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Resolvamos los desacuerdos con amor

Resolvamos los desacuerdos con amor

“Mantengan paz entre unos y otros” (MARCOS 9:50).

CANCIONES 39 Y 77

1, 2. a) Mencione algunos conflictos que aparecen en Génesis. b) ¿Por qué menciona estos conflictos la Biblia?

LA Biblia nos habla de algunos desacuerdos o conflictos que algunas personas tuvieron con otras. ¿Ha pensado alguna vez en esos conflictos? Ya en los primeros capítulos del libro de Génesis aparecen algunos. Por ejemplo, Caín mató a su hermano Abel (Génesis 4:3-8). Lamec mató a un joven que lo había golpeado (Génesis 4:23). Los pastores de Abrahán discutieron con los pastores de Lot (Génesis 13:5-7). Agar se creyó más importante que Sara, y Sara se enojó con Abrahán (Génesis 16:3-6). Ismael se puso en contra de la gente que lo rodeaba, y la gente se puso en contra de él (Génesis 16:12).

2 ¿Por qué menciona estos conflictos la Biblia? Porque podemos aprender de los problemas reales que tuvieron esas personas imperfectas. Nosotros también somos imperfectos y podemos tener problemas parecidos. Cuando nos pase eso, sigamos los buenos ejemplos de la Biblia y evitemos los malos ejemplos (Romanos 15:4). Así aprenderemos a estar en paz con los demás.

3. ¿Qué veremos en este artículo?

3 En este artículo veremos por qué necesitamos resolver los conflictos que tengamos con otros y cómo podemos hacerlo. También veremos algunos principios bíblicos que nos ayudarán a resolver los conflictos y a mantener una buena amistad con Jehová y con los demás.

POR QUÉ NECESITAMOS RESOLVER LOS CONFLICTOS

4. a) ¿Qué forma de pensar se ha esparcido por el mundo? b) ¿Cuál ha sido el resultado?

4 Satanás es el principal culpable de que la gente del mundo esté tan dividida y tenga tantos conflictos. Veamos por qué decimos esto. En el jardín de Edén, Satanás dijo que cada persona puede decidir por sí misma lo que está bien o mal, y que no tiene que obedecer a Dios (Génesis 3:1-5). Esta forma de pensar se esparció por el mundo. ¿Cuál ha sido el resultado? Hoy vemos que esta actitud solo trae problemas. Muchas personas creen que tienen derecho a decidir lo que es bueno o malo. Solo piensan en sí mismas y en ser mejores que el resto de la gente. Y toman decisiones sin importarles que con ellas hagan daño a los demás. Esto provoca conflictos. Pero la Biblia nos enseña que si nos enojamos con facilidad, tendremos problemas con los demás y quizás hasta lleguemos a pecar (Proverbios 29:22).

5. ¿Qué consejos dio Jesús para resolver los desacuerdos?

5 En el Sermón del Monte, Jesús enseñó a sus discípulos a estar en paz con los demás incluso si les parecía que esto no los iba a beneficiar. Para ayudarlos a resolver los desacuerdos, les dio varios consejos. Por ejemplo, les dijo que fueran amables, que buscaran estar en paz con los demás, que se esforzaran por no sentir cólera, que resolvieran los conflictos lo antes posible y que amaran a sus enemigos (Mateo 5:5, 9, 22, 25, 44).

6, 7. a) ¿Por qué es importante resolver las diferencias personales lo antes posible? b) ¿Qué preguntas conviene que nos hagamos todos los siervos de Jehová?

6 Hoy día adoramos a Jehová cuando oramos, predicamos y vamos a las reuniones. Pero si no estamos en paz con nuestros hermanos, Dios no aceptará nuestra adoración (Marcos 11:25). Si queremos ser amigos de Jehová, debemos perdonar los errores de los demás (lea Lucas 11:4 y Efesios 4:32).

¿Se nos hace fácil perdonar a los hermanos?

7 Jehová espera que sus siervos perdonemos a los demás y estemos en paz con ellos. Por eso conviene que nos preguntemos: “¿Se me hace fácil perdonar a mis hermanos? ¿Me gusta estar con ellos?”. Si nos damos cuenta de que nos cuesta perdonar, pidamos con humildad ayuda a Jehová, y él contestará nuestras oraciones (1 Juan 5:14, 15).

¿PODEMOS PERDONAR Y OLVIDAR?

8, 9. ¿Qué tenemos que hacer si alguien nos ofende?

8 Como todos somos imperfectos, es normal que a veces otros digan o hagan algo que nos ofenda (Eclesiastés 7:20; Mateo 18:7). ¿Cómo reaccionaremos? Veamos un ejemplo que nos enseña una lección importante. Dos hermanos estaban en una reunión social cuando una hermana llegó a saludarlos. A uno de ellos no le gustó la forma como ella los saludó. Cuando ella se fue, el hermano ofendido empezó a criticarla. Entonces, el otro hermano le recordó que ella le había servido fiel a Jehová por 40 años a pesar de muchos problemas. Y le dijo que estaba seguro de que la hermana no había querido ofenderlo. ¿Cómo reaccionó el hermano ofendido? Estuvo de acuerdo y decidió olvidar lo que había pasado.

9 ¿Qué nos enseña este ejemplo? Que si alguien nos ofende, podemos decidir cómo reaccionaremos. Si somos amorosos, vamos a perdonar (lea Proverbios 10:12 y 1 Pedro 4:8). A Jehová le parece hermoso que pasemos por alto las ofensas de los demás (Proverbios 19:11; Eclesiastés 7:9). Así que la próxima vez que alguien diga o haga algo que no nos guste, preguntémonos: “¿Puedo perdonar y olvidar lo que pasó? ¿De veras necesito seguir pensando en ello?”.

10. a) ¿Cómo se sintió una hermana cuando supo que la estaban criticando? b) ¿Qué consejo de la Biblia la ayudó a conservar la paz interior?

10 Si alguien dice algo malo de nosotros, quizás nos cueste perdonar y olvidar. Eso fue lo que le pasó a una precursora. A ella le dolió muchísimo cuando algunos hermanos de la congregación la criticaron por su forma de predicar y de usar el tiempo. Así que habló con algunos hermanos de experiencia y les pidió consejos. Ellos usaron la Biblia para ayudarla a no preocuparse tanto por las críticas de los demás y a centrarse más en Jehová. Algo que la animó mucho fue leer Mateo 6:1-4 (léalo). Esos versículos le recordaron que lo más importante es hacer feliz a Jehová. Así que decidió no darles importancia a las críticas. Hoy día, si algunos critican su predicación, ella conserva la paz y la alegría. ¿Por qué? Porque sabe que está haciendo todo lo que puede por agradar a Jehová.

CUANDO NO LOGRAMOS PERDONAR Y OLVIDAR

11, 12. a) ¿Qué debemos hacer si creemos que un hermano tiene algo contra nosotros? b) ¿Qué aprendemos de la manera en que Abrahán resolvió un conflicto? (Vea el dibujo del principio del artículo).

11 Santiago 3:2 dice que “todos tropezamos muchas veces”. Supongamos que nos enteramos de que un hermano está molesto con nosotros por algo que hicimos o dijimos. ¿Qué debemos hacer? Jesús dijo: “Si estás llevando tu dádiva al altar y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu dádiva allí enfrente del altar, y vete; primero haz las paces con tu hermano, y luego, cuando hayas vuelto, ofrece tu dádiva” (Mateo 5:23, 24). Como vemos, si tenemos un problema con un hermano, debemos hablar con él. En vez de echarle la culpa, debemos reconocer nuestro error. Nuestra meta debe ser hacer las paces con él. Estar en paz con nuestros hermanos es lo más importante.

Nuestra meta debe ser hacer las paces con los hermanos

12 La Biblia nos enseña cómo podemos mantener la paz cuando tenemos un conflicto con otro hermano. Veamos el ejemplo de Abrahán y su sobrino Lot. Los dos tenían muchos animales, y sus pastores empezaron a discutir porque no había suficientes tierras para todo el ganado. Como Abrahán quería estar en paz con Lot, dejó que él eligiera las mejores tierras (Génesis 13:1, 2, 5-9). Sin duda, Abrahán nos dio un buen ejemplo. Pero ¿salió perdiendo por ser tan generoso? No, porque justo después Jehová le prometió darle mucho más de lo que había perdido (Génesis 13:14-17). ¿Qué aprendemos del ejemplo de Abrahán? Que si resolvemos los desacuerdos con amor, aunque a veces parezca que salimos perdiendo, Jehová nos bendecirá [1] (vea la nota al final del artículo).

13. a) ¿Cómo reaccionó un superintendente cuando un hermano le habló de forma cortante? b) ¿Qué podemos aprender de este ejemplo?

13 Veamos un ejemplo de nuestros días. Un hermano iba a encargarse por primera vez de cierto departamento en una asamblea. Decidió llamar a otro hermano para preguntarle si podía trabajar en ese departamento. Pero este hermano le respondió enojado y colgó el teléfono. Resulta que aún estaba molesto con el anterior superintendente de ese departamento. El nuevo superintendente no se ofendió, pero pensó que no podía actuar como si no hubiera pasado nada. Así que una hora después llamó de nuevo al hermano y le preguntó si podían verse para hablar. La semana siguiente se reunieron en el Salón del Reino. Allí oraron juntos y hablaron durante una hora. El hermano ofendido explicó el problema que había tenido con el anterior superintendente. El otro hermano lo escuchó con bondad y le mostró algunos textos de la Biblia que lo ayudarían. Como resultado, los dos mantuvieron la paz y trabajaron juntos en la asamblea. El hermano ofendido agradece que el otro hermano le hablara de manera amable y tranquila.

¿DEBERÍAMOS HABLAR CON LOS ANCIANOS?

14, 15. a) ¿Cuándo deberíamos seguir el consejo de Mateo 18:15-17? b) ¿Qué tres pasos mencionó Jesús? c) ¿Cuál debe ser nuestro objetivo al dar estos pasos?

14 La mayoría de los problemas entre dos cristianos pueden y deben resolverse en privado. Pero esto no siempre es posible. Jesús dijo que en algunas situaciones se necesita la ayuda de otras personas (lea Mateo 18:15-17). ¿Cuándo deberíamos seguir el consejo que dio Jesús? Él no se refería a cuando haya un pequeño desacuerdo entre cristianos. ¿Por qué lo sabemos? Porque dijo que si el pecador no se arrepiente después de hablar con su hermano, con algunos testigos y con los responsables de la congregación, habría que tratarlo como si fuera un “hombre de las naciones” o un “recaudador de impuestos”. Hoy día, esto significa que habría que expulsarlo de la congregación. Así que al hablar de un “pecado”, Jesús se refería a cosas graves, como el fraude o la calumnia (vea el recuadro “¿Qué significa?”). Pero no se refería a cosas tan graves como el adulterio, la homosexualidad, la apostasía o la idolatría. ¿Por qué? Porque este tipo de pecados siempre tienen que ser atendidos por los ancianos.

Para hacer las paces con un hermano, tal vez sea necesario hablar varias veces con él. (Vea el párrafo 15).

15 Entonces, ¿cómo podemos seguir el consejo de Jesús? El primer paso es tratar de hacer las paces con el hermano sin hablar con otras personas. Quizás tengamos que hablar con él varias veces. ¿Y si no logramos hacer las paces? El segundo paso es hablar con el hermano junto con alguien que conozca la situación o que pueda ver si se ha hecho algo malo. Si el problema se resuelve, habremos ganado a nuestro hermano, como dijo Jesús. Pero ¿y si después de hablar varias veces con el hermano todavía no logramos hacer las paces? Solo entonces daríamos el tercer paso, que es hablar con los ancianos. ¿Cuál debe ser nuestro objetivo al dar estos pasos? Jesús enseñó que debe ser ayudar a nuestro hermano porque lo amamos (Mateo 18:12-14).

16. ¿Por qué dar los pasos que explicó Jesús es eficaz y amoroso?

16 En la mayoría de los casos no es necesario dar los tres pasos que menciona Mateo 18:15-17. ¿Por qué? Porque la mayoría de las veces, el pecador reconoce su error y soluciona el problema, por lo que no es necesario expulsarlo. Entonces, el cristiano ofendido debe perdonar a su hermano para mantener la paz. Saber esto es muy animador. Está claro que el consejo de Jesús de no ir demasiado pronto a hablar con los ancianos es eficaz y amoroso. Solo debemos ir a pedirles ayuda si ya hemos dado los dos primeros pasos que dijo Jesús y si hay pruebas reales de que nuestro hermano ha hecho algo malo.

17. ¿Qué bendiciones tendremos si buscamos la paz entre nosotros?

17 El discípulo Santiago dijo: “Si alguno no tropieza en palabra, este es varón perfecto, capaz de refrenar también su cuerpo entero” (Santiago 3:2). Así que mientras seamos imperfectos, todos seguiremos haciendo o diciendo cosas que ofendan a otros. Si queremos resolver los conflictos, debemos hacer todo lo posible por mantener y promover la paz (Salmo 34:14). Si buscamos la paz entre nosotros, tendremos buenas amistades con los hermanos y nos mantendremos unidos (Salmo 133:1-3). Y lo más importante es que tendremos una buena amistad con Jehová, “el Dios que da paz” (Romanos 15:33). Podremos disfrutar de estas bendiciones si siempre resolvemos los desacuerdos con amor.

^ [1] (párrafo 12): La Biblia habla de otros siervos de Dios que resolvieron sus problemas. Por ejemplo, Jacob hizo las paces con su hermano Esaú, José con sus hermanos, y Gedeón con la gente de la tribu de Efraín (Génesis 27:41-45; 33:1-11; 45:1-15; Jueces 8:1-3). Tal vez podamos pensar en otros ejemplos bíblicos parecidos.