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Educación que prepara para la vida

Educación que prepara para la vida

Educación que prepara para la vida

“La Biblia es la guía suprema en el arte de vivir.”—Thomas Tiplady (1924).

NO ES ninguna exageración decir que una educación basada en la Biblia puede transformar vidas. Ha dado sentido y esperanza a personas que se sentían vacías y desesperadas. Una madre sola de Namibia escribió lo siguiente a la sucursal de los testigos de Jehová de Sudáfrica:

“Tengo 29 años, y en tan solo dos días he leído el libro Lo que los jóvenes preguntan. Respuestas prácticas. Me ha conmovido profundamente, porque me siento muy sola. Mi compañero murió en un accidente de tráfico y me dejó con dos niños. Estamos sufriendo mucho. Hubo momentos en que llegué a pensar que lo mejor sería matarlos y luego suicidarme. Pero cuando recibí este libro, cambié de opinión. Por favor, ayúdenme con un estudio gratuito de la Biblia.”

La Biblia es una guía que puede ayudar a la gente a tener éxito en todo ámbito de la vida: en las relaciones con la familia, con los compañeros de trabajo y con la comunidad (Salmo 19:7; 2 Timoteo 3:16). Da buenos consejos sobre cómo hacer el bien y evitar el mal. Enfoca la vida de manera realista. Cuando la lea, se dará cuenta de que está llena de relatos de personas reales. Verá lo que contribuyó a que la vida de algunos fuese feliz y gratificante, y la de otros, angustiosa y desdichada. Sabrá qué proceder merece la pena seguir y cuál no.

Educación que prepara para la vida presente

La Biblia pone de relieve la importancia de la sabiduría práctica al decir: “La sabiduría es la cosa principal. Adquiere sabiduría” (Proverbios 4:7). También reconoce que el ser humano a menudo carece de esta cualidad, y por lo tanto aconseja: “Si alguno de ustedes tiene deficiencia en cuanto a sabiduría, que siga pidiéndole a Dios, porque él da generosamente a todos” (Santiago 1:5).

¿Qué medios utiliza el Creador para dar sabiduría con generosidad? Lo hace mediante su Palabra, la Biblia, y de ahí que nos anime a leerla. Esta es su recomendación: “Hijo mío, si recibes mis dichos y atesoras contigo mis propios mandamientos, de modo que con tu oído prestes atención a la sabiduría, [...] entenderás el temor de Jehová, y hallarás el mismísimo conocimiento de Dios. Porque Jehová mismo da la sabiduría” (Proverbios 2:1, 2, 5, 6). Cuando aplicamos los consejos que aparecen en la Palabra de Dios y vemos lo prácticos que son, nos damos cuenta de que, en efecto, reflejan la sabiduría divina.

Veamos, por ejemplo, la cuestión de cómo afrontar la pobreza. La Biblia recomienda que la persona sea laboriosa y no despilfarre sus limitados recursos. De modo que vicios como el tabaco y los excesos en la bebida son a todas luces contrarios a los principios bíblicos (Proverbios 6:6-11; 10:26; 23:19-21; 2 Corintios 7:1).

¿Qué podemos decir sobre la influencia que ejercen en nuestra vida las compañías que escogemos? La Biblia dice: “El que está andando con personas sabias se hará sabio, pero al que está teniendo tratos con los estúpidos le irá mal” (Proverbios 13:20). ¿Ha observado usted que ante la presión social, muchas personas —tanto jóvenes como mayores— ceden a la borrachera, el consumo de drogas y la inmoralidad? Por lo tanto, si nos mezclamos con los que se comportan de esa manera, nos volveremos como ellos, tal como dice la Biblia: “Las malas compañías echan a perder los hábitos útiles” (1 Corintios 15:33).

Es obvio que todos queremos ser felices. Pero ¿cómo lograrlo? ¿Se ha dado cuenta de que la Biblia enseña que la felicidad no viene necesariamente de las cosas que uno posee, sino más bien de las actitudes y las relaciones, en concreto de una buena relación con Dios? (1 Timoteo 6:6-10.) En su famoso Sermón del Monte, Jesucristo indicó que quienes son felices de verdad “tienen conciencia de su necesidad espiritual”, son “de genio apacible”, tienen “sed de justicia”, son “misericordiosos”, “de corazón puro” y “pacíficos” (Mateo 5:1-9).

Si medita a fondo en las enseñanzas de la Biblia, percibirá cómo nos pueden ayudar estas a orientar nuestra vida. La Biblia no tiene comparación como fuente de consejos. Lo que recomienda no son simples teorías, siempre es provechoso, nunca nos perjudica. Quienes aplican lo que la Biblia aconseja siempre salen beneficiados.

Educación que prepara para la vida

Ahora bien, la Biblia no solo nos beneficia en el presente: también nos da esperanza para el futuro. Habla de una limpieza drástica que experimentará la Tierra y de que será transformada en un precioso hogar para los que sirven a Dios. Fíjese en esta alentadora descripción del porvenir: “¡Mira! La tienda de Dios está con la humanidad, y él residirá con ellos, y ellos serán sus pueblos. Y Dios mismo estará con ellos. Y limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado” (Revelación [Apocalipsis] 21:3, 4; Proverbios 2:21, 22).

Imagínese: ya no habrá niños enfermizos ni hambrunas ni enfermedades espantosas que consuman las energías ni dolores intensos. Tampoco se derramarán lágrimas de frustración, decepción y desconsuelo, pues las condiciones que causan tales sentimientos habrán sido cambiadas o eliminadas. Y dado que las legiones angélicas de Dios habrán acabado con los que practican la maldad deliberadamente, no existirán ladrones, asesinos, mentirosos ni nadie que haga que la vida sea insegura. Las personas podrán tener su propio hogar y disfrutar de él en un ambiente de seguridad (Isaías 25:8, 9; 33:24; 65:17-25).

¿Le parece atractiva esta promesa? ¿Le gustaría aprender más sobre cómo aplicar los principios bíblicos para su propio bien tanto en el presente como en el futuro? En caso afirmativo, dígaselo a los testigos de Jehová, y ellos, con gusto, los incluirán a usted y su familia en su programa mundial de “educación que prepara para la vida”.