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De nuestros lectores

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Educación Les escribo para darles las gracias por la serie de artículos titulada “Educación para vivir mejor” (22 de diciembre de 2000). Dejó ver con claridad cómo Jehová, mediante su organización, se esmera por llegar a todo el que ama la justicia. Me emocionó leer que la televisión y la prensa nacionales difundieron la noticia cuando se empezó a publicar ¡Despertad! en samoano, lo que constituye un ejemplo del cumplimiento de las palabras de Jesús recogidas en Hechos 1:8: “Serán testigos de mí [...] hasta la parte más distante de la tierra”.

J. D., Estados Unidos

Padres que evaden su responsabilidad Tengo 15 años. Quiero darles las gracias de todo corazón por los artículos “Los jóvenes preguntan... ¿Por qué nos dejó papá?” (22 de noviembre de 2000) y “¿Qué voy a hacer ahora que papá se ha ido?” (22 de diciembre de 2000). Hasta ese momento, siempre me encontraba pasando de la rabia al dolor y de ahí a la desesperación. La información me hizo ver que no soy el único que atraviesa por tal situación y que mis sentimientos son muy normales. Por favor, sigan imprimiendo artículos tan formidables como esos.

S. L., Alemania

Tengo 10 años, pero siento como si hubiera estado esperando esos artículos toda una vida. Sufrí muchísimo cuando mi padre nos abandonó. La revista llegó en el momento preciso.

M. D., Alemania

Biografía Gracias por la biografía “Abrigo una esperanza que me sostiene” (22 de diciembre de 2000). Puesto que desde pequeña he observado cómo mi padre maltrata a mi madre, estoy resentida con él. La mente siempre me había dicho que el odio es malo, pero se me hacía muy difícil dominar mis sentimientos. Entonces leí que Tatjana Vileyska hizo el esfuerzo por superar el odio que abrigaba contra el hombre que asesinó a su madre, y me gustaría imitarla.

A. K., Japón

La traumática forma como Tatjana perdió a sus padres me hizo llorar. Biografías como la de ella son para mí un recordatorio constante de que, en todo el mundo, muchas personas afrontan con éxito enormes problemas y logran ser felices a pesar de sus dificultades.

J. R., Estados Unidos

Acabo de leer el apasionante relato de Tatjana Vileyska, y estoy seguro de que lo recordaré por mucho tiempo. Haber pasado por tantas penurias antes de aprender la verdad bíblica y aún así sobrevivir con una sonrisa es nada menos que un milagro espiritual.

S. S., Estados Unidos

Salvar el matrimonio Les agradezco desde lo más profundo de mi corazón la serie de artículos “¿Podemos salvar nuestro matrimonio?”, de ¡Despertad! del 8 de enero de 2001. Hace un año, mi esposa y yo estábamos pasando por problemas conyugales. Puesto que ambos crecimos en hogares donde era común dar rienda suelta a la cólera, nos decíamos cosas hirientes el uno al otro, y el problema se nos escapaba de las manos. Sin embargo, ahora que hemos empezado a aplicar los principios bíblicos, somos muy felices.

R. O., Estados Unidos

Soy anciano de congregación. Para mí, una de las circunstancias más difíciles es cuando intento ayudar a quienes se sienten atrapados en un matrimonio sin amor. La verdad es que, a lo largo de los años, hemos recibido consejos bíblicos más que suficientes en las publicaciones, pero al ver la portada de la revista me di cuenta de que era justo lo que hacía falta para brindar una ayuda más directa. Los artículos no me decepcionaron.

L. R., Estados Unidos