Ir al contenido

Ir al índice

Un programa educativo de gran alcance

Un programa educativo de gran alcance

Un programa educativo de gran alcance

“Solo los instruidos son libres.”—Epicteto (alrededor del año 100 E.C.).

WILLIAM H. Seward, activista del siglo XIX contra la esclavitud, opinaba que “toda esperanza de progreso humano depende de que aumente la influencia de la Biblia”.

Los testigos de Jehová también tienen la Biblia en gran estima. Están convencidos de que quienes ponen en práctica los principios contenidos en ella llegan a ser mejores esposos, esposas e hijos; en otras palabras, se convierten en las mejores personas del mundo. Por eso obedecen el mandato de Jesucristo: “Vayan, por lo tanto, y hagan discípulos de gente de todas las naciones, [...] enseñándoles” (Mateo 28:19, 20).

Para realizar su objetivo de enseñar la Biblia al prójimo, los testigos de Jehová han emprendido lo que tal vez sea la campaña educativa más extensa de la historia. ¿Qué alcance tiene?

Una labor editorial mundial

Los Testigos utilizan en su ministerio público traducciones de la Biblia en centenares de lenguas. Pero también han publicado la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras en 21 idiomas, y la Traducción del Nuevo Mundo de las Escrituras Griegas Cristianas (o Nuevo Testamento) en otros 16. Asimismo están traduciendo esta versión de la Biblia en 11 idiomas más. Los Testigos también editan publicaciones que fomentan el aprecio por la Biblia y contribuyen a que se entienda mejor.

Por ejemplo, esta revista, ¡Despertad!, se publica en 82 idiomas y cuenta con una tirada media de más de 20.380.000 ejemplares de cada número. La revista que la acompaña, La Atalaya, tiene una tirada media de 22.398.000 ejemplares de cada número en 137 idiomas. Eso hace un total anual de bastante más de 1.000 millones de revistas. Por otra parte, La Atalaya se publica simultáneamente en 124 idiomas, y ¡Despertad!, en 58. De modo que la información de estas revistas la leen al mismo tiempo, y en su propia lengua, millones de personas por todo el mundo.

En las últimas décadas, los testigos de Jehová también han publicado centenares de millones de ayudas para el estudio de la Biblia. Del libro La verdad que lleva a vida eterna se imprimieron más de 107 millones de ejemplares. Después, la tirada de Usted puede vivir para siempre en el paraíso en la Tierra superó los 81.000.000, y la de El conocimiento que lleva a vida eterna ya ha sobrepasado los 75.000.000 en 146 idiomas. Y se han impreso más de 113 millones de ejemplares en 240 idiomas del folleto de 32 páginas titulado ¿Qué exige Dios de nosotros?

A fin de satisfacer algunas necesidades particulares, se han publicado también otras obras. Mi libro de historias bíblicas, dirigido a los niños, ha alcanzado una tirada de más de 51.000.000 de ejemplares. La impresión total de dos libros pensados en especial para los adolescentes, Tu juventud... aprovechándola de la mejor manera y Lo que los jóvenes preguntan. Respuestas prácticas, es de más de 53.000.000. Y El secreto de la felicidad familiar, que ha ayudado a millones de familias a sobrellevar sus problemas, se ha editado en 115 idiomas.

Otras cuatro obras publicadas desde 1985 que de manera sobresaliente fortalecen la fe en el Creador, su Hijo y la Biblia tienen una tirada conjunta de más de 117 millones de ejemplares. Se trata de La vida... ¿cómo se presentó aquí? ¿Por evolución, o por creación?, El hombre más grande de todos los tiempos, La Biblia... ¿la Palabra de Dios, o palabra del hombre? y ¿Existe un Creador que se interese por nosotros?

Los testigos de Jehová tienen publicaciones bíblicas en 353 idiomas, y algunas de ellas saldrán pronto en otros 38. De hecho, desde 1970 la impresión de libros, folletos y revistas ha sobrepasado los 20.000 millones. Lo que es más, cuentan con casi 6.000.000 de maestros dedicados a difundir el conocimiento de la Biblia en más de 230 países. ¿Cómo se ha logrado todo esto, y qué efecto tiene en la vida de la gente?

Por qué en su propio idioma

Obviamente, la edición simultánea de obras de calidad en más de 100 idiomas no es tarea fácil y requiere el trabajo coordinado de muchas personas. Los equipos de traducción, compuestos de voluntarios que aportan su tiempo y sus aptitudes, se valen de sistemas informáticos para conseguir un buen nivel de calidad, exactitud y rapidez. Gracias a ello, las publicaciones salen pronto a la luz, incluso en idiomas para los que hay un número limitado de traductores. En la actualidad, más de 1.950 hombres y mujeres participan a escala mundial en esta labor no lucrativa de traducción. ¿Por qué tanto esfuerzo? ¿Merece la pena, teniendo en cuenta que muchos de los que hablan los idiomas menos conocidos también entienden hasta cierto grado alguna de las lenguas más extendidas?

Los testigos de Jehová han descubierto que sí, y la razón la expresó William Tyndale, famoso traductor de la Biblia del siglo XVI: “La experiencia me enseñó que era imposible afianzar a los laicos en la verdad, a menos que se les presentara con claridad la Escritura en su lengua materna para que pudieran percibir la esencia, el orden y el significado del texto”.

No siempre se ha podido ofrecer a la gente publicaciones bíblicas en su lengua materna. Pero cuando las personas las tienen a su alcance, las verdades de la Biblia les llegan al corazón más deprisa y se les profundizan más, como ha podido comprobarse en países de la anterior Unión Soviética, poblados por diversas etnias que conservan su propio idioma. A principios del siglo XX, muchos de estos pueblos fueron incorporados a la Unión Soviética y tuvieron que aprender ruso y utilizarlo. Por eso, además de su lengua materna, saben leer y escribir ruso.

Pero muchas de esas personas, sobre todo desde la caída de la Unión Soviética en 1991, desean utilizar sus respectivas lenguas maternas: adigueyo, altaico, bielorruso, georgiano, kirguís, komi, oseto, tuviniano u otras de las decenas que allí se hablan. Aunque la mayoría puede mantener una conversación en ruso, las publicaciones bíblicas en este idioma no les llegan tanto al corazón; en cambio, las que están escritas en su lengua vernácula tienen para ellos un atractivo especial. “Me alegro de que empiecen a publicar algo en nuestro idioma”, dijo un señor que recibió un tratado bíblico en altaico.

Un caso semejante es Groenlandia, isla del Ártico con una población aproximada de 60.000 personas. Las revistas La Atalaya y ¡Despertad! en groenlandés tienen bastante aceptación, al igual que las otras publicaciones que los testigos de Jehová editan en dicho idioma. Tanto es así, que no es difícil hallarlas en muchos hogares de hasta las aldeas más lejanas de la isla.

En el Pacífico Sur, 7.000 personas hablan nauruano, 4.500 toquelao y 12.000 rotumano. Los Testigos publican tratados y folletos bíblicos en esos idiomas, además de ediciones mensuales de La Atalaya en niueano (hablado por 8.000 personas) y tuvaluense (hablado por 11.000). De hecho, los testigos de Jehová sobresalen como impresores en idiomas poco conocidos. Editan publicaciones bíblicas en bislama, criollo de las Seychelles, criollo mauritano, hiri motu, papiamento, pidgin de las islas Salomón, pidgin de Nueva Guinea y muchas otras lenguas.

Con frecuencia sucede que cuanto más reducida es la población que habla un idioma, más aislada y pobre es la comunidad. Sin embargo, en tales regiones los índices de alfabetización son a veces elevados. Y una de las pocas publicaciones de que disponen los lugareños en la lengua autóctona suele ser la Biblia. De hecho, en algunos de estos idiomas ni siquiera se imprime un periódico, pues no resulta viable desde el punto de vista comercial.

Por qué se agradece su labor

Muchas personas alaban la labor de traducción que efectúan los testigos de Jehová porque gracias a ella la gente dispone de publicaciones que mejoran su calidad de vida. Linda Crowl, colaboradora del Institute for Pacific Studies, radicado en la Universidad del Pacífico Sur en Suva (Fiji), dijo que la labor de traducción realizada por los Testigos es “lo más apasionante que está sucediendo en el Pacífico”. Ella recomienda dichas publicaciones porque las considera de gran calidad.

Cuando se empezó a publicar la edición trimestral de ¡Despertad! en samoano, la noticia apareció en la prensa local y también se difundió por la cadena nacional de televisión. Durante el programa se mostró la portada de ¡Despertad!, se abrió la revista por cada artículo y después se comentaron los artículos uno por uno.

Cabe destacar que, en algunos países, los institutos de las lenguas vernáculas consultan con frecuencia a los traductores de las publicaciones de los Testigos sobre cuestiones de gramática, ortografía, acuñación de nuevas palabras y demás. Es obvio que la labor gratuita de educación que efectúan los testigos de Jehová no solo ha influido en la vida de quienes llegan a ser miembros activos de sus congregaciones, sino de muchas personas más.

No obstante, como se indicó en el artículo anterior, cerca de 1.000 millones de adultos —casi la sexta parte de la población mundial— son analfabetos. ¿Qué se ha hecho para ayudar a estas personas a beneficiarse de la importantísima información a la que se puede acceder mediante la lectura y el estudio?

Se satisfacen las necesidades educativas básicas

Los testigos de Jehová han organizado en muchos países programas gratuitos de alfabetización con los que han enseñado a la gente a leer y escribir. Incluso han redactado sus propios manuales docentes, como el titulado Aplícate a la lectura y a la escritura, editado en 28 idiomas. Con esas clases han aprendido a leer y escribir millares de personas, entre ellas mujeres y ancianos.

En Burundi, centenares de personas han aprendido a leer y escribir gracias a las clases de alfabetización de los testigos de Jehová. En vista de los buenos resultados del programa, durante la celebración del Día Internacional de la Alfabetización, el 8 de septiembre de 1999, el Instituto Nacional de Alfabetización de Adultos de ese país otorgó un premio a cuatro instructores Testigos.

Con relación a las clases de alfabetización que imparten los testigos de Jehová en unas 700 congregaciones de Mozambique, se recibió el siguiente informe: “Durante los últimos cuatro años se han graduado 5.089 estudiantes, y actualmente tenemos matriculados 4.000”. Cierto estudiante escribió: “Quisiera manifestarles mi sincera gratitud por la escuela [...]. Yo era una persona que no sabía nada. Pero gracias a la escuela ya sé leer y, aunque aún necesito práctica, puedo escribir”.

Desde 1946, año en que se comenzó a mantener registros en México, más de 143.000 personas han aprendido a leer y escribir en escuelas especiales destinadas a ese fin. Una mujer de 63 años escribió: “Estoy muy agradecida a los testigos de Jehová porque me enseñaron a leer y escribir. Mi vida era muy triste, pero ahora ya puedo buscar consejos en la Biblia, y su mensaje me ha hecho feliz”.

En Brasil, los Testigos también han enseñado a leer y escribir a miles de personas. “Aprender a leer fue como librarme de mis cadenas después de muchas décadas —dijo una mujer de 64 años—. Ahora tengo acceso a todo tipo de información. Y lo más importante es que la lectura y el estudio de la Biblia me han rescatado de las enseñanzas falsas.”

Con frecuencia, los maestros de la Biblia que son testigos de Jehová enseñan a leer a sus estudiantes en clases particulares. En las Filipinas, Martina tenía más de 80 años cuando una Testigo la visitó. Quería estudiar regularmente la Biblia, pero no sabía leer. Con la ayuda de su maestra, aprendió y, gracias a la preparación adicional que recibió en la congregación de la localidad, aprendió también a usar las Escrituras para enseñar a otros. Hoy sabe leer y escribir y es maestra de la Biblia de tiempo completo.

Está claro que personas de todas las nacionalidades tienen la posibilidad de aprender a leer y escribir. Pero pudiéramos preguntarnos: “¿Beneficia de verdad a la gente el conocimiento bíblico tocante a Dios y sus propósitos?”. La pregunta se responde en el último artículo de esta serie.

[Ilustración y recuadro de la página 9]

“No tengo palabras para expresar...”

Autoridades civiles, profesores y ciudadanos de término medio reconocen el esfuerzo de los testigos de Jehová por fomentar la educación en todo el mundo. A continuación reproducimos una muestra de sus comentarios:

“Mi gobierno y yo estamos sumamente complacidos porque este libro [Usted puede vivir para siempre en el paraíso en la Tierra, en tuvaluense] es una nueva e importantísima contribución a las ‘riquezas’ esenciales de Tuvalu. Ustedes deben sentirse muy satisfechos con el magnífico papel que han desempeñado en el fortalecimiento espiritual de los ciudadanos de esta nación. Creo que en el campo de la impresión de libros educativos, esta obra hará historia en Tuvalu.”—Doctor T. Puapua, ex primer ministro de Tuvalu (país insular del Pacífico Sur).

“Los testigos de Jehová tienen un programa editorial muy productivo que utiliza la tecnología más moderna del Pacífico Sur. [...] Esta proeza editorial resulta aún más extraordinaria cuando se tienen en cuenta las irregularidades que caracterizan la comunicación [...] entre las islas del Pacífico.”—Linda Crowl, Universidad del Pacífico Sur, en Suva (Fiji).

“El libro El secreto de la felicidad familiar en isoko es magnífico e impactante. Damos las gracias a los voluntarios que trabajan en el equipo de traducción al isoko por ayudarnos a comprender bien su contenido.”—C. O. A., Nigeria.

“No tengo palabras para expresar lo agradecida que estoy por esta traducción de la Biblia [la Traducción del Nuevo Mundo en serbio] tan fácil de entender. Anteriormente había tratado de leer la Biblia entera, pero siempre desistía al poco tiempo porque no entendía bien el idioma. Ahora puedo leer esta extraordinaria traducción, ¡y comprenderla!”—J. A., Yugoslavia.

“Gracias por las publicaciones tan magníficas, instructivas y edificantes que han traducido al idioma tiv. No puedo enumerar todos los beneficios y el ánimo que se obtienen de estos libros y folletos que han llegado a millares de personas.”—P. T. S., Nigeria.

[Ilustración]

36.000.000 de ejemplares en 115 idiomas

[Ilustraciones de las páginas 4 y 5]

Se han publicado más de 100 millones de ejemplares de la Traducción del Nuevo Mundo en 37 idiomas

[Ilustraciones de la página 7]

Casi 2.000 personas participan a escala mundial en la traducción de las publicaciones de los testigos de Jehová. (Izquierda: el equipo de traducción al zulú en Sudáfrica; abajo: traductor japonés)

[Ilustraciones de la página 7]

Cada año se imprimen más de 1.000 millones de ejemplares de La Atalaya y ¡Despertad!

[Ilustraciones de la página 8]

Los testigos de Jehová imparten clases de alfabetización en todo el mundo. (México, a la derecha; Burundi, abajo. En la portada aparece Ghana)