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Una fe viva ante la tragedia

Una fe viva ante la tragedia

Una fe viva ante la tragedia

HACE casi sesenta años, Mina Esch recibió una postal de su esposo, Peter. El mensaje escrito a mano era breve y vago. Sin embargo, a ella le alegró y reconfortó recibirlo. El marido de Mina era prisionero en el campo de concentración de Buchenwald. El gobierno nazi lo había enviado allí por ser testigo de Jehová. Al dorso de la postal aparecía la concisa declaración: “El prisionero sigue siendo un testarudo Estudiante de la Biblia [como se conocía entonces a los testigos de Jehová] [...]. Por esa única razón se le ha negado el privilegio, normalmente permisible, de mantener correspondencia”. Estas palabras le confirmaron a Mina que Peter aún tenía una fe firme.

La postal, actualmente quebradiza y amarillenta, la tiene prestada el Museo de la Herencia Judía: Monumento Vivo en Memoria del Holocausto, ubicado en Battery Park, en la ciudad de Nueva York. Una fotografía de Peter Esch junto con la postal dan un pequeño testimonio de la enorme tragedia humana —el Holocausto— en la que murieron seis millones de judíos. La exhibición principal de dicho museo contiene más de dos mil fotografías y ochocientos objetos históricos y culturales que representan las experiencias de la comunidad judía desde los años ochenta del siglo XIX hasta la actualidad, incluido el Holocausto. ¿Por qué es el Museo de la Herencia Judía un lugar apropiado para exhibir la postal de Peter Esch?

“El cometido del museo es representar la historia judía —explica el doctor Jud Newborn, historiador del museo—. Los testigos de Jehová fueron perseguidos por ser testigos de Jehová, por sus creencias religiosas y porque no creían en el racismo ni en jurar lealtad a un dictador malvado y mundano. Y tampoco creían en pelear la guerra de tal hombre. [...] Los judíos lucharon para mantener sus valores y su fe ante muchísima oposición. El museo loa esa resistencia espiritual. Por eso, esta institución también reconoce y admira la fe que mostraron los testigos de Jehová durante el régimen nazi.”

Un escrito sencillo, conservado provisionalmente en el Museo de la Herencia Judía, representa la lucha de un hombre cuya lealtad a Jehová fue sometida a prueba. Peter Esch sobrevivió a las adversidades del campo nazi y salió con la fe intacta.

[Ilustración de la página 31]

Museo de la Herencia Judía de la ciudad de Nueva York

[Ilustraciones de la página 31]

Esch, testigo de Jehová, estuvo preso de 1938 a 1945 por negarse a renunciar a sus creencias