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Víctimas del terror

Víctimas del terror

Víctimas del terror

“¡Tengo una navaja! ¡Si abres la boca, te mato!”

ERA una bonita tarde de verano, y Jane, * testigo de Jehová de 17 años, patinaba en un parque público de Virginia (E.U.A). De pronto se dio cuenta de que no quedaba nadie y decidió marcharse. Estaba quitándose los patines cerca de la furgoneta de su familia cuando se le acercó un extraño. Junto con la escalofriante amenaza mencionada arriba, le exigió relaciones sexuales, y agarrándola, trató de meterla en el vehículo. Jane gritó a voz en cuello, pero no consiguió detener la agresión.

“Me sentí totalmente impotente —recordaba después—. Como una hormiga ante un gigante. Aun así, no paré de gritar y forcejear. Al final, clamé a Dios diciendo: ‘Jehová, por favor, no permitas que me suceda esto’.” Por lo visto, aquellas palabras desconcertaron al agresor, quien la soltó de repente y se dio a la fuga tras el fallido intento.

Mientras el violador montaba en su vehículo, Jane, temblando, se encerró en el suyo. Acto seguido procuró relajarse, tomó el teléfono móvil y llamó a la policía. Dio la matrícula y una descripción exacta del automóvil del atacante, lo que permitió que lo detuvieran a los pocos minutos.

¿Un final feliz?

Sí, pero no enseguida. La pesadilla de Jane acababa de empezar. Aunque la policía y la prensa elogiaron su rapidez mental y su lúcida reacción ante la acometida, Jane se sintió muy turbada tras disiparse el susto inicial. “Al cabo de unas semanas me vine abajo —cuenta—. Vivía en un continuo estado de angustia y no dormía. Después de varias semanas así, era incapaz de estudiar o concentrarme. Además, sufrí varias crisis de ansiedad. En la escuela, un compañero de clase que tenía cierto parecido con el agresor me tocó en el hombro para preguntarme la hora, y me puse histérica.

”Estaba muy deprimida —dice Jane—. Dejé de relacionarme con mis amigos, y la soledad me hundió más en la depresión. Me culpaba a mí misma del incidente y lloraba porque ya no era la persona feliz y confiada de antes. Me sentí como si esa parte de mí hubiera muerto.”

Jane experimentaba algunos de los típicos síntomas del trastorno de estrés postraumático (TEPT). ¿Qué es este trastorno y cómo ayudar a quien padece sus terribles síntomas? Analizaremos tales cuestiones en el próximo artículo.

[Nota]

^ párr. 3 Se ha cambiado el nombre.