¿Debemos confiar en la historia?
¿Debemos confiar en la historia?
“El conocimiento histórico [...] hace que nos sintamos parte de una hermandad que se extiende a lo largo de los siglos desde mucho antes de nuestro nacimiento hasta mucho después de nuestra muerte.”
(A Companion to the Study of History [Manual para estudiar historia], de Michael Stanford.)
VIVIR en ignorancia del pasado es vivir sin recuerdos. Si desconociésemos el pasado, no sabríamos cuáles son nuestras raíces, las de nuestra familia, nuestro pueblo y ni siquiera las de nuestro país; careceríamos de historia. Sin el pasado, daría la sensación de que el presente carece de fundamento y de que tiene poco o ningún sentido.
La historia puede enseñarnos mucho acerca de la vida. Puede ayudarnos a no tropezar siempre con la misma piedra, pues, como dijo cierto filósofo, quienes olvidan el pasado están condenados a repetirlo. Cuando nos familiarizamos con la historia, descubrimos un mundo repleto de antiguas civilizaciones, hallazgos asombrosos, gente fascinante y distintas maneras de ver las cosas.
Pero, dado que la historia estudia sucesos y personas de tiempos pasados, ¿cómo sabemos si es confiable? Para que nos enseñe lecciones valiosas, es obvio que estas han de basarse en hechos verídicos. Y una vez que conocemos la verdad, debemos aceptarla, aunque no siempre resulte agradable. El pasado puede asemejarse a un jardín de cactos: tiene su encanto, y sus espinas; puede resultar inspirador, y también punzante.
En los siguientes artículos veremos algunos aspectos de la historia que nos serán útiles para evaluar la exactitud de lo que leemos. Analizaremos asimismo cómo la historia auténtica beneficia al lector sagaz.
[Ilustración de la página 3]
¿Qué podemos aprender de la historia?
[Ilustración de la página 3]
La reina Nefertiti
[Reconocimientos de la página 3]
Nefertiti: Ägyptisches Museum der Staatlichen Museen Preußischer Kulturbesitz (Berlín)
Margen derecho: fotografía tomada por gentileza del British Museum