Contraseñas que le protegen
Contraseñas que le protegen
“INTRODUZCA su contraseña.” Para muchas personas, la aparición de esta frase en una pantalla constituye el pan nuestro de cada día. Sea que se trate de entrar a una computadora personal, conectar el teléfono móvil, utilizar una tarjeta de crédito o desactivar el sistema de seguridad de una puerta, una contraseña o un PIN (número de identificación personal, por sus siglas en inglés) guardan celosamente el acceso a multitud de operaciones frecuentes.
Muchos oficinistas poseen de tres a cinco contraseñas tan solo para el trabajo, y se calcula que dentro de diez años, el consumidor tendrá que lidiar con más de un centenar. Dado que están tan generalizadas, ¿cómo pueden elegirse algunas que sean seguras por su complejidad y, al mismo tiempo, fáciles de recordar?
Conviene tener en cuenta varias recomendaciones básicas. Veamos primero qué debe evitar: no utilice su nombre ni el de ningún familiar —aunque lo modifique— ni tampoco la matrícula del automóvil, el número de teléfono o de la Seguridad Social o la dirección de su hogar. Con empeño, un pirata informático obtendrá tales datos sin mucha dificultad.
Siempre que sea posible, no use contraseñas compuestas tan solo de letras o cifras. Hay programas informáticos relativamente sencillos que logran dar con esas claves enseguida. Por último, no recurra a palabras de los diccionarios, ni siquiera extranjeros, pues circulan enormes listas de términos, así como de nombres de personas y lugares, en todos los idiomas. Hay programas que prueban con variaciones de estos vocablos, escribiéndolos en orden inverso, en mayúsculas o combinando mayúsculas con minúsculas.
Entonces, ¿qué debe usarse? Por lo general, las contraseñas han de tener como mínimo entre seis y ocho caracteres, con una mezcla de mayúsculas, minúsculas, dígitos y signos de puntuación. ¿Es muy difícil descubrir una combinación así? Según fuentes bien informadas, “una máquina con la capacidad de probar un millón de contraseñas por segundo [...] tardaría más de cien años”.
Pero ¿cómo elegir una combinación fácil de recordar? Se ha recomendado tomar el título de un libro o una película de su predilección, o un verso de un poema o canción y utilizar la inicial de cada palabra, añadiendo mayúsculas, signos de puntuación u otros caracteres. Otra opción: una frase como “Más de dos dedos de frente” pudiera expresarse “+D2d2DfrenT”. Hasta puede ponerse una cita bíblica. Por ejemplo, 1 Crónicas 9:27 sería “1Cr9:27”.
Otras recomendaciones incluyen alternar consonantes con algunas vocales para formar palabras sin sentido que sean pronunciables, como “CeRMuJiL” o “PoNTuFio”. También podrían tomarse dos vocablos cortos y unirlos con un signo ortográfico, como: “Toro?Vaca” o “Ay!Dolor”.
Aunque no todas las contraseñas ofrecen la misma seguridad, y algunos programas no aceptan determinados caracteres o no reconocen las mayúsculas, las anteriores sugerencias son útiles para proteger los datos importantes contra las intromisiones. Además, es aconsejable cambiar de contraseña cada cierto tiempo. Solo un comentario final: ¡no elija ninguno de los ejemplos anteriores!