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El pueblo ruso valora la libertad de culto

El pueblo ruso valora la libertad de culto

El pueblo ruso valora la libertad de culto

El pueblo ruso ha disfrutado de mayor libertad para adorar a Dios desde que la Unión Soviética se disolvió en 1991. Esa es una libertad que también valoran quienes han emigrado a otros países.

PARA muchas personas que viven en la región que conforma la antigua Unión Soviética, la libertad de reunirse públicamente para adorar a Dios es un valioso privilegio que se les había negado durante décadas.

Después de la Revolución bolchevique, ocurrida en 1917, la lectura de la Biblia se convirtió en una actividad de gran peligro en Rusia, y pocos se arriesgaban a perder su libertad por leerla, a excepción de los testigos de Jehová. De hecho, hace casi cuarenta y cuatro años aparecieron en la revista Newsweek del 16 de abril de 1956 estas palabras de un joven de Alemania oriental: “Nadie, salvo los testigos de Jehová, lee la Biblia”. Los Testigos fueron encarcelados y enviados a campos de trabajos forzados por celebrar reuniones para el estudio de la Palabra de Dios y predicar el mensaje bíblico. A pesar de todo, hablaban de su esperanza basada en las Escrituras adondequiera que fueran, como lo muestra el recuadro acompañante.

En 1991, cuando la Unión Soviética empezó a desmoronarse, los Testigos que habitaban esa región celebraron siete asambleas de distrito en las que se presentó un programa de instrucción bíblica, con una asistencia total de 74.252 personas. Tan solo dos años después, en 1993, se congregó una multitud de 112.326 personas en ocho asambleas celebradas en cuatro de las quince anteriores repúblicas soviéticas. * Una gran proporción de los miles de asistentes habían pasado largos años en prisiones y campos de trabajos forzados. Estos cristianos fieles se sentían sumamente agradecidos por la libertad de adorar a Dios sin trabas.

Desde entonces, los habitantes de estas ex repúblicas soviéticas demuestran todos los años cuánto valoran el privilegio de reunirse libremente como cristianos en su país. El año pasado, por ejemplo, un total de 282.333 testigos de Jehová y amigos suyos tuvieron el placer de adorar juntos en 80 asambleas de distrito “La palabra profética de Dios”, que se celebraron en antiguas repúblicas de la Unión, con un total de 13.452 bautizados.

Y, sorprendentemente, el año pasado también hubo asambleas de distrito en idioma ruso en otros países de la Tierra. En cuatro de estos, que no forman parte del anterior bloque soviético, la asistencia a las asambleas sumó un total de 6.336 personas. ¿Dónde se llevaron a cabo? Y ¿a qué se debe el intenso interés de tanta gente de habla rusa por la Biblia? Primero contestemos brevemente esta última pregunta.

Reconocen su necesidad espiritual

Rusia cuenta con un rico pasado religioso. Sus antiguas catedrales ornamentadas se encuentran entre las más famosas de la cristiandad. No obstante, al igual que la Iglesia Católica Romana, la Iglesia Ortodoxa Rusa ha mantenido al pueblo en ignorancia de la Biblia.

El libro The Russian Tragedy—The Burden of History (La tragedia rusa: el peso de la historia), de reciente publicación, explica que “la Biblia nunca ha sido importante para la ortodoxia rusa”. En opinión de Sergei Ivanenko, autoridad rusa en el campo de la religión, el resultado ha sido que “el poco conocimiento bíblico que poseen los creyentes ortodoxos ha dado lugar a que muchos de ellos sean más propensos a dejarse influir por las supersticiones, el ocultismo y la magia que los no creyentes”.

El famoso escritor ruso Tolstói hizo una observación parecida: “Quedé convencido de que la doctrina de la Iglesia [Ortodoxa Rusa] era, en sus enseñanzas, un engaño astuto y perjudicial, y en la práctica, la más descarada colección de supersticiones y hechicería, que oculta completamente el entero significado de la enseñanza cristiana”.

La situación creó un terreno fértil para el crecimiento del comunismo soviético, con su propaganda ateísta y su bien conocido lema: “La religión es el opio del pueblo”. Pero pronto el propio comunismo se convirtió en una religión, conocida muchas veces como la “religión roja”, que sin embargo no perduró. Cuando el Estado Soviético se desplomó en 1991, millones de personas se hallaban confundidas sin saber a dónde acudir. Miles de rusos respondieron entonces a la invitación de los testigos de Jehová y buscaron las respuestas en la Biblia.

El pueblo ruso se encontraba entre las personas más instruidas del mundo gracias a su excelente sistema educativo, factor que contribuyó a que muchos de ellos no solo leyeran la Biblia, sino que también amaran sus enseñanzas. Por otra parte, cientos de miles de personas procedentes de la anterior Unión Soviética emigraron a otros países, como Alemania, Estados Unidos y Grecia, especialmente durante la década de los noventa. ¿Con qué desenlace?

Libertad de adoración en Alemania

Durante los siglos XVIII y XIX muchos alemanes emigraron a Rusia. Sofía, de 15 años de edad, fue la más famosa de ellos, y en 1762 sucedió a su esposo como gobernante de ese país. Sofía, conocida más tarde como Catalina la Grande, invitó durante su largo reinado a los campesinos germanos a vivir en Rusia. Cuando Alemania atacó a la Unión Soviética durante la segunda guerra mundial, la mayoría de los descendientes de alemanes fueron trasladados a Siberia y a otras repúblicas soviéticas, como Kazajstán, Kirguizistán y Uzbekistán. Recientemente muchos alemanes que hablaban ruso y otros nativos de la ex Unión Soviética emigraron a Alemania en busca de mejores condiciones económicas.

En diciembre de 1992 se formó en Berlín la primera congregación de habla rusa de Alemania. El año pasado se formaron en ese país tres circuitos con las 52 congregaciones y los 43 grupos más pequeños que hablan esta lengua. Para la Asamblea de Distrito “La palabra profética de Dios” en ruso, celebrada en Colonia del 30 de julio al 1 de agosto, la asistencia máxima fue de 4.920 personas, y 164 se bautizaron para simbolizar su dedicación a Jehová. Poco antes, las congregaciones de habla rusa de Alemania habían tenido 6.175 asistentes a la Conmemoración de la muerte de Jesús, celebrada el 1 de abril del mismo año.

Los rusos de Estados Unidos

También en Estados Unidos se ha experimentado una afluencia de rusos provenientes del antiguo bloque soviético. El periódico The New York Times informó: “Entre 1991 y 1996, los rusos eran el grupo de inmigrantes de mayor crecimiento en Brooklyn. Durante el mismo período, el Servicio de Inmigración y Naturalización admitió en Estados Unidos a más de trescientos treinta y nueve mil inmigrantes de la anterior Unión Soviética”.

Después, el Times de enero de 1999 apuntó que durante la década anterior, unos cuatrocientos mil judíos procedentes de la ex Unión Soviética habían llegado a la ciudad de Nueva York y sus alrededores. Asimismo miles de rusos se han establecido en otras partes de Estados Unidos en los últimos años. Por ejemplo, la zona del norte de California ha acogido a unos treinta y cinco mil en tiempos recientes, con lo que se convierte en la tercera región con mayor concentración de inmigrantes rusos, después de Nueva York y Los Ángeles. También estas personas han aprovechado la oportunidad de leer la Biblia, y cientos de ellas adoran ahora al Dios verdadero, Jehová.

El 1 de abril de 1994 se formó en Brooklyn (Nueva York) la primera congregación de habla rusa de los testigos de Jehová de Estados Unidos en tiempos modernos. Más tarde se formaron otras en Pennsylvania, California y Washington, y se iniciaron grupos de estudio en muchos otros lugares del país.

Un acontecimiento sin precedente en Estados Unidos

Del 20 al 22 de agosto del año pasado, 670 personas de todo Estados Unidos y Canadá tuvieron la emocionante experiencia de asistir a la primera asamblea de distrito en ruso celebrada en la ciudad de Nueva York. Todos los discursos se pronunciaron en esa lengua, y los miembros de la Congregación Rusa de Los Ángeles (California) escenificaron el drama basado en el relato de Jacob y Esaú, con vestuario de la época. En verdad, ese fue un rasgo notable de la asamblea.

Otro detalle sobresaliente fue el bautismo de las catorce personas que aparecen en la fotografía de esta página. Algunas viajaron unos 4.000 kilómetros desde Portland (Oregón), Los Ángeles o San Francisco para bautizarse en la asamblea de Nueva York. Los recién bautizados habían vivido antes en diferentes repúblicas del anterior bloque soviético: Armenia, Azerbaiyán, Belarús, Moldova, Rusia y Ucrania. Su historia personal revela cuánto valoran el conocimiento de Dios y la libertad de adorarlo.

Svetlana (tercera desde la izquierda, primera fila) se crió en Moscú. A la edad de 17 años se casó con un cantante famoso mucho mayor que ella, y ambos llegaron a Estados Unidos con su hijo pequeño en 1989. Pero su esposo viajaba mucho, y cinco años después se habían divorciado.

Cuando Svetlana conoció a una compañera de trabajo que era Testigo, sus amigas le dijeron que no se metiera con ‘esa secta que controlaría su mente y le quitaría todo su dinero’. De todos modos, quería aprender lo que la Biblia enseña. Ella relata lo que pensó cuando le mostraron el nombre de Dios en la Biblia: “Quedé sumamente impresionada de que los Testigos fueran los únicos que lo dieran a conocer”.

De joven, Andrei (segunda fila, tercero desde la izquierda) dejó su hogar en Siberia para entrenarse en la actual San Petersburgo como atleta profesional. Poco después se disolvió la Unión Soviética y, en 1993, a la edad de 22 años, emigró a Estados Unidos. “Comencé a pensar en Dios y a asistir a la Iglesia Ortodoxa Rusa —explica—. Una vez, durante la celebración rusa de la Pascua, me quedé toda la noche intentando acercarme a Dios.”

Más o menos por ese tiempo, Svetlana conoció a Andrei y le habló de lo que ella estaba aprendiendo en su estudio bíblico. Este concordó en acompañarla a una reunión de los testigos de Jehová, y luego aceptó estudiar la Biblia. Svetlana y Andrei se casaron en enero de 1999. Estaban radiantes después de su bautismo en la asamblea de distrito.

Pavel (fila de atrás, cuarto desde la izquierda) nació cerca de Qaraghandy (Kazajstán), pero después se mudó a Nalchik (Rusia). Esta ciudad grande queda cerca de Chechenia y Dagestán, donde han tenido lugar tantos conflictos. Pavel conoció primero a los Testigos en agosto de 1996, pero emigró a San Francisco el mes siguiente. Estaba involucrado en las drogas y era padre de una niña, a la que dejó en Rusia con la madre.

Inmediatamente después de llegar a Estados Unidos, Pavel se puso en contacto con los testigos de Jehová y aceptó un estudio de la Biblia. Enderezó su vida y le escribió a la madre de su hija acerca de sus creencias recién descubiertas. Ella está ahora estudiando con los Testigos, y planea viajar a Estados Unidos para casarse con Pavel y poder servir a Jehová en California con su hijita.

George (fila de atrás, segundo desde la izquierda) nació y se crió en Moscú. Llegó a Estados Unidos en 1996, y al año siguiente se casó con Flora, natural de Azerbaiyán. George asistía a la Iglesia Ortodoxa Rusa, pero después de leer una revista La Atalaya, le surgieron dudas sobre la doctrina de la Trinidad. En respuesta a una carta que escribió a la Sociedad Watch Tower, recibió el folleto ¿Debería creer usted en la Trinidad? En 1998, él y Flora empezaron a estudiar la Biblia. Ahora ella también tiene planes de bautizarse.

Otro rasgo de la asamblea fueron los saludos que se recibieron de los asambleístas de Moscú, donde 15.108 se habían congregado ese mismo fin de semana. Los asistentes a la asamblea de la ciudad de Nueva York se sintieron muy emocionados al escuchar el anuncio de que 600 personas se habían bautizado en Rusia. La noticia fue especialmente animadora en vista de los inquietantes informes de la prensa y la televisión que habían comenzado a difundirse en Estados Unidos y otros sitios durante la semana de la asamblea.

Qué ocurrió en Moscú

El 21 de julio de 1999, los Testigos firmaron un contrato para usar el estadio olímpico que está cerca del centro de Moscú y precisamente junto a una iglesia ortodoxa rusa grande. Una semana antes del inicio de la asamblea, se hizo evidente que habría oposición. Para el miércoles 18 de agosto, no se había recibido aún el permiso para usar el estadio, a pesar de que ya se había pagado el alquiler. A los funcionarios se les recalcó el hecho de que los testigos de Jehová son una organización religiosa reconocida en Rusia, como lo muestra el recuadro de la página 28.

Puesto que cerca de quince mil asambleístas estaban por llegar el viernes por la mañana, los representantes de los Testigos comenzaron a ponerse nerviosos. Algunos asistentes venían de ciudades y pueblos a muchísimos kilómetros de Moscú. Finalmente, después de varias horas de negociaciones, como a las ocho de la noche del jueves 19 de agosto, los administradores del estadio les comunicaron a los hermanos que podía celebrarse la asamblea. Las autoridades de la ciudad notificaron que no tenían ninguna objeción a que se llevara a cabo.

A la mañana siguiente, miles de personas inundaron el estadio. Voluntarios Testigos habían trabajado toda la noche en los preparativos para recibirlos. Esa mañana también estuvieron presentes algunos representantes de la prensa, a quienes se les había informado antes de la oposición que afrontaba la asamblea. Uno de ellos exclamó: “¡Felicidades! Nos alegra saber que su asamblea va a celebrarse”.

Un ejemplo de conducta ordenada

La administración del estadio consideró que sería prudente adoptar medidas de protección. Así que en todas las entradas se estacionaron guardias de seguridad con equipo detector de metales, como el que se utiliza para revisar a los pasajeros en los aeropuertos. También se ubicaron policías por todo el interior del estadio. La asamblea prosiguió de forma ordenada a pesar de una seria amenaza.

El sábado por la tarde, alguien hizo una llamada telefónica para comunicar que se había colocado una bomba en el estadio. La amenaza se recibió poco antes de que concluyera el penúltimo discurso de ese día, por lo que, a petición de la administración del estadio, se hizo un breve anuncio para evacuar de inmediato el local. Todos los asistentes obedecieron y salieron de manera ordenada, lo que dejó pasmados a los administradores y la policía. ¡Nunca habían visto nada igual! Hasta preguntaron si lo habían ensayado.

No se encontró ninguna bomba, y al día siguiente se prolongó el programa para incluir la parte del sábado que no se había presentado. La administración del estadio estuvo complacida con la asamblea.

Grecia y otros lugares

Durante el último fin de semana de agosto y el primero de septiembre, se celebraron también en la lengua rusa asambleas de distrito en Grecia: primero en Atenas y luego en Tesalónica, con una asistencia total de 746 personas y 34 bautizados. En Grecia hay ocho congregaciones de habla rusa y diecisiete grupos más pequeños de inmigrantes de ex repúblicas soviéticas sureñas. En estas congregaciones y grupos, las reuniones se celebran en ruso y otros idiomas de los inmigrantes.

Victor fue uno de los que se bautizaron en Atenas. Había sido ateo, pero en agosto de 1998 asistió a la asamblea internacional de los testigos de Jehová, celebrada en Atenas, en la que su esposa se bautizó. Dijo que había quedado tan impresionado por el amor de los asistentes que se había sentido impulsado a estudiar la Biblia.

Un hombre llamado Ighor recibió un ejemplar del libro Usted puede vivir para siempre en el paraíso en la Tierra. En cuanto terminó de leerlo, se deshizo de todos sus iconos y hasta empezó a presentarse como testigo de Jehová. Escribió a la sucursal de Atenas y, tan pronto lo visitaron los Testigos en noviembre de 1998, asistió a su primera reunión de congregación. Desde entonces, no se ha perdido ni una sola reunión. Su meta, ahora que se ha bautizado, es ser ministro de tiempo completo de los testigos de Jehová.

No hemos podido incluir a otros países adonde han emigrado personas de habla rusa, muchas de las cuales se regocijan también por la libertad de que disfrutan para estudiar la Biblia y congregarse abiertamente con el propósito de adorar a Dios. Para ellas, este es un tesoro que aprecian muchísimo.

[Nota]

^ párr. 5 Las quince repúblicas, actualmente países independientes, son: Armenia, Azerbaiyán, Belarús, Estonia, Georgia, Kazajstán, Kirguizistán, Letonia, Lituania, Moldova, Rusia, Tayikistán, Turkmenistán, Ucrania y Uzbekistán.

[Recuadro de la página 22]

Rusos que aman la Biblia

El profesor Sergei Ivanenko, respetada autoridad rusa en el campo de la religión, dijo que los testigos de Jehová eran personas verdaderamente dedicadas al estudio de la Biblia. En su reciente libro O lyudyakh, nikogda nye rasstayushchikhsya s bibliey (Gente que nunca anda sin la Biblia), en ruso, escribe con relación a la historia temprana de los Testigos en la Unión Soviética: “Aunque terminaron en prisión por ser fieles a sus creencias, los testigos de Jehová siempre encontraron maneras de usar la Biblia”. Para ilustrarlo, relató la siguiente experiencia.

“Estaba prohibido que los prisioneros tuvieran una Biblia; la confiscaban si se hallaba durante un registro. Ahora bien, en uno de los campos norteños, un testigo de Jehová que era electricista guardaba algunas porciones de las Escrituras en un transformador de alto voltaje. Cada sección de la Biblia estaba atada con un cordel a un alambre específico, y ese hombre era el único que sabía de qué cordel tirar para sacarla —por ejemplo, el Evangelio de Mateo— sin electrocutarse. Por supuesto, ningún registro, por minuciosos que fueran los guardias, dio resultado, así que nunca se descubrió esta Biblia singular.”

[Recuadro de la página 28]

Se inscribe nuevamente en el registro oficial a los testigos de Jehová de Rusia

Los testigos de Jehová han estado proclamando activamente el Reino de Dios por más de un siglo en Rusia. Sin embargo, debido a restricciones gubernamentales, no recibieron reconocimiento oficial sino hasta el 27 de marzo de 1991, fecha en la que quedaron inscritos con el nombre de Centro Administrativo de las organizaciones religiosas de los testigos de Jehová en la U.R.S.S.

El 26 de septiembre de 1997 se promulgó la Ley sobre la Libertad de Conciencia y Asociación Religiosa. Esta nueva ley recibió extensa publicidad de la prensa de todo el mundo. ¿Por qué? Porque muchos la vieron como un intento de restringir las actividades religiosas de confesiones minoritarias en Rusia.

Por consiguiente, a pesar de la inscripción en el registro oficial que los testigos de Jehová habían conseguido con tanto esfuerzo en 1991, la nueva ley sobre la libertad de conciencia exigía que ellos, al igual que todas las demás organizaciones religiosas, se volvieran a registrar. Esto hizo surgir varias preguntas. ¿Quería decir que las autoridades rusas estaban volviendo a aplicar una política opresiva contra los testigos de Jehová? ¿O se respetarían la tolerancia religiosa y la libertad de cultos que se garantizaban en la Constitución de la Federación Rusa?

El tiempo dio la respuesta. ¡Qué contentos se pusieron los Testigos cuando recibieron nuevamente reconocimiento oficial! El 29 de abril de 1999, el Ministerio de Justicia ruso extendió un certificado de registro a nombre del “Centro Administrativo de los Testigos de Jehová de Rusia”.

[Ilustración de la página 23]

Primera asamblea de distrito en ruso celebrada en Estados Unidos

[Ilustración de la página 24]

Drama bíblico que la Congregación Rusa de Los Ángeles presentó en Nueva York

[Ilustración de la página 25]

Estos catorce nuevos bautizados en Nueva York proceden de seis repúblicas de la ex Unión Soviética

[Ilustración de las páginas 26 y 27]

Más de quince mil personas se congregaron en el Estadio Olímpico de Moscú