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La encantadora tonalidad del celadón de Koryo

La encantadora tonalidad del celadón de Koryo

La encantadora tonalidad del celadón de Koryo

DE NUESTRO CORRESPONSAL EN COREA

EN EL año 1995 se encontró un tesoro en la Biblioteca Truman, de Missouri (E.U.A.). ¿De qué se trataba? De un frasco con motivos florales y vidriado de color intenso, que, pese a sus 23 centímetros de alto, está valorado en 3.000.000 de dólares. El ejemplar es un botón de muestra de la cerámica de Corea conocida como celadón de Koryo y fue un regalo que hizo el gobierno de este país en 1946 al entonces presidente de Estados Unidos, Harry Truman.

¿Por qué es tan valioso este tipo de cerámica? ¿Y qué lo distingue?

Una técnica singular

La denominación celadón de Koryo (el término coreano para celadón, ch’ongja, significa “porcelana azul”) hace referencia a una clase singular de cerámica que surge en Corea durante la dinastía que le da nombre (918-1392 de nuestra era). * Muy apreciado por los chinos de aquel tiempo, que le aplicaban calificativos como “lo mejor bajo el cielo”, el celadón de Koryo se caracteriza por su vidriado de color verde azulado intenso y brillante.

La atractiva tonalidad verde jade se debe a la fusión de los colores de la arcilla con el vidriado, y se logra al cocer las piezas dos veces. El historiador de arte coreano Yang-Mo Chung explica que las vasijas se modelaban en arcilla con alto contenido de hierro y se cocían a una temperatura de 700 a 800 °C; luego se les aplicaba un barniz con carbonato cálcico y entre un 1 y un 3% de hierro, y volvían a colocarse en el horno, esta vez a una temperatura de 1.250 a 1.300 °C, en una atmósfera reductora. *

Un examen del celadón de Koryo pone de manifiesto que su elegancia de líneas refleja armonía natural. Frascos, teteras, platos y jarrones de corte clásico evocan estilos y formas tradicionales de trajes e incluso bailes coreanos. Los alfareros formaban en la superficie paisajes preciosos combinando motivos naturales, como montes, árboles, flores, peces, aves, insectos y figuras humanas. También empleaban dibujos geométricos aún presentes en la cerámica actual.

Fijémonos ahora en los colores de las decoraciones, realizadas en su mayoría con incrustaciones pigmentadas de blanco y negro. En principio, los ceramistas de Koryo adoptaron las técnicas chinas, pero pronto demostraron su propio ingenio. Un ejemplo sobresaliente es el método sanggam, en el que se practican incisiones en la vasija inacabada y se rellenan con arcilla blanca o roja. Durante la cocción, la arcilla blanca adquiere la tonalidad de la nieve, y la roja se torna negra.

Si observamos con detenimiento un celadón, notaremos que el vidriado está ligeramente cuarteado. ¿Se trata de un defecto? ¿A qué se debe este fenómeno? Cuanto más primorosa sea la incrustación, tanto más delgada debe ser la capa de barniz para que el diseño resalte con nitidez. Dado que el vidriado es muy fino y quebradizo —pues se pretende la máxima transparencia—, es inevitable que se resquebraje por entero. De ahí que las grietas llegaran a considerarse más que un defecto, una característica natural del celadón de Koryo. De hecho, hoy en día, algunos alfareros utilizan a propósito vidriados que se cuartean.

Se intenta recuperar el celadón de Koryo

Este tipo de loza entró en rápido declive tras la invasión mongola de Corea a principios del siglo XIII. Cuando los alfareros dejaron de moldear las bellas vasijas, su arte cayó en el olvido. Hoy en día, algunos ceramistas han tratado de resucitar las técnicas de fabricación de esta cerámica debido a su escasez y a los altos precios que alcanza. Han analizado fragmentos de piezas antiguas y han creado otras de idéntica forma y tamaño, y algunos hasta afirman haber igualado su encantadora tonalidad original. Sin embargo, es difícil acertar con la composición exacta del antiguo barniz, pues se producía solo con materiales naturales.

Los ceramistas también se enfrentan al desafío de reproducir otros aspectos, como la técnica y el tiempo empleados en la cocción. En los institutos coreanos de investigación del celadón se experimenta con varios materiales y procedimientos para recuperar la encantadora tonalidad del celadón de Koryo.

En años recientes se han descubierto tesoros de esta cerámica de la que no se sabía desde hace mucho tiempo. Por ejemplo, en 1995, un pescador que había escuchado historias de fragmentos de loza enganchados en las redes se puso a buscar cerámica con otros marineros y terminó recogiendo 129 piezas. Ante tal éxito, el Departamento de Conservación del Patrimonio Cultural coreano nombró un equipo de investigación que encontró un navío hundido cargado de celadón y en cuestión de meses recuperó 463 piezas. Huelga decir que se suscitó gran interés entre los investigadores y los historiadores de arte.

Disfrutemos del celadón de Koryo

¿Cómo podemos disfrutar de la belleza de esta cerámica? Tal vez podamos acudir a las exposiciones de arte coreano en alguna renombrada institución, como el Museo Británico o el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York. Mejor aún sería viajar a Corea y visitar Kangjin, localidad en la que existía el mayor número de hornos de celadón. O también asistir a uno de los múltiples festivales de cerámica que se celebran en la provincia de Kyonggi, donde se nos brinda la oportunidad de ver cómo se fabrica e incluso probar nuestras aptitudes de alfarero. ¿Nos imaginamos moldeando una vasija en el torno, grabándole palabras o dibujos, cociéndola y, por fin, teniéndola ya terminada en las manos?

Claro, en los grandes almacenes y en las tiendas de recuerdos se venden piezas modernas: jarrones, juegos de té y vasijas diversas, sean de fabricación artesanal o industrial. Tal vez deseemos servir a las visitas té coreano en tazas que, al igual que el florero que adorne la mesa, sean de celadón.

[Notas]

^ párr. 6 El actual nombre de Corea proviene del término Koryo.

^ párr. 7 La entrada de aire en un horno de atmósfera reductora está limitada, lo que aumenta la presencia de monóxido de carbono.

[Ilustración de la página 17]

Jarrón del siglo XII

[Reconocimiento]

Colección del Museo Nacional de Corea

[Ilustración de la página 18]

Detalle de un celadón de Koryo con sus incrustaciones características