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Mamá y sus diez hijas

Mamá y sus diez hijas

Mamá y sus diez hijas

Relatado por Esther Lozano

NUESTROS padres nacieron en Bitlis (Turquía), en el seno de familias armenias. A principios del siglo pasado ocurrió una matanza generalizada de los miembros de esta etnia, por lo que papá abandonó el país y emigró a Estados Unidos. Tendría alrededor de 25 años. Mamá, que se llamaba Sophia, salió tiempo después, a la edad de 12 años.

Tal parece que las familias de ambos habían acordado enviarla a América para que se casara con papá, Aram Vartanian. Sophia era muy joven para contraer matrimonio cuando llegó a Fresno (California), de modo que vivió con su futura suegra hasta alcanzar la mayoría de edad.

El 6 de agosto de 1914 tuvieron su primer hijo, un varón al que pusieron por nombre Antranig (luego él se lo cambió a Barney). Después vinimos diez más, todas mujeres. Papá se hizo Estudiante de la Biblia (como se conocía por aquel entonces a los testigos de Jehová) en 1924, cuando Shield Toutjian visitó Fresno y presentó un discurso a la comunidad armenia. A partir de ese momento, todos fuimos a las reuniones.

Nos mudamos a Oakland (California) en 1931, donde nos reunimos con la congregación local. Barney sirvió fielmente a Jehová en Napa (California) hasta su muerte, en 1941. Yo soy la tercera de las hijas, y simbolicé mi dedicación a Jehová en 1935. Nuestra hermana Agnes se bautizó hace poco, después de asistir a las reuniones por unos setenta y cinco años. Las otras nueve estuvimos presentes para la ocasión, muy felices de que se hubiera bautizado la única que faltaba.

Lamentablemente, mamá no compartió nuestra dicha, pues había fallecido solo un año antes, a la edad de 100 años y dos días. El diario californiano Hayward News, del 14 de mayo de 1996, informó de su muerte. La nota decía que “realizó durante cincuenta y cuatro años servicio comunitario como voluntaria de los testigos de Jehová, instruyendo [...] en la Biblia a las personas interesadas”. También se citaron las siguientes palabras de nuestra hermana Elizabeth: “Su casa siempre estaba abierta y siempre había lugar en la mesa para uno más [...]. Cuando llegaba un visitante, ella decía: ‘Pase a tomar un café de vaquero [bien cargado]’; pero si daba la casualidad de que había hecho su famoso pastel baklava, era realmente afortunado”.

Nuestra hermana mayor, Gladys, tiene 85 años, y la menor, 66. Todas somos Testigos activas. Tres nos graduamos de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower y hemos sido misioneras. Elizabeth, que hoy vive en Newport Beach (California), asistió a la decimotercera clase, y sirvió en Callao (Perú) durante cinco años. Ruth estuvo en la clase número 35. Ella y su esposo, Alvin Stauffer, fueron misioneros en Australia durante cinco años. Yo me gradué en la cuarta clase, y en 1947 me enviaron a México, donde me casé con Rodolfo Lozano en 1955. * Ambos hemos servido allí desde entonces.

Las diez hermanas estamos muy agradecidas por la relativa salud que poseemos, pues eso nos da la oportunidad de continuar sirviendo a Jehová con toda nuestra mente, corazón y fuerzas mientras él lo permita, ahora, y por siempre en su nuevo mundo.

[Nota]

^ párr. 8 Su experiencia se relata en La Atalaya del 1 de enero de 2001.

[Ilustración de la página 20]

Agnes, cuando se bautizó (1997)

[Ilustración de las páginas 20 y 21]

Elizabeth, el día de su graduación de Galaad (1949)

[Ilustración de la página 21]

Esther (a la derecha) en la sucursal de México (1950)

[Ilustración de la página 21]

Ruth y Alvin Stauffer, siervos internacionales en la sucursal de México (1987)