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De nuestros lectores

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El universo Me encantó la serie “¿Se originó al azar el universo?” (8 de octubre de 2000). Fue muy interesante examinar de qué forma tan organizada creó Jehová todo. Los artículos exponen sin rodeos que no somos producto de la evolución, sino de la creación.

E. V., Estados Unidos

Seguridad aérea Gracias por el artículo “Por un vuelo más seguro” (22 de septiembre de 2000). Me fijé, sin embargo, en que la cabina de pilotaje no corresponde a la del Boeing 747 como se indicó, sino a la de un Boeing 777.

M. R., República Checa

Como no pudimos conseguir fotografías de un simulador de vuelo del Boeing 747, mencionamos en el artículo que es “parecido al que se ilustra”.—La Redacción.

Mercado de valores Les agradezco el artículo tan equilibrado que publicaron el 8 de octubre de 2000, con el título “¿Es sensato invertir en el mercado de valores?”. La experiencia me ha enseñado a desconfiar de la información bursátil confidencial de procedencia dudosa, pues a menudo ocasiona grandes pérdidas. Lo sensato es estudiar la situación general del mercado antes de comprar acciones.

N. B., Alemania

Discrepo de la aseveración de que invertir en la bolsa de valores no es depositar la confianza en “el dios de la Buena Suerte” (Isaías 65:11). Meter dinero en un sistema variable que funciona por completo al azar es apostar.

P. B., Estados Unidos

Es cierto que las inversiones en el mercado de valores conllevan cierto riesgo, y como en todo negocio, inciden en él factores aleatorios. Sin embargo, no sería exacto calificar de juego de azar la compraventa de acciones, pues en el juego se intercambia dinero sin que haya intercambio de bienes reales. Una acción, no obstante, representa una verdadera participación en la propiedad de una empresa. Por tanto, la compraventa de acciones se considera un comercio legítimo.—La Redacción.

Exilio siberiano Me animó la fidelidad tanto de Stepan como de otros cristianos leales que se mencionan en la autobiografía de Alexei Davidjuk titulada “Mi mayor preocupación es permanecer leal” (8 de octubre de 2000). Me impresionó la razón que se dio de la deslealtad de un hermano: “porque dejó de leer la Biblia y de creer en ella”. Estas palabras me han infundido fuerzas para perseverar en el estudio de las Sagradas Escrituras.

A. V., Georgia

Deportes de riesgo Hace poco me ofrecieron la oportunidad de volar en ala delta. La invitación era tentadora, pero sentí curiosidad por saber lo que la Biblia dice sobre el tema. Unos días después recibí la respuesta en su artículo “¿Se justifica la participación en los deportes de riesgo?” del 8 de octubre de 2000. Parece ser que volar en ala delta es una experiencia impresionante, pero mi relación con Jehová es más importante que arriesgar la vida.

M. M. S., Brasil

Ustedes dicen que el Diablo tentó a Jesús “probablemente en una visión”. ¿No fueron tentaciones reales?

C. G. H., Estados Unidos

Varios aspectos de ese relato bíblico son difíciles de entender si se toman al pie de la letra. Por ejemplo, no existe ninguna montaña, por alta que sea, desde donde Satanás pudiera mostrar a Jesús “todos los reinos del mundo y su gloria”. Tampoco es probable que Jesús permitiera a Satanás que literalmente “lo llev[ara] consigo a la ciudad santa” o que lo apostara “sobre el almenaje del templo” (Mateo 4:5-8). Según parece, pues, Satanás recurrió a algún tipo de manifestación sobrenatural. Sin embargo, las tentaciones de Jesús fueron reales, sí acontecieron. El hecho de que se negara a sucumbir ante ellas demostró su inquebrantable integridad.—La Redacción.