Ir al contenido

Ir al índice

La pornografía se introduce en la Red

La pornografía se introduce en la Red

La pornografía se introduce en la Red

TODOS LOS DÍAS, MILLONES DE PERSONAS DE TODO el planeta utilizan Internet. Muchos se conectan para realizar operaciones comerciales, ponerse al día con la actualidad mundial, averiguar el estado del tiempo, aprender sobre otros países, obtener información turística o comunicarse con familiares y amigos de distintas partes del mundo. Pero algunos usuarios —tanto casados como solteros, además de una cantidad sorprendente de niños— acceden a la Red con un motivo muy diferente: CONTEMPLAR PORNOGRAFÍA.

LA PORNOGRAFÍA VIRTUAL (también llamada cibersexo y ciberporno) es tan popular que se ha convertido en un negocio multimillonario. El diario The Wall Street Journal señaló: “Si ve que un sitio de la Red produce beneficios, lo más probable es que sus objetivos y su contenido sean claramente pornográficos”.

El periódico pasó a explicar por qué la gente recurre a Internet para contemplar pornografía: “Los clientes pueden ver imágenes de sexo sin tener que entrar a hurtadillas en una librería sórdida ni visitar la trastienda del videoclub del vecindario. Pueden examinar con detenimiento material erótico en la intimidad de su hogar o de su oficina”.

La pornografía y los niños

Lamentablemente, muchos de los observadores del cibersexo son niños. Aunque la ley no les permite comprar publicaciones eróticas ni alquilar vídeos pornográficos, pueden acceder a estos desde su propia casa mediante unos cuantos clics con el ratón. El surtido que se les ofrece es interminable.

Un gran número de menores visitan con frecuencia sitios de Internet sin el conocimiento de sus padres. De hecho, el diario The Detroit News afirma que “más de 2 de cada 5 niños se han suscrito a un sitio o un servicio de la Red, aunque casi el ochenta y cinco por ciento de los padres lo prohíben a sus hijos”.

Si bien la mayoría de los menores, así como de los adultos, ocultan celosamente el hecho de que son aficionados a la pornografía, no todo el mundo ve la necesidad de hacerlo. Algunos la consideran una forma inocente de entretenimiento. Otros admiten que la pornografía es dañina para los niños, pero piensan que lo que los adultos hagan en su vida privada es asunto suyo.

En algunos países, la polémica en torno a este asunto se ha convertido en una declarada batalla política. En un lado del debate se encuentran los defensores de la libertad de expresión, que abogan por la pornografía, y en el otro, los defensores de los valores familiares, que presionan a las autoridades para que la proscriban.

¡Despertad! no toma partido en cuestiones políticas. El propósito de este reportaje es informar a nuestros lectores sobre los peligros de mirar imágenes obscenas, sugerir formas de protegerse a sí mismos y proteger a sus seres queridos, y dar consejos basados en la Biblia a los que han caído en el lazo de la pornografía y desean liberarse.