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¿Se alcanzarán los ideales?

¿Se alcanzarán los ideales?

¿Se alcanzarán los ideales?

PAZ, hermandad y buena voluntad internacionales. ¿Quién no loaría unos ideales tan nobles? El barón Pierre de Coubertin, quien restableció los Juegos Olímpicos, creía que con ellos se eliminarían las rivalidades nacionales, pues estos promoverían gran respeto por los competidores prescindiendo de su raza, religión o sexo. El barón opinaba que “para conseguir un mundo mejor, se necesitaban mejores personas”. Pero ¿verdaderamente pueden traer paz mundial los deportes? A juzgar por su historial, tendríamos que responder que no.

Aunque los deportes tienen su lugar, lo que realmente promueve paz verdadera es la educación bíblica. De hecho, los principios bíblicos pueden producir “mejores personas”, como dijo Coubertin. Veamos algunos textos que fomentan la paz entre las personas que los aplican en su vida, sin importar su nacionalidad.

“En esto todos conocerán que ustedes son mis discípulos, si tienen amor entre sí.” (Juan 13:35.)

“Si es posible, en cuanto dependa de ustedes, sean pacíficos con todos los hombres.” (Romanos 12:18.)

“Mientras tengamos tiempo favorable para ello, obremos lo que es bueno para con todos.” (Gálatas 6:10.)

“No haciendo nada movidos por espíritu de contradicción ni por egotismo, sino considerando con humildad mental que los demás son superiores a ustedes.” (Filipenses 2:3.)

“El entrenamiento corporal es provechoso para poco; pero la devoción piadosa es provechosa para todas las cosas, puesto que encierra promesa de la vida de ahora y de la que ha de venir.” (1 Timoteo 4:8.)

¿Hay pruebas de que los ideales expuestos en estos textos bíblicos realmente surtan efecto? Veamos lo que sucedió en la ciudad alemana de Munich. En 1974, solo dos años después de las trágicas acciones terroristas y homicidas que ensombrecieron los Juegos Olímpicos que se celebraban en dicha ciudad, los testigos de Jehová tuvieron una asamblea internacional en el Estadio Olímpico. Entre los asistentes había grupos procedentes de Grecia y Turquía, países que estaban combatiendo. De hecho, durante aquel mismo verano, ambas naciones se disputaban la isla de Chipre. ¿Afectaría esa situación a los cristianos que asistían a la mencionada asamblea? No. ¡Y qué conmovedor fue ver a griegos y turcos abrazarse y llamarse unos a otros hermanos!

A los testigos de Jehová se les conoce en todo el mundo por mantener relaciones pacíficas que superan las barreras nacionales, étnicas y tribuales. Por supuesto, ellos no afirman haber alcanzado totalmente el ideal de unidad y cooperación por todo el mundo. Tienen que esforzarse mucho, como cualesquier otras personas, por obedecer este consejo del apóstol cristiano Pablo: “Desnúdense de la vieja personalidad con sus prácticas, y vístanse de la nueva personalidad” (Colosenses 3:9, 10). Sin embargo, los Testigos creen firmemente que a los que acatan los principios bíblicos se les hace más fácil ‘buscar la paz y seguir tras ella’ (1 Pedro 3:11).

Lamentablemente, y pese a sus nobles ideales, las Olimpiadas han puesto de manifiesto lo peor de muchas personas. En contraste, la poderosa Palabra de Dios hace resaltar lo mejor de la gente, lo cual fomenta un ambiente internacional de paz y buena voluntad.

[Ilustraciones de la página 8]

Los Juegos Olímpicos promueven la competencia

[Reconocimiento]

Aus dem Fundus der MÜNCHNER OLYMPIAPARK GMBH, München

[Ilustraciones de la página 9]

La Biblia promueve la paz