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Por qué recurre mucha gente a las terapias alternativas

Por qué recurre mucha gente a las terapias alternativas

Por qué recurre mucha gente a las terapias alternativas

LA MEDICINA alternativa, o complementaria, abarca una amplia gama de técnicas y terapias. Muchas están englobadas en lo que se conoce como naturopatía: el tratamiento de enfermedades mediante el empleo de agentes naturales o medios físicos destinados a preparar al cuerpo para que se cure por sí mismo. Un número considerable de estas terapias llevan siglos utilizándose comúnmente, pero la medicina moderna las tiene abandonadas o dejadas a un lado desde hace tiempo.

Por ejemplo, la revista JAMA (The Journal of the American Medical Association) del 27 de agosto de 1960 indicó que la acción de aplicar frío a las quemaduras era una práctica “conocida por los antiguos, pero que tanto médicos como legos en la materia han prescindido de ella. Aunque en las publicaciones hay referencias aisladas que alaban de manera unánime este tipo de tratamiento, hoy día su uso no está generalizado. De hecho, la mayoría de los facultativos dicen que ‘no se practica’, aunque nadie sabe realmente por qué”.

Sin embargo, en las últimas décadas, la medicina convencional ha vuelto a recomendar la aplicación de agua o compresas frías a las quemaduras. En su número de septiembre de 1963, la revista The Journal of Trauma publicó lo siguiente: “Los informes presentados por Ofeigsson y Schulman en 1959 y 1960 han despertado el interés por el uso de agua fría en la primera cura de las quemaduras. Aplicamos a los pacientes dicho método durante el año pasado, y los resultados clínicos han sido alentadores”.

El tratamiento con agua fría es relativamente inocuo, y desde luego proporciona un gran alivio. Una rama de la medicina alternativa, la hidroterapia —algunas de cuyas modalidades ya reconoce la medicina moderna—, utiliza agua de diversas maneras con fines terapéuticos. *

Los especialistas en medicina alternativa suelen valerse también de plantas para tratar las enfermedades. En algunas partes del planeta, esta es una práctica centenaria, y hasta milenaria. En la India, por ejemplo, el uso de hierbas ha sido un pilar de la medicina desde hace mucho tiempo. Hoy día, prácticamente en el mundo entero, muchos profesionales de la salud reconocen el poder curativo de ciertas plantas.

Una experiencia notable

Hace más o menos un siglo, un niño de 10 años llamado Sepp Schwab pasó por una experiencia que influyó en su gran amigo Richard Willstätter para que este posteriormente se dedicara al estudio de la bioquímica de las plantas. Sepp tenía una grave infección en una pierna, y el médico decía que si no se la amputaban, moriría. Pero los padres del niño pospusieron la operación hasta la mañana siguiente. Mientras tanto, buscaron a un pastor que tenía fama de saber utilizar remedios a base de hierbas. Este recogió una variedad de plantas, las fue picando hasta convertirlas en una masa parecida a la espinaca cocida y cubrió con ello la herida.

A la mañana siguiente, la infección había bajado, y la operación volvió a posponerse. Continuaron con el tratamiento hasta que la herida al fin cicatrizó. Willstätter estudió química en la Universidad de Munich (Alemania) y con el tiempo ganó el premio Nobel por sus descubrimientos tocante a los pigmentos de las plantas, en particular la clorofila. Es de interés que aproximadamente el veinticinco por ciento de los fármacos utilizados hoy día proceden, por entero o en parte, de sustancias químicas que se encuentran en estado natural en las plantas.

La importancia de ser equilibrados

Debe reconocerse, sin embargo, que en lo que a tratamientos médicos se refiere, lo que hace maravillas para unos tal vez no sea muy efectivo en el caso de otros. La eficacia de toda terapia depende de muchos factores, entre ellos la clase de enfermedad y su gravedad, y el estado general de salud del paciente. También puede influir el momento que se elige para iniciar el tratamiento.

Dado que los métodos alternativos suelen ser más lentos que los ortodoxos, una enfermedad que podría haberse frenado si se hubiera diagnosticado y tratado antes, tal vez progrese hasta el punto de que se necesiten fármacos potentes —o incluso una operación quirúrgica— para salvar la vida del paciente. Por ello, no sería sensato aferrarse a una clase particular de terapia, como si esta fuera la única forma de tratar un problema de salud.

La medicina alternativa difiere de la convencional en su planteamiento de la salud. Por lo general, sus métodos van dirigidos a la prevención, y se centran en el estilo de vida de la persona, el ambiente que la rodea y en cómo influye todo ello en su salud. En otras palabras, los especialistas en terapias alternativas suelen dirigir la atención a la persona entera y no solo al órgano afectado o a la enfermedad en sí.

Un gran atractivo de este tipo de medicina lo constituyen sus métodos terapéuticos y los productos naturales que utiliza, más suaves y menos peligrosos que los de la medicina convencional. En vista del creciente interés por encontrar tratamientos médicos que sean seguros y eficaces, en el siguiente artículo presentamos algunos ejemplos de terapias alternativas.

[Nota]

^ párr. 5 Véase la revista ¡Despertad! del 22 de junio de 1988, págs. 25, 26.