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De nuestros lectores

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Delincuente rehabilitado Era mi deber escribir para decirles cuánto les agradezco la biografía de Enrique Torres, hijo, titulada “De león rugiente a manso cordero” (8 de agosto de 1999). Destacó el amor y la misericordia de nuestro Dios, Jehová, y la inmensa paciencia que tiene con nosotros. También indicó que los padres no debemos dar nunca por perdidos a los hijos, sin importar cuánto se hayan alejado de los principios divinos.

J. F., Inglaterra

A pesar de que tuve una crianza cristiana, las malas compañías me llevaron a las drogas y la violencia. A los dieciocho años recibí una condena de veinticinco años de prisión. La congregación cristiana me readmitió, pero muchas veces aún me siento una persona indigna. No obstante, al leer el relato comprendí que Jehová no está lejos de quienes lo buscan. Aunque sigo en la cárcel, esta biografía me ha animado a mantenerme firme.

R. B., Estados Unidos

Colibríes “El ave que besa las flores” (8 de agosto de 1999) fue un reportaje fabuloso. Ya había visto colibríes antes, pero no estaba al tanto de que pudiesen ser tan diminutos. Las palabras e imágenes que publicaron me han despertado el interés por estos seres fascinantes.

R. H., Alemania

Me impresionaron la información y las hermosas fotografías. En verano no es raro que visiten mi jardín los colibríes. Da gusto contemplar a estas espléndidas avecillas. A menudo solo tengo que mirarlas para levantarme el ánimo.

C. S. S., Brasil

El uso seguro de las escaleras Gracias por el artículo “Cómo evitar accidentes al utilizar escaleras de mano” (8 de agosto de 1999). Hace poco sufrí un accidente con una escalera de este tipo. Debido a esto tuve que ser intervenido quirúrgicamente de la rodilla. Sus diez sugerencias me servirán de mucho cuando utilice escaleras de mano nuevamente.

D. N., México

La estación espacial Tengo dieciséis años y siempre me ha fascinado la exploración del universo. Por eso deseo agradecerles el reportaje “La Estación Espacial Internacional: laboratorio en órbita” (22 de agosto de 1999). Los artículos de este género son muy importantes para mí.

K. E., Estados Unidos

Ustedes glorifican esa estación espacial sin emplear ni una sola palabra condenatoria. Dios no ha indicado nunca que algo así forme parte de su plan para el hombre. Además, es vergonzoso que se gaste tanto en un solo lanzamiento cuando millones de personas se mueren de hambre. Al ensalzar tales empresas, ustedes deshonran a Dios.

P. N. M., Inglaterra

Aunque la Biblia indica que “la tierra la ha dado [Dios] a los hijos de los hombres” (Salmo 115:16), no muestra en ningún pasaje que sea malo que ellos se interesen por el espacio. De hecho, las Escrituras animan a los fieles a observar los cielos para constatar la sabiduría y el poder del Creador (Salmo 8:3, 4; 19:1). En todo caso, nunca nos propusimos glorificar la propuesta estación espacial; simplemente nos limitamos a informar de los planes de construcción. Queda por verse si las investigaciones que se realicen en ella justifican la enorme inversión.—La Redacción.

Sobrevivientes de la persecución Acabo de leer el artículo “Sirvo a Dios en peligro de muerte” (22 de agosto de 1999). Gracias a que los hermanos de Angola aguantaron por más de diecisiete años, la tierra que parecía un yermo espiritual ha sido bendecida con abundante fruto.

R. Y., Japón