Los jóvenes preguntan...

¿Y si mis padres creen que soy demasiado joven para salir con alguien?

“Te has quedado anticuada, mamá. No estamos en los cincuenta. Todas salen con chicos. Ya no soy una niña pequeña.”—Ester, de 16 años. *

PUEDE resultar frustrante que te digan que no estás preparado para salir con alguien. “Quiero hacer lo que la Biblia dice y honrar a mi padre y a mi madre —afirma un muchacho—, pero no creo que tengan razón. Ni siquiera sé cómo hablar con ellos del asunto.” Al igual que este joven, quizás pienses que tus padres no son razonables ni comprensivos. Tal vez hayas encontrado a una persona que te gusta mucho y quieras conocerla más a fondo, o creas que iniciar una relación te ayudará a encajar mejor con tus compañeros. “Si nunca sales con nadie, te presionan —dice Irene—. En la escuela piensan que eres rara.”

Una consejera familiar observó con relación al tema de salir en pareja: “No hay otro aspecto en el que los padres parezcan más irrazonables”. Pero solo porque tus padres puedan parecer irrazonables, no significa que de verdad lo sean. Al fin y al cabo, Dios les ha otorgado la responsabilidad de enseñarte, educarte, protegerte y guiarte (Deuteronomio 6:6, 7). ¿No pudiera ser que tus padres tuviesen razones más que justificadas para preocuparse por tu bienestar? “Veo el peligro que acecha —cuenta una madre—, y eso me asusta.” ¿Por qué inquieta a tantos padres el que sus hijos inicien una relación a temprana edad?

Sentimientos peligrosos

“Mis padres hacen que parezca que está mal que me guste un chico”, se queja Isabel, de 14 años. No obstante, si tus padres son cristianos, saben perfectamente que Dios diseñó ambos sexos para que se atrajeran mutuamente (Génesis 2:18-23). Reconocen que esta atracción es natural y que armoniza con el propósito de nuestro Creador de que la humanidad ‘llene la tierra’ (Génesis 1:28).

Además, tus padres saben lo fuertes que pueden ser los deseos sexuales cuando se está en “la flor de la juventud” (1 Corintios 7:36). Y también están al tanto de tu falta de experiencia en aprender a controlar tales impulsos. Si empiezas a pasar mucho tiempo con una persona del sexo opuesto, a hablar con ella por teléfono o incluso a escribirle, ya sea por correo o vía Internet, es probable que la atracción aumente. “¿Y qué tiene eso de malo?”, quizás te preguntes. Bueno,  ¿puedes satisfacer de forma legítima esos deseos? ¿Estás realmente preparado para afrontar la consecuencia lógica a la que te conducirían tus sentimientos, a saber, el matrimonio? Lo más seguro es que no.

Así pues, salir con alguien antes de tiempo implica graves riesgos. La Biblia advierte: “¿Puede un hombre recoger fuego en el seno sin que se le quemen las mismas prendas de vestir?” (Proverbios 6:27). Con muchísima frecuencia, mantener una relación sentimental con una persona antes de tener edad para casarse desemboca en relaciones prematrimoniales, lo que expone a los jóvenes al riesgo de embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual (1 Tesalonicenses 4:4-6). Por ejemplo, una muchacha llamada Tamara pensó que sus padres eran injustos porque no la dejaban salir con chicos. Así que empezó a verse con alguien de la escuela en secreto. Sin embargo, al poco tiempo, Tamara quedó encinta y su vida cambió. Ahora confiesa: “Salir en pareja no es tan maravilloso como dicen”.

Pero ¿y si una joven pareja evita cuidadosamente el contacto impropio? Aun así, existe el peligro de que se despierten sentimientos románticos antes de tiempo (El Cantar de los Cantares 2:7). Avivar deseos que solo se podrán satisfacer legítimamente al cabo de los años puede resultar frustrante y deprimente.

Otros aspectos a tener en cuenta: ¿tienes de verdad suficiente experiencia en la vida como para saber lo que debes buscar en un cónyuge? (Proverbios 1:4.) Por otro lado, ¿posees ya las debidas cualidades y habilidades de un esposo o una esposa a quien realmente amar y respetar? ¿Tienes la paciencia y la determinación que se necesitan para mantener una relación duradera? No es extraño que la mayoría de los noviazgos entre adolescentes sean dolorosamente cortos. Pocos culminan en matrimonios perdurables.

Mónica, de 18 años, lo resume bien: “Todas mis amigas de la escuela me hablaban de sus novios. Pero, o se casaron jóvenes, o acabaron en una dolorosa ruptura porque no estaban preparadas para dar el siguiente paso”. Un chico llamado Bruno comenta también: “Cuando te das cuenta de que no estás preparado para comprometerte a nada pero ya te sientes comprometido porque estás saliendo con alguien, es muy frustrante. ¿Cómo te echas atrás sin herir a la otra persona?”.

Sin duda, tus padres intentan ahorrarte ese sufrimiento y frustración, de modo que insisten en que no salgas con nadie hasta que seas lo suficientemente mayor como para aceptar un compromiso de matrimonio. La verdad es que actúan en armonía con el consejo inspirado que se encuentra en Eclesiastés 11:10, que dice: “Quita de tu corazón la irritación, y evita a tu carne la calamidad”.

Amplía tu círculo de amistades

Ahora bien, no es que no puedas disfrutar de la compañía del sexo opuesto. Pero ¿por qué limitar  tus amistades a una sola persona? En otro contexto, la Biblia nos anima a ‘ensanchar’ nuestro círculo de allegados (2 Corintios 6:12, 13). Este es un buen consejo para los jóvenes, y una forma de seguirlo es salir en grupos mixtos. “Creo que así es más divertido —observa Tamara—. Es mejor tener muchos amigos.” Mónica dice: “Salir en grupo es una buena idea porque tratas con personas de distintas personalidades y te permite ampliar tus horizontes”.

Es posible que tus padres incluso estén dispuestos a ayudarte a hacer planes para que pases ratos agradables con otros jóvenes. Ana, madre de dos hijos, señala: “Siempre procuramos que nuestra casa sea un lugar entretenido donde ellos deseen estar. Invitamos a sus amigos, les preparamos unos aperitivos y dejamos que jueguen a algo. De esta forma no se ven obligados a salir de casa para divertirse”.

Por supuesto, incluso yendo en grupo debes tener cuidado de no prestar demasiada atención a uno de sus integrantes. Algunos jóvenes razonan que como están en compañía de otros, en realidad no están saliendo con nadie en particular. No te engañes (Salmo 36:2). Si siempre que te reúnes con tus amigos pasas todo el tiempo con la misma persona, es como si estuvieras saliendo con ella. * Intenta ser juicioso al tratar con tus amistades del sexo opuesto (1 Timoteo 5:2).

Vale la pena esperar

No es agradable que te digan que eres demasiado joven para salir con alguien. Pero tus padres no quieren causarte daño. Al contrario, hacen todo lo que pueden por ayudarte y protegerte. Así que, en vez de confiar en tu propio corazón y rechazar el consejo, ¿por qué no te aprovechas de su experiencia? Por ejemplo, ¿por qué no recurres a ellos la próxima vez que tengas un problema con alguien del sexo opuesto? Proverbios 28:26 nos recuerda: “El que confía en su propio corazón es estúpido”. Una joven de nombre Cecilia observa: “Cuando le gusto a un chico, lo que me ayuda a resistir la presión a la que me someten para que salga con él es decírselo a mi madre. Ella me cuenta lo que le sucedió a alguna amiga o a alguien de la familia. Eso me ayuda mucho”.

Esperar un poco antes de comenzar a salir con alguien no estorbará tu desarrollo emocional ni pondrá límites a tu libertad. Puesto que todavía no has asumido las responsabilidades que conllevan el noviazgo y el matrimonio, las cuales son propias de una persona adulta, puedes ‘regocijarte en tu juventud’ (Eclesiastés 11:9). Además, la espera te permitirá desarrollar tu personalidad, tu madurez y, lo más importante de todo, tu espiritualidad (Lamentaciones 3:26, 27). Como lo expresó una joven cristiana, “debes comprometerte con Jehová antes que con cualquier otra persona”.

A medida que te hagas mayor y tu progreso se haga obvio, tus padres comenzarán a verte de diferente modo (1 Timoteo 4:15). Y cuando realmente estés preparado para salir con alguien, sin duda podrás contar con su bendición.

[Notas]

[Ilustraciones de la página 20]

Prestar atención especial a alguien del sexo opuesto...

...normalmente despierta sentimientos románticos

[Ilustración de la página 21]

En vez de limitar tu atención a una sola persona, amplía tu círculo de amistades