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La lucha contra el “beso” de la muerte

La lucha contra el “beso” de la muerte

La lucha contra el “beso” de la muerte

DE NUESTRO CORRESPONSAL EN BRASIL

En el silencio de la noche, mientras usted duerme profundamente, se va acercando y, sin despertarle —es más, sin que lo note siquiera—, le da su pernicioso “beso”.

EL INTRUSO nocturno al que nos referimos es un insecto llamado vinchuca (en portugués, barbeiro), que abunda en Sudamérica. Durante los quince minutos que llega a durar su prolongado “beso”, la chinche chupa la sangre de la víctima poco a poco. El “beso” en sí no le causará daño, pero las heces que deposita sobre la piel tal vez contengan un parásito denominado Trypanosoma cruzi (T. cruzi para abreviar). Si este penetra en el organismo por los ojos, la boca o alguna herida, desencadenará la tripanosomiasis americana, más conocida como mal de Chagas.

El síntoma más claro de esta enfermedad, en su fase aguda, es la hinchazón del contorno de uno de los ojos. Quizás vaya seguido de fatiga, fiebre, falta de apetito y diarrea. Al cabo de un mes o dos, el cuadro clínico suele desaparecer, aun sin tratamiento. Pero es posible que lo peor esté por llegar. A los diez o veinte años de contraer la infección, puede que la víctima padezca enfermedades del corazón, entre ellas arritmias o incluso paro cardíaco. *

Se calcula que más de dieciocho millones de personas están infectadas con el mal de Chagas, y otras 50.000 mueren anualmente por su causa. No todas lo contraen mediante la picadura del insecto. Algunos niños, por ejemplo, lo adquieren al lactar de su madre contagiada. Las embarazadas pueden transmitirlo a sus hijos durante la gestación o el parto. Otra vía de contagio son las transfusiones de sangre, así como el consumo de alimentos crudos que se hayan contaminado con el T. cruzi. *

¿Qué medidas se adoptan contra esta enfermedad? La fumigación de las viviendas es un método efectivo para combatir estos insectos, aunque resulta desagradable y debe repetirse cada seis meses. La Universidad Federal de Río de Janeiro ha propuesto una alternativa: una pintura que contiene insecticida. Se puso a prueba el producto en 4.800 viviendas. ¿Con qué resultado? Dos años después, el 80% de los hogares seguía sin vinchucas. Los investigadores también han descubierto que las hojas de la margosa (Azadirachta indica) contienen una sustancia biodegradable inocua (la azadiractina) que no solo cura las chinches infectadas, sino que también impide que las sanas hospeden el parásito.

Ayuda para los enfermos

¿Hay esperanza para los millones de contagiados con el mal de Chagas? Sí. Un equipo internacional de científicos procura desentrañar los secretos de los 10.000 genes del T. cruzi, lo que permitiría la obtención de pruebas de diagnóstico, vacunas y medicamentos más potentes.

En julio de 1997, ciertos investigadores enviaron una de las proteínas esenciales de este parásito al espacio exterior en el transbordador espacial Columbia, con el propósito de estudiar su estructura en condiciones de microgravedad. Este paso es fundamental para elaborar fármacos que encajen con la constitución del T. cruzi. La búsqueda de nuevos medicamentos es primordial, ya que cuando la enfermedad alcanza las últimas etapas, los remedios actuales no son efectivos. *

La bióloga brasileña Constança Britto, consciente de las ventajas de un tratamiento precoz, ha desarrollado una prueba basada en la reacción en cadena de la polimerasa, que permite ofrecer un diagnóstico en dos días. Desgraciadamente, mucha gente ni siquiera sabe que está contagiada cuando la enfermedad se encuentra en las primeras etapas.

La prevención, elemento crucial

En resumen, ¿qué precauciones debe adoptar si vive en una región donde habita la vinchuca?

▪ Si duerme en una vivienda de barro o con el techo de paja, procure utilizar mosquitero.

▪ Use insecticidas; reducen el riesgo de transmisión.

▪ Repare las grietas y hendiduras de las paredes, puesto que las chinches anidan en ellas.

▪ Mantenga la casa limpia, incluso detrás de los cuadros y muebles.

▪ Saque los colchones y las mantas al sol de vez en cuando.

▪ Recuerde que tanto los animales domésticos como los salvajes pueden ser portadores del parásito.

▪ Si sospecha que algún insecto sea una vinchuca, envíelo al centro de salud más cercano para que lo analicen.

[Notas]

^ párr. 5 Los síntomas varían y algunos de ellos no son exclusivos del mal de Chagas. Por lo tanto, se presentan en este artículo tan solo de manera general, sin pretender que sirvan de base para hacer diagnósticos. Muchos infectados no experimentan ningún síntoma hasta que la dolencia alcanza la fase crónica.

^ párr. 6 El Centro para el Control de la Enfermedad, de Estados Unidos, señala que en algunos países no siempre se somete la sangre donada a pruebas de detección del mal de Chagas.

^ párr. 10 Se utiliza el fármaco nifurtimox en el tratamiento contra el T. cruzi, pero habitualmente presenta efectos secundarios graves.

[Recuadro de la página 13]

El descubrimiento del mal de Chagas

En 1909, el médico brasileño Carlos Chagas trabajaba en Minas Gerais, estado de Brasil en el que una epidemia de malaria impedía la construcción de la vía férrea. Observó que muchos pacientes presentaban síntomas que no correspondían a ninguna enfermedad hasta entonces conocida. También se dio cuenta de que las viviendas de la zona estaban infestadas de insectos a los que popularmente se llamaba barbeiros. Al examinar el contenido intestinal de estas chinches que se alimentan de sangre, Chagas encontró un nuevo protozoo, al que denominó Trypanosoma cruzi, en honor de su amigo, el científico Oswaldo Cruz. La nueva enfermedad recibió apropiadamente el nombre de Carlos Chagas en atención al estudio tan completo que él realizó y que lo llevó a descubrir este mal.

[Ilustración de las páginas 12 y 13]

Las viviendas rurales están con frecuencia infestadas de vinchucas

[Reconocimiento]

Fotos: PAHO/WHO/P. ALMASY