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¿Llegará a unirse el mundo?

¿Llegará a unirse el mundo?

¿Llegará a unirse el mundo?

EN LOS últimos años, millones de personas de Europa del Este, por citar una región, han sufrido las consecuencias de las divisivas guerras. Pero en medio del salvajismo de las contiendas, miles de ciudadanos de estos países han logrado cultivar entre sí una unidad auténtica y perdurable. Examinemos algunos ejemplos.

En 1991 se congregaron en la ciudad croata de Zagreb casi quince mil asambleístas de diversos países. Un policía que observó la reunión no pudo menos que comentar: “Convendría mostrar a los medios de comunicación lo que está sucediendo en este estadio, aquí mismo, donde vemos sentados juntos en paz a serbios, croatas, eslovenos, montenegrinos y representantes de otros grupos étnicos”. ¿Qué da cuenta de su extraordinaria unidad?

En 1993, cuando se celebró en Kiev, la capital ucraniana, una asamblea internacional mayor (registró un máximo de casi sesenta y cinco mil asistentes), titulada “Enseñanza Divina”, la portada del rotativo El vespertino de Kiev dio esta explicación: “A los testigos de Jehová [...] no solo los unen sus tarjetas de solapa azules que dicen ‘Enseñanza Divina’, sino también la fe verdadera”.

La enseñanza divina fomenta la unidad

El lector tal vez se pregunte la razón de que los testigos de Jehová se encuentren tan unidos en un mundo plagado por la desunión. El profesor polaco Wojciech Modzelewski alude a dicho motivo en el siguiente comentario sobre estos cristianos: “El factor clave de su actitud pacífica es que ya en la actualidad siguen los principios revelados en la Biblia”. Así es: los testigos de Jehová de todo el mundo viven unidos gracias a la enseñanza del Creador, Jehová Dios. ¿En qué consiste la enseñanza divina?

Jesucristo expuso un importante principio unificador al señalar lo siguiente acerca de sus discípulos: “Ellos no son parte del mundo, así como yo no soy parte del mundo”. Efectivamente, la neutralidad que asumen los testigos de Jehová de todas las naciones crea unidad entre ellos. Su actitud está en consonancia con lo que oró Jesús: “Hago petición [...] para que todos ellos sean uno, así como tú, Padre, estás en unión conmigo y yo estoy en unión contigo, que ellos también estén en unión con nosotros” (Juan 17:16-21).

Esta postura neutral fomenta la unidad, pues lleva a que los Testigos de todo el mundo adopten el modo de actuar que, según el profeta Isaías, sería característico de las personas a quienes Dios “[instruiría] acerca de sus caminos”. De ellas dijo Isaías: “Tendrán que batir sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas”. Y añadió: “No alzará espada nación contra nación, ni aprenderán más la guerra” (Isaías 2:2-4).

La unidad y la paz patentes en las asambleas que han celebrado los testigos de Jehová en Europa oriental durante el último decenio constituyen una muestra del cumplimiento a pequeña escala de esta predicción. No solo en Europa, sino en todo el mundo, los Testigos han obrado en conformidad con el simbólico batimiento de espadas en rejas de arado y de lanzas en podaderas. De ahí que gocen de paz y unidad en medio de las divisiones de este mundo. No es de extrañar que un editorial periodístico dijera: “Si todo el mundo viviera en conformidad con el credo [bíblico] de los Testigos [de Jehová], se acabarían el odio y el derramamiento de sangre, y reinaría el amor”. ¿Será así algún día?

Cómo se unirá el mundo

Para unir al planeta entero no basta con una colectividad bienintencionada que es relativamente pequeña. Se requiere un gobierno que tenga el poder necesario para limitar la influencia de los agentes contrarios a la unidad y la paz. Jesús enseñó a sus discípulos a pedir en sus oraciones este gobierno: “Venga tu reino. Efectúese tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra” (Mateo 6:10). Así pues, Jesús indicó que solo el gobierno de Dios, “el reino de los cielos”, solucionará los problemas del mundo, entre ellos la desunión (Mateo 4:17).

El rey de este gobierno celestial es Jesucristo. Bajo su mando, las personas que vivan en la Tierra disfrutarán de una paz y unidad sin precedentes. Esta unidad universal no la establecerán las reformas económicas del hombre. Será logro exclusivo del gobierno mundial del “Príncipe de Paz” (Isaías 9:6, 7).

El Príncipe de Paz no tolerará las injusticias actuales —en muchos casos fruto de la pobreza y el abuso del poder—, pues la Biblia promete que “ante él todos los reyes se postrarán; todas las naciones, por su parte, le servirán. Porque él librará al pobre que clama por ayuda, también al afligido y a cualquiera que no tiene ayudador. De la opresión y de la violencia les redimirá el alma [...]. Llegará a haber abundancia de grano en la tierra; en la cima de las montañas habrá sobreabundancia” (Salmo 72:11, 12, 14, 16).

Durante el reinado de Cristo ya no existirá el desempleo, como indica el profeta Isaías: “No edificarán y otro lo ocupará; no plantarán y otro lo comerá. Porque como los días de un árbol serán los días de mi pueblo; y la obra de sus propias manos mis escogidos usarán a grado cabal” (Isaías 65:22). ¡Cuánta satisfacción sentirán al realizar trabajos útiles todos los que vivan en esta Tierra!

¿Cuándo habrá verdadera unidad?

Pero ¿en qué momento comenzará Cristo a administrar la Tierra? Al contestar esta pregunta, Jesús señaló a un período caracterizado por conflictos bélicos, informes de guerras, enfermedades, terremotos y otros sucesos. Entre ellos destaca uno positivo: la predicación mundial de las buenas nuevas del Reino de Dios (Mateo 24:3-14; Lucas 21:11). Jesús dijo que tales acontecimientos culminarán en una “gran tribulación” que anunciará un cambio total en la gobernación del planeta (Mateo 24:21). Podemos leer su discurso en el capítulo 24 de Mateo y el cap. 21 de Lucas. Al comparar las condiciones que predice con la situación que observamos en el mundo, no podemos sustraernos a la conclusión de que vivimos en vísperas de que Dios suprima los gobiernos humanos. Su Reino, en manos de Cristo, asumirá el dominio. Se avecina un mundo unido.

Pero debemos plantearnos una pregunta más: ¿Qué haremos personalmente para presenciar la realización de esta promesa? Dado que la Biblia desempeña un papel fundamental en las expectativas de los seres humanos, es sabio conocerla mejor. Por ello, a los testigos de Jehová les complacería visitarle en su domicilio para impartirle clases bíblicas gratuitas. * Si acepta este ofrecimiento, no tardará en comprender que está muy próxima la unidad mundial, unidad de la que usted también puede formar parte.

[Nota]

^ párr. 17 Si desea recibir más información sobre este programa de estudios bíblicos gratuitos, comuníquese con los editores de esta revista o con los testigos de Jehová de su localidad.

[Ilustraciones de las páginas 8 y 9]

Los testigos de Jehová gozan de extraordinaria unidad en todo el mundo

Kiev (Ucrania)

Zagreb (Croacia)

[Ilustración de la página 10]

El propósito divino es que la humanidad sea una sola familia universal que viva unida