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Ejemplos de terapias alternativas

Ejemplos de terapias alternativas

Ejemplos de terapias alternativas

“A fin de mejorar la atención sanitaria prestada a los pacientes que optan por terapias alternativas, es de crucial importancia que se abra el diálogo entre los médicos y los profesionales de la medicina alternativa.”

ESTAS palabras se publicaron en la revista JAMA (The Journal of the American Medical Association) del 11 de noviembre de 1998. El artículo añadía: “Podemos contar con que esta necesidad [de diálogo] aumentará con el uso de las terapias alternativas, particularmente cuando los seguros de enfermedad las incluyan en su cobertura”.

Cada vez son más los pacientes que utilizan estos métodos al tiempo que se valen de tratamientos más convencionales. Pero algunos no informan de ello a su médico. De ahí que el boletín Tufts University Health & Nutrition Letter de abril de 2000 aconsejara: “Si coopera con el médico en lugar de actuar por su cuenta, le irá mejor”. Y agregó: “Tanto si el facultativo aprueba su modo de abordar el problema como si no, al comunicárselo, usted saldrá beneficiado”.

La razón de informar al médico estriba en que la combinación de ciertas hierbas con terapias convencionales encierra riesgos. Muchos profesionales de la salud, por el bien de sus pacientes y sabiendo que algunos de ellos han optado por terapias alternativas, procuran no dejar que sus opiniones sobre el cuidado de la salud les impidan colaborar con especialistas en tales métodos.

Para dar a nuestros lectores una idea de algunas terapias alternativas a las que hoy recurren cada vez más personas en muchos países, pasaremos a describirlas brevemente. Tengan presente, no obstante, que ¡Despertad! no recomienda ningún tratamiento en particular, sea alternativo o convencional.

Remedios a base de hierbas

Estos tratamientos son tal vez los más comunes de la medicina alternativa. Pese a que las plantas medicinales se han utilizado por siglos, los científicos solo han estudiado con detenimiento una cantidad limitada de especies. Y aún menor es el número de hierbas y sus extractos que han sido objeto de una investigación lo bastante rigurosa como para que se publiquen datos sobre su seguridad y eficacia. Casi toda la información disponible al respecto se basa en el uso que se les ha dado a lo largo de la historia.

Sin embargo, en los últimos años se han efectuado varios estudios científicos que muestran la utilidad de ciertas hierbas en el tratamiento de la depresión leve, la pérdida de memoria relacionada con la edad, los síntomas del engrosamiento benigno de la próstata y otros trastornos. Una de las investigaciones se centró en la Cimicifuga racemosa, conocida por diversos nombres comunes como cimicífuga, serpentaria negra o hierba sonajero. Los amerindios hervían las raíces y utilizaban el líquido así obtenido para paliar los trastornos menstruales y del parto. Según el boletín Harvard Women’s Health Watch de abril de 2000, estudios recientes indican que un extracto estandarizado de cimicífuga que se comercializa en Alemania puede ser eficaz para “aliviar las molestias de la menopausia”.

Parece que gran parte de la demanda de tales remedios naturales obedece a que se consideran más seguros que los medicamentos sintéticos. Si bien eso es cierto en muchos casos, también lo es el hecho de que algunas hierbas tienen efectos secundarios, particularmente si se combinan con otros medicamentos. Por ejemplo, cierta hierba popular que se promociona como descongestionante natural y adelgazante puede aumentar la presión sanguínea y el ritmo cardíaco.

También hay hierbas que tienen efectos hemorrágicos. Si se toman en combinación con fármacos anticoagulantes, pudieran presentarse problemas graves. Quienes padezcan enfermedades crónicas —como la diabetes o la hipertensión— o quienes tomen algún otro medicamento deben tener cuidado con los remedios a base de hierbas (véase el recuadro adjunto).

Otro factor preocupante relacionado con las plantas medicinales es que su producción no ofrece una garantía de calidad constante. En los últimos años ha habido noticias de productos contaminados con metales pesados y otras sustancias tóxicas. Además, algunos preparados de hierbas contienen pocos o ninguno de los ingredientes que aparecen en la etiqueta. Estos ejemplos subrayan la importancia de comprar las hierbas y cualquier otro producto medicinal a fuentes confiables y acreditadas.

Suplementos dietéticos

Se dice que los suplementos dietéticos, como las vitaminas y los minerales, han ayudado a prevenir y tratar diversos problemas de salud (como la anemia y la osteoporosis) e incluso a impedir ciertos defectos congénitos. Las dosis diarias de vitaminas y minerales recomendadas por fuentes oficiales se consideran relativamente inocuas y útiles.

Por otro lado, las dosis masivas que se sugieren para el tratamiento de ciertas enfermedades pueden ser peligrosas para la salud. Existe el riesgo de que obstaculicen la absorción o la actividad de otros nutrientes y también de que produzcan graves efectos secundarios. No debería pasarse por alto ni esta posibilidad ni la carencia de pruebas de peso que avalen la administración de grandes dosis de vitaminas.

Homeopatía

La homeopatía surgió en el siglo XVIII como un tratamiento más benigno y moderado que las terapias populares de la época. Se basa en el principio de que “lo semejante se cura con lo semejante” y en la teoría de la dosis mínima. Los remedios homeopáticos se preparan diluyendo repetidas veces un agente curativo; a veces en tal grado que ni siquiera queda una molécula entera de la sustancia original.

Se ha comprobado, sin embargo, que los remedios homeopáticos, a diferencia de los placebos, tienen cierto grado de efectividad en casos de asma, alergias y diarrea infantil. Además, al estar tan diluidos, se consideran bastante inocuos. En un artículo publicado en la revista JAMA del 4 de marzo de 1998 se hizo la siguiente observación: “La homeopatía sería una importante y útil opción para muchos pacientes con trastornos crónicos sin un diagnóstico específico. Utilizada dentro de sus límites, podría complementar la medicina moderna, como una terapia más”. Ahora bien, en casos en los que peligre la vida del paciente, sería más sensato recurrir a tratamientos médicos más convencionales.

Quiropráctica

Existen varias terapias alternativas que abarcan la manipulación del cuerpo del paciente. Los tratamientos quiroprácticos se cuentan entre los más comunes de la medicina alternativa, sobre todo en Estados Unidos. Se basan en la idea de que la corrección del desalineamiento de la columna vertebral fomenta la curación. De ahí que los quiroprácticos se especialicen en la técnica de ajustar las vértebras.

La medicina convencional no siempre mitiga las molestias lumbares. Por otro lado, algunos pacientes que se someten a tratamientos quiroprácticos están muy satisfechos. Hay pocas pruebas de que la quiropráctica, aparte de aliviar el dolor, sea efectiva para tratar dolencias.

Cabe destacar la baja incidencia de efectos secundarios que tiene este procedimiento a manos de un especialista hábil. Pero al mismo tiempo, el paciente debe ser consciente de que la manipulación del cuello puede ocasionar graves complicaciones, incluidas la apoplejía y la parálisis. A fin de reducir el riesgo, algunos expertos recomiendan que la persona se someta a un examen médico completo para saber si cierto tipo concreto de manipulación pudiera perjudicarle.

Masaje

Casi todas las culturas reconocen desde hace mucho tiempo los beneficios del masaje. Hasta la Biblia lo menciona (Ester 2:12). La revista BMJ (British Medical Journal) del 6 de noviembre de 1999 publicó el siguiente comentario: “Las técnicas de masaje desempeñan un papel importante en la medicina tradicional china e india. En Europa lo sistematizó a principios del siglo XIX Per Henrik Ling, quien desarrolló lo que actualmente se conoce como masaje sueco”.

Al masaje se le atribuye el poder de relajar los músculos, mejorar la circulación de la sangre y eliminar toxinas acumuladas en los tejidos. Actualmente, los médicos recetan masajes para dolores de espalda, dolores de cabeza y trastornos digestivos. La mayoría de las personas que los reciben dicen que se sienten muy bien después del tratamiento. Según la doctora Sandra McLanahan, “el 80% de las enfermedades están relacionadas con el estrés, y el masaje lo reduce”.

“La mayor parte de las técnicas de masaje comportan un leve riesgo de efectos perjudiciales —informó la revista BMJ—. Las contraindicaciones las dicta mayormente el sentido común (por ejemplo, no friccionar las quemaduras ni masajear una extremidad afectada de trombosis venosa profunda) [...]. No hay indicios de que los masajes practicados a enfermos de cáncer fomenten la metástasis.”

“En vista de que los masajes están ganando aceptación, los consumidores empiezan a interesarse por las credenciales de los masajistas, y deberían hacerlo”, comentó E. Houston LeBrun, ex presidente de la American Massage Therapy Association. La revista BMJ aconsejó que, para evitar cualquier comportamiento contrario a la ética profesional, “los pacientes deberían asegurarse de que el masajista posea un título de algún organismo regulador reconocido”. Un informe del año pasado indicó que veintiocho estados de Estados Unidos otorgan licencias oficiales de masaje terapéutico.

Acupuntura

La acupuntura es una técnica médica que se ha hecho bastante popular en todo el mundo. Aunque el término acupuntura engloba varias modalidades, normalmente se refiere a la inserción de agujas finas en puntos específicos del cuerpo para conseguir una respuesta terapéutica. Según las investigaciones realizadas durante las últimas décadas, parece que la acupuntura actúa, en algunos casos, liberando sustancias neuroquímicas, como las endorfinas, cuya función es amortiguar el dolor y la inflamación.

Hay informes de que la acupuntura es eficaz para tratar bastantes dolencias y que es una alternativa segura a los anestésicos. La Organización Mundial de la Salud reconoce su uso en el tratamiento de 104 afecciones. Y un comité seleccionado por el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos citó testimonios que la defendían como terapia aceptable para mitigar los dolores postoperatorios, musculares y menstruales, así como las náuseas y los vómitos relacionados con la quimioterapia o el embarazo.

Aunque la acupuntura rara vez produce efectos secundarios graves, el paciente puede sentir algunas molestias, entumecimiento u hormigueo. La debida esterilización de las agujas o el uso de modelos desechables reduce el riesgo de infección. Muchos acupuntores no tienen los conocimientos médicos necesarios para hacer un buen diagnóstico o para recomendar otras terapias más indicadas. No sería sensato pasar por alto este hecho, especialmente si se recurre a la acupuntura para tratar de aliviar los síntomas de enfermedades crónicas.

Hay muchas opciones

En este artículo se presenta solamente una muestra de las muchas terapias que en algunos lugares reciben el calificativo generalizado de alternativas. Quizá en el futuro, algunas de estas, y otras que no hemos reseñado aquí, se consideren convencionales, como ya sucede en algunas partes del mundo. Otras, por supuesto, tal vez caigan en desuso o hasta en descrédito.

Por desgracia, el dolor y la enfermedad son parte integrante de la experiencia humana, como indica la Biblia con tanta claridad: “Sabemos que toda la creación sigue gimiendo juntamente y estando en dolor juntamente hasta ahora” (Romanos 8:22). Es natural que el ser humano busque remedios. Pero ¿adónde podemos dirigirnos? Tenga la bondad de analizar algunas observaciones que pueden serle útiles a la hora de escoger tratamiento médico.

[Ilustración y recuadro de la página 8]

¿Qué riesgos encierra la combinación de hierbas y medicamentos?

Se dan frecuentes advertencias sobre los peligros de combinar ciertos fármacos recetados con otros o con bebidas alcohólicas. ¿Comporta riesgos también tomar simultáneamente ciertas hierbas y medicamentos recetados? ¿Es muy común hacerlo?

Un artículo que apareció en la revista JAMA (The Journal of the American Medical Association) habló sobre “el uso simultáneo de fármacos recetados y hierbas”, y especificó: “Entre el 44% de los adultos que dijeron tomar regularmente medicamentos recetados, casi 1 de cada 5 (el 18,4%) reconoció que complementaba su tratamiento con por lo menos un producto de herboristería, elevadas dosis de vitaminas, o ambos”. Por tanto, se ve la necesidad de informarse de los posibles peligros de tal práctica.

También deberían preocuparse por los riesgos quienes tengan que someterse a algún procedimiento médico que requiera anestesia y estén tomando ciertas hierbas medicinales. El doctor John Neeld, presidente de la American Society of Anesthesiologists, explicó: “Hay informes anecdóticos de que algunas hierbas populares, entre ellas el ginseng y el hipérico [Hypericum perforatum, conocido también como corazoncillo o hierba de San Juan], pueden provocar grandes fluctuaciones en la presión sanguínea, lo cual podría ser muy peligroso durante la anestesia”.

Y añadió: “Otras plantas medicinales, como el ginkgo biloba, el jengibre y la matricaria [Tanacetum parthenium, llamada también migranela], pueden interferir en la coagulación sanguínea, lo que resultaría particularmente peligroso durante la anestesia epidural, pues una hemorragia cerca de la médula espinal podría provocar parálisis. El hipérico también puede intensificar los efectos de algunos fármacos narcóticos o anestésicos”.

Desde luego, es de vital importancia conocer los peligros potenciales de tomar al mismo tiempo ciertas hierbas y medicinas. Las mujeres embarazadas y las que estén lactando deben ser especialmente conscientes de los riesgos que corren sus hijos si ellas mezclan ciertas hierbas con algunos medicamentos. Por ello se aconseja a todos los pacientes que comuniquen al profesional que los atienda la medicación que toman, sea esta alternativa o convencional.

[Ilustraciones de la página 7]

Ciertas hierbas han resultado útiles para tratar problemas de salud

Cimicífuga

Hipérico

[Reconocimiento]

© Bill Johnson/Visuals Unlimited

[Ilustración de la página 7]

Para obtener los mejores resultados, debe haber colaboración entre los pacientes y los profesionales de la salud