Pero Adán y Eva rechazaron su guía. Eva hizo caso a la serpiente, y Adán hizo caso a Eva. Como resultado, los dos sufrieron y murieron sin ninguna esperanza. Por su desobediencia, todos los seres humanos morimos.

4. a) ¿Por qué se necesitaban nuevas instrucciones después del Diluvio? b) ¿Qué nos ayudan a entender estas instrucciones?

4 Muchos años después, Jehová le dio a Noé instrucciones que salvaron vidas. Después del Diluvio, Dios prohibió que los seres humanos comieran o bebieran sangre. ¿Por qué? Porque ahora iba a permitirles que comieran carne. Como había circunstancias nuevas, se necesitaban instrucciones nuevas. Por eso les dijo: “Carne con su alma —su sangre— no deben comer” (Génesis 9:1-4). El “alma” de una persona es su vida. Así que estas instrucciones nos ayudan a entender lo que Jehová piensa sobre la vida. Como Dios nos ha creado, nuestra vida le pertenece a él. Por eso tiene derecho a decirnos qué podemos hacer con la vida y qué no podemos hacer con ella. Por ejemplo, él prohibió asesinar. Para Dios, la vida y la sangre son sagradas, y él castigará a cualquiera que no las respete (Génesis 9:5, 6).

5. a) ¿Qué estudiaremos ahora? b) ¿A qué nos ayudará este estudio?

5 Después del tiempo de Noé, Dios continuó guiando a su pueblo. En este artículo estudiaremos cómo lo hizo. Además, este estudio nos ayudará a seguir las instrucciones de Jehová y a recorrer el camino que lleva al nuevo mundo.

JEHOVÁ DA NUEVAS INSTRUCCIONES A UNA NUEVA NACIÓN

6. a) ¿Por qué tenían que obedecer los israelitas la ley que Jehová le dio a Moisés? b) ¿Qué debían hacer para que Dios los bendijera?

6 En tiempos de Moisés, Jehová les dio a sus siervos instrucciones claras sobre cómo comportarse y cómo adorarlo. ¿Por qué? Porque las circunstancias habían cambiado otra vez. Los israelitas habían sido esclavos en Egipto más de 200 años. Los egipcios hacían muchas cosas que deshonraban a Dios, como adorar a los muertos y tener ídolos. Cuando los israelitas salieron de Egipto, necesitaban nuevas instrucciones. Ahora serían una nación que solo obedecería la ley de Moisés. Según algunos expertos, la palabra hebrea que significa “ley” viene de una palabra que significa “dirigir”, “guiar” o “dar instrucciones”. La ley de Moisés protegería a los israelitas de los pecados sexuales y las prácticas religiosas de las naciones cercanas. Si los israelitas querían que Dios los bendijera, tenían que seguir su guía. Si no le obedecían, sufrirían terribles consecuencias (lea Deuteronomio 28:1, 2, 15).

7. a) ¿Por qué otra razón dio instrucciones Jehová a los israelitas? b) ¿Por qué decimos que la ley fue un tutor o guía?

7 Pero los israelitas también necesitaban nuevas instrucciones por otra razón. La ley de Moisés los preparó para la llegada del Mesías, Jesucristo. Esto era algo muy importante dentro del propósito de Jehová. La ley les recordó que eran imperfectos. Y los ayudó a entender que necesitaban el rescate, o sea, un sacrificio perfecto que borrara para siempre sus pecados (Gálatas 3:19; Hebreos 10:1-10). Además, la ley protegió a la familia de la que vendría el Mesías. Y cuando el Mesías llegó, la ley ayudó a los israelitas a identificarlo. Por eso la Biblia dice que la ley fue como un “tutor” o guía temporal que los llevó hasta Cristo (Gálatas 3:23, 24).

8. ¿Por qué debemos dejarnos guiar por los principios que contiene la ley de Moisés?

8 Los cristianos podemos beneficiarnos de las instrucciones que Jehová dio en la ley de Moisés. ¿Cómo? Igual que en el ejemplo del primer párrafo, tenemos que parar y mirar con cuidado los principios en los que se basa esa ley. Aunque no estamos obligados a obedecerla, podemos dejarnos guiar por muchos de sus principios. ¿Por qué? Porque eso nos beneficiará en nuestra vida diaria y en nuestra adoración a Jehová. Dios hizo que la ley de Moisés quedara registrada en la Biblia para que aprendamos de ella y nos guiemos por sus principios. Podemos estar agradecidos de que Jesús nos enseñara algo mejor que la ley de Moisés. Por ejemplo, debemos escuchar este consejo de Jesús: “Oyeron ustedes que se dijo: ‘No debes cometer adulterio’. Pero yo les digo que todo el que sigue mirando a una mujer a fin de tener una pasión por ella ya ha cometido adulterio con ella en su corazón”. La ley de Moisés prohibía cometer adulterio. Pero Jesús enseñó que también debemos rechazar los malos deseos y los malos pensamientos (Mateo 5:27, 28).

9. ¿Por qué fue necesario que Jehová diera más instrucciones?

9 Después de que Jesús llegó a ser el Mesías, Jehová dio nuevas instrucciones y reveló más cosas relacionadas con su propósito. ¿Por qué fue necesario? Porque las circunstancias del pueblo de Dios cambiaron otra vez. En el año 33, Dios rechazó a la nación de Israel y eligió como pueblo suyo a la congregación cristiana.

JEHOVÁ GUÍA AL ISRAEL ESPIRITUAL

10. a) ¿Por qué necesitaba nuevas leyes la congregación cristiana? b) ¿Qué diferencia hay entre la ley de Moisés y la ley del Cristo?

10 Como vimos, Jehová dio la ley de Moisés para que los israelitas supieran cómo vivir y cómo adorarlo. Después de que Jesús vino a la Tierra, Jehová dio más instrucciones y nuevas leyes. ¿Por qué? Porque a partir de entonces sus siervos ya no vendrían de una sola nación, sino de muchas naciones y culturas. Ahora su pueblo estaría formado por israelitas espirituales. Ellos formarían la congregación cristiana y estarían bajo un nuevo pacto. Así Dios demostró que “no es parcial”. Demostró que no tiene prejuicios, sino que acepta a todo el que le obedece y hace lo correcto, sin importar de qué nación sea (Hechos 10:34, 35). La nueva congregación cristiana obedecía “la ley del Cristo”. Esta ley era muy diferente de la ley de Moisés. ¿Por qué? Porque se basaba en principios que no estaban escritos en piedra, sino en el corazón de cada cristiano. Esta ley guiaría y ayudaría a todos los siervos de Dios sin importar dónde vivieran (Gálatas 6:2).

11. ¿Qué dos mandatos incluye “la ley del Cristo”?

11 Los israelitas espirituales se beneficiaron mucho de “la ley del Cristo”. Justo antes de que se hiciera el nuevo pacto, Jesús dio dos importantes mandatos. ¿Cuáles? Uno tiene que ver con la predicación. Y el otro tiene que ver con la forma como los cristianos deben tratarse unos a otros. Como estas instrucciones eran para todos los cristianos, todos nosotros debemos obedecerlas, sea que esperemos vivir en el cielo o en la Tierra.

12. ¿Por qué podemos decir que la predicación era algo nuevo?

12 En el pasado, si alguien que no era israelita quería servir a Jehová, tenía que ir y buscar al pueblo de Israel (1 Reyes 8:41-43). Pero Jesús les dijo a sus discípulos que ahora serían ellos los que tendrían que ir y buscar a las personas (lea Mateo 28:19, 20). Durante la fiesta de Pentecostés del año 33, Jehová dejó claro que quería que sus siervos predicaran en todo el mundo. Ese día, unos 120 miembros de la nueva congregación recibieron el espíritu santo. Entonces empezaron a predicar en diferentes idiomas a los judíos y a los prosélitos, o sea, extranjeros que se habían hecho judíos (Hechos 2:4-11). Luego se empezó a predicar a los samaritanos. Y en el año 36 se empezó a predicar a los no judíos. Estaba claro que los cristianos tenían que predicar a todo el mundo.

13, 14. a) ¿Qué debemos hacer para cumplir el “nuevo mandamiento” de Jesús? b) ¿Qué nos enseñó Jesús con su ejemplo?

13 Jesús también dio “un nuevo mandamiento” sobre cómo debemos tratarnos los cristianos (lea Juan 13:34, 35). Por supuesto, debemos tratar a nuestros hermanos con amor todos los días. Pero también debemos estar dispuestos a dar la vida por ellos. Este mandato no estaba en la ley de Moisés (Mateo 22:39; 1 Juan 3:16).

14 Jesús es el ejemplo perfecto de alguien que amó a las demás personas más que a sí mismo. Él amaba tanto a sus discípulos que estuvo dispuesto a dar la vida por ellos. Y él espera que nosotros también estemos dispuestos a sufrir o incluso morir por nuestros hermanos (1 Tesalonicenses 2:8).

JEHOVÁ NOS GUÍA HOY Y NOS GUIARÁ EN EL FUTURO

15, 16. a) ¿Cómo está guiando Dios a su pueblo hoy día? b) ¿Cuáles son las circunstancias actuales?

15 Hoy día, Jesús ha nombrado al “esclavo fiel y discreto” para que les dé alimento espiritual a sus seguidores “al tiempo apropiado” (Mateo 24:45-47). Este alimento incluye importantes instrucciones que Dios da a su pueblo cuando las circunstancias cambian. ¿Cuáles son las circunstancias actuales?

16 Hoy vivimos en “los últimos días”. Y muy pronto viviremos “una tribulación como la cual no ha sucedido” nunca antes (2 Timoteo 3:1; Marcos 13:19). Además, Satanás y sus demonios han sido expulsados del cielo y están atacando la Tierra (Revelación 12:9, 12). Por otro lado, nosotros estamos obedeciendo el mandato de Jesús de predicar en todo el mundo. Predicamos a más personas y en más idiomas que nunca antes.

17, 18. ¿Qué debemos hacer cuando nos dan instrucciones?

17 La organización de Dios nos da muchas herramientas para ayudarnos a predicar. ¿Las aprovechamos? En las reuniones recibimos instrucciones para que usemos esas herramientas de la mejor manera posible. ¿Aceptamos que esas instrucciones vienen de Jehová?

18 Si queremos que Dios nos bendiga, tenemos que prestar atención a las instrucciones que él nos da mediante la congregación. Si ahora somos obedientes, también lo seremos durante la “gran tribulación”, cuando el mundo de Satanás sea destruido (Mateo 24:21). Después, otra vez necesitaremos nuevas instrucciones para vivir en el nuevo mundo, libres de la influencia de Satanás.

En el nuevo mundo recibiremos nuevos rollos con instrucciones para la vida en el Paraíso. (Vea los párrafos 19 y 20).

19, 20. a) ¿Qué rollos se abrirán? b) ¿Qué pasará cuando se abran esos rollos?

19 En tiempos antiguos, Jehová les dio a los israelitas la ley de Moisés. Más tarde, le dio a la congregación cristiana “la ley del Cristo”. Y en el nuevo mundo, Jehová nos dará “rollos” con nuevas instrucciones (lea Revelación 20:12). Es muy probable que estos rollos contengan las normas que Jehová quiere que los seres humanos sigamos a partir de entonces. ¿Qué pasará cuando se abran esos rollos? Cuando nosotros y los resucitados los estudiemos, sabremos lo que Dios espera de nosotros. Todos entenderemos mejor la forma de pensar de Jehová. Y como entenderemos mejor la Biblia, nos trataremos con amor, respeto y honor (Isaías 26:9). ¿Nos podemos imaginar cuántas cosas aprenderemos y enseñaremos en el Paraíso bajo la dirección de nuestro Rey, Jesucristo?

20 Si seguimos las instrucciones “escritas en los rollos” y somos fieles a Jehová durante la prueba final, él escribirá nuestro nombre en “el rollo de la vida”. Así que la vida eterna está a nuestro alcance. Para alcanzarla, tenemos que PARAR para leer lo que dice la Biblia, MIRAR con cuidado para entender lo que significa y ESCUCHAR las instrucciones de Jehová obedeciéndolas. Si hacemos todo esto, podremos sobrevivir a la gran tribulación y disfrutar aprendiendo de nuestro amoroso Dios para siempre (Eclesiastés 3:11; Romanos 11:33).