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De nuestros lectores

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Manchas en el campo visual El artículo “¿Ve manchas en su campo visual?” (8 de junio de 2000) influyó mucho en mi vida. Recibí la revista solo tres días antes de sufrir un desprendimiento parcial de retina del ojo derecho. Los síntomas que mencionó el reportaje me preocuparon, así que procuré atención médica inmediatamente. Me sometí a un tratamiento con rayos láser, de modo que no perdí visión. Gracias por publicar información tan práctica y bien documentada.

C. V., Sudáfrica

Propaganda Acabo de leer el número del 22 de junio de 2000 y les agradezco la serie “¿Debe creerse todo lo que se oye?”. Donde vivo se ha puesto de moda el ridiculizar a los romaníes (gitanos). La gente cuenta chistes acerca de sus supuestos robos. Gracias a los artículos, me he dado cuenta de que tales bromas no son apropiadas y he decidido no hacerlas.

K. M., República Checa

Vivir en el extranjero Gracias por el tema “Los jóvenes preguntan... ¿Debería vivir en el extranjero?” (22 de junio de 2000). Aunque soy un lector habitual de la serie, a menudo he pensado que exageraban algunos de los riesgos que mencionan. El año pasado hice un viaje al extranjero por un intercambio cultural entre la institución donde estudio y otra universidad. Si bien la experiencia resultó interesante, no fue buena desde el punto de vista espiritual.

M. P., Italia

Este artículo y el titulado “Los jóvenes preguntan... ¿Cómo lograr que me vaya bien en el extranjero?” (22 de julio de 2000) fueron como “alimento al tiempo apropiado” para mí (Mateo 24:45). Ya había decidido pasar un año fuera de mi país para aprender otro idioma. Así que estoy verdaderamente agradecida por las sugerencias y los consejos prácticos.

I. Z., Suiza

Isla de Pascua El reportaje “Una importante lección de una isla diminuta” (22 de junio de 2000) expresa las preocupaciones de muchas personas que sienten inquietud por el medio ambiente. Pero considero que son pocas las que se dan cuenta del peligro que encaramos. Lloro cuando pienso en lo mal que los seres humanos hemos administrado la Tierra.

K. M., Japón

El cambio de hora Quisiera hacerles un comentario acerca del tema “El cambio de hora: ¿una idea demasiado innovadora para su época?” (8 de julio de 2000). ¿Es dicho sistema tan digno de elogio? Nuestro gran Creador dispuso las estaciones. ¿Quién tiene derecho a manipularlas? El pretendido cambio de hora es anormal.

I. L., Alemania

Nuestro reportaje no alabó ni condenó el cambio de hora, simplemente informó de su fascinante historia. Dios no dio instrucciones específicas acerca de cómo debería contarse el tiempo. Los sistemas vigentes para medirlo son por lo tanto arbitrarios, no decretados por Dios. El cambio de hora no modifica las estaciones. En vista de lo anterior, no parece que se viole ningún principio divino al ajustar los relojes dos veces al año.—La Redacción.

Sonreír Gracias por publicar el valioso artículo “¡Sonría! Le hará bien” (8 de julio de 2000). Concuerdo plenamente con todo lo que señaló. Me recordó que debo pensar de modo positivo todo el tiempo para que mi sonrisa sea sincera. En efecto, sonreír ayuda a hacer amigos y contribuye a eliminar tensiones.

P. C., China