Las familias sin padre: una señal de los tiempos
Las familias sin padre: una señal de los tiempos
¿CUÁL diría usted que es el problema social de mayor trascendencia en la actualidad? Casi un ochenta por ciento de los que fueron entrevistados en una encuesta Gallup en Estados Unidos cree que es “la ausencia física del padre en el hogar”. De acuerdo con Gallup, más de veintisiete millones de niños estadounidenses viven separados de su padre biológico, y la cantidad aumenta con rapidez. Un informe del UNICEF afirma que cerca del cincuenta por ciento de los niños blancos nacidos desde 1980 en Estados Unidos “pasarán una parte de su infancia en una familia monoparental. La proporción correspondiente a los niños negros es del 80%”. Por este motivo, el periódico USA Today llamó a Estados Unidos “líder mundial en familias sin padre”.
No obstante, un artículo que apareció en la revista The Atlantic Monthly señala: “El aumento en la desintegración familiar no es exclusivo de la sociedad norteamericana; se manifiesta en prácticamente todas las naciones avanzadas, como Japón”. Y, aunque no es fácil conseguir estadísticas, muchos países en vías de desarrollo parecen afrontar una crisis parecida. Según la revista World Watch, “con frecuencia, los hombres [de países pobres] abandonan a sus esposas e hijos debido a las crecientes presiones económicas”. De hecho, una encuesta efectuada en cierto país del Caribe reveló que solo el 22% de los padres con hijos de ocho años de edad vivían con ellos.
Hasta en tiempos bíblicos era común que hubiera niños sin padre (Deuteronomio 27:19; Salmo 94:6). En aquel entonces, sin embargo, la razón fundamental era el fallecimiento del progenitor. “En la actualidad —expresa el escritor David Blankenhorn—, la ausencia del padre se debe principalmente a que él así lo decide.” En realidad, como veremos, la aumentante cantidad de niños sin padre es testimonio de que muchas personas hoy día carecen de “cariño natural”. La Biblia asevera que esta es una prueba más de que vivimos en “los últimos días” (2 Timoteo 3:1-3).
Por otra parte, para los niños representa una tragedia personal el que la figura paterna desaparezca de su vida. Dicha situación provoca un círculo vicioso de dolor y perjuicios que puede tener consecuencias de largo alcance. Por consiguiente, en esta serie de artículos analizaremos el problema, no con el objetivo de desalentar a los lectores, sino para suministrar a las familias información que contribuya a frenar dicha tendencia destructiva.