Ir al contenido

Ir al índice

Imitan los magníficos diseños naturales

Imitan los magníficos diseños naturales

Imitan los magníficos diseños naturales

Los niños pierden el equilibrio y reciben golpes en la cabeza al dar sus primeros pasos, y, cuando ya son mayores, se caen de los árboles y de las bicicletas. Los deportistas chocan unos con otros en el campo de juego, y los automovilistas sufren innumerables accidentes. Pese a todas estas caídas, topetazos y colisiones, a menudo salimos sin lesiones graves. Tendemos a dar por sentadas la resistencia y capacidad de recuperación de nuestro cuerpo. Sin embargo, como están comenzando a descubrir los científicos, nuestra constitución física revela excepcionales diseños, desde los huesos hasta la misma piel.

LA CONJUNCIÓN de fortaleza y resistencia —con un peso relativamente liviano— es una constante en la naturaleza. Así, tiernos brotes se abren paso entre las grietas del cemento y la roca, y terminan partiéndolos al convertirse en árboles lozanos, que en muchos casos soportan vientos capaces de tumbar postes eléctricos y destrozar casas. Por otro lado, la labor de taladrar la madera somete la cabeza del pájaro carpintero a fuerzas tales que harían papilla un cerebro común, y las lanzas, e incluso las balas, rebotan en el cuero de los cocodrilos y caimanes (compárese con Job 41:1, 26). Detalles como estos ocasionan asombro y perplejidad a los seres humanos desde hace milenios.

Durante las cuatro últimas décadas se han producido importantes avances técnicos que han brindado a la ciencia poderosos instrumentos para estudiar los secretos de tales diseños, que, en su mayoría, yacen escondidos dentro de las células. Cuando se accede al nivel microscópico, el diseño impresiona por su calidad y asombrosa complejidad. Pero el objetivo que persigue la ciencia no es meramente desentrañar los secretos de los extraordinarios materiales de la naturaleza, sino imitarlos, al menos en sus principios generales. Este campo de estudio es tan prometedor que ha propiciado el surgimiento de una nueva ciencia, la biomimética, término acuñado a partir de los vocablos griegos bí·os (vida) y mí·me·sis (imitación).

La biomimética promete un mundo mejor

La biomimética es el estudio de las estructuras biológicas [y] sus funciones”, explica el libro Biomimetics: Design and Processing of Materials (La biomimética: El diseño y procesamiento de materiales). Esta obra añade que el objeto de sus investigaciones es ‘estimular nuevas ideas y desarrollarlas en sistemas sintéticos semejantes a los que se hallan en los sistemas biológicos’.

De acuerdo con el científico Stephen Wainwright, “la biomimética terminará englobando a la biología molecular y convirtiéndose, en vez de ella, en la ciencia biológica de mayor interés e importancia del siglo XXI”. A su vez, el profesor Mehmet Sarikaya asevera: “Nos hallamos al borde de una revolución de los materiales, comparable a la Edad de Hierro y la revolución industrial. Daremos un gran salto adelante para adentrarnos en una nueva era de los materiales. Creo que durante el próximo siglo la biomimética cambiará sustancialmente nuestro modo de vida”.

Como veremos, en realidad ya ha empezado a modificar nuestro mundo. Pero demos primero un vistazo a algunas de las maravillas que hasta la fecha se han resistido a revelar sus secretos, pese al estudio diligente de los expertos. Repasemos también las serias implicaciones del término diseño, y cómo estas aportan sentido a nuestro sorprendente entorno.