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El papel indispensable del padre

El papel indispensable del padre

El papel indispensable del padre

“CRECE a diario el número de hombres jóvenes que quieren participar de forma activa en la crianza de sus hijos. El 82% de los varones entre los 21 y 39 años de edad optaron por horarios de trabajo que les permitieran pasar más tiempo con su familia”, según un estudio reciente de la Universidad de Harvard, publicado en el periódico The Toronto Star, de Canadá. En la investigación se entrevistó a 1.008 hombres y mujeres estadounidenses de 21 a más de 65 años de edad, y el 71% de los varones jóvenes afirmaron “estar dispuestos a ganar menos con tal de tener más tiempo para la familia”.

¿Por qué tantos hombres quieren dedicarse más a sus hijos? David Blankenhorn, uno de los fundadores de la National Fatherhood Initiative (Iniciativa Nacional de Paternidad; asociación que promueve la paternidad responsable), destacó que el 50% de los 1.600 norteamericanos encuestados en 1994 confesaron haber sufrido la ausencia emocional de su padre en la infancia. Muchos de ellos quieren evitar que la historia se repita.

El padre que interviene de manera activa en la vida de sus hijos puede representar una influencia saludable. Basándose en información del Departamento de Sanidad y Servicios Humanos de Estados Unidos, el Toronto Star aclaró que “los niños y los adolescentes [tienen] menos problemas de conducta, [son] más sociables y [rinden] más en la escuela” cuando el padre acostumbra comer y salir a pasear con ellos y les ayuda con las tareas escolares.

Tales afirmaciones señalan a un método de crianza que es tan práctico hoy como lo era cuando se puso originalmente por escrito, hace más de tres mil años. El Creador de la familia dijo específicamente que el padre debía tomar parte activa en la crianza de los hijos (Efesios 3:14, 15; 6:4). Al padre de familia se le indicó que debía inculcar el amor a Dios en el corazón de su prole y hablarle de Sus normas y mandamientos. Dios dijo que se hiciera ‘cuando se sentara en su casa y cuando anduviera por el camino y cuando se acostara y cuando se levantara’ (Deuteronomio 6:7).

La responsabilidad de criar a los hijos es una tarea compartida. La Biblia dirige a los hijos la siguiente exhortación: “Escucha [...] la disciplina de tu padre, y no abandones la ley de tu madre” (Proverbios 1:8). El papel del padre es indispensable. Incluye apoyar y respetar a la madre, tomar parte en la educación de los niños, y además dedicar tiempo a leerles y conversar con ellos, a fin de satisfacer ciertas necesidades emocionales básicas.

La Palabra de Dios es, sin lugar a dudas, la fuente más confiable de orientación y principios sanos con los que se logra una vida de familia armoniosa. El padre que provee activamente lo que la familia necesita en sentido espiritual, emocional y material está cumpliendo con la responsabilidad que Dios le ha asignado.