Comida saludable para todos
Comida saludable para todos
ES UN placer comer alimentos saludables, pero como hemos visto, no siempre son fáciles de obtener. Lo que es peor, millones de personas no pueden permitirse el lujo de preocuparse por la salubridad de su comida. Lo que les inquieta es conseguir lo suficiente tan solo para sobrevivir. ¿Quería Dios que llegáramos a semejante situación?
Pensemos por un momento. Cuando Dios colocó al hombre y a la mujer en la Tierra, ¿se preocupaban por el alimento? Por supuesto que no. El relato del libro bíblico de Génesis dice: “Jehová Dios hizo crecer del suelo todo árbol deseable a la vista de uno y bueno para alimento” (Génesis 2:9). Así que Adán y Eva disponían de una deliciosa variedad de alimentos en cantidad ilimitada. Su Creador conocía a la perfección sus necesidades nutricionales y también sabía lo que les causaría gozo. Claro, hoy no nos hallamos en el jardín de Edén, pero ¿ha cambiado Dios su propósito original para el ser humano y para este planeta?
Tenemos razones sólidas para creer que pronto la humanidad dispondrá de alimento saludable en abundancia, y esta creencia puede sernos de gran ayuda para mantener una actitud equilibrada sobre la seguridad alimentaria. Si mantenemos tal esperanza firme, evitaremos un punto de vista extremista o fanático.
¿Qué nos garantiza que la vida pronto va a cambiar? Quienes estudian concienzudamente la Palabra de Dios saben que nos hallamos 2 Timoteo 3:1-5).
en “los últimos días” del actual sistema de cosas. Este se rige por la sabiduría humana, la cual, en muchos aspectos de la vida, es incierta y se basa en el método de ensayo y error. En el campo de las técnicas de manipulación de alimentos existe mucha incertidumbre, y ello se traduce en temor, discordia y desunión (El Creador ha prometido reemplazar el presente sistema de cosas por uno completamente nuevo. Se cumplirá su propósito original: una Tierra paradisíaca semejante al jardín de Edén poblada por una familia humana saludable y feliz. La fuerza unificadora de la sabiduría perfecta de Dios llenará el planeta (Isaías 11:9). La inestable sabiduría humana dejará de existir, y el nuevo sistema de hechura divina disipará toda preocupación sobre los riesgos alimentarios. ¿No es lógico pensar que el Dios que nos creó entiende también nuestras necesidades nutricionales?
Comida perfecta procedente del Creador
La Biblia contiene gráficas profecías respecto a las condiciones de vida en el venidero sistema de cosas. El profeta Isaías escribió: “[Dios] dará la lluvia para tu semilla con la cual siembras el terreno, y, como el producto del terreno, pan, el cual tiene que llegar a ser graso y aceitoso. Tu ganado pacerá en aquel día en un prado espacioso. Y las reses vacunas y los asnos adultos que cultivan el terreno comerán forraje sazonado con acedera, que habrá sido aventado con la pala y con el bieldo”.
La profecía también dice: “Jehová de los ejércitos ciertamente hará para todos los pueblos, en esta montaña, un banquete de platos con mucho aceite, un banquete de vino mantenido sobre las heces, de platos con mucho aceite, llenos de médula, de vino mantenido sobre las heces, filtrado”. La Versión Popular traduce la última frase de la siguiente manera: “Un banquete con ricos manjares y vinos añejos, con deliciosas comidas y los más puros vinos” (Isaías 25:6; 30:23, 24).
¿Le parece atractivo? Las profecías de Isaías nos aseguran que todo el que viva bajo el nuevo sistema de Dios tendrá alimento en abundancia. ¿Entrañará este algún peligro? Claro que no. Otra profecía nos asegura que los siervos de Dios “realmente se sentarán, cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera, y no habrá nadie que los haga temblar” (Miqueas 4:4). Esta absoluta seguridad la garantizará el Reino Mesiánico de Dios, que asumirá la gobernación mundial en el futuro cercano (Isaías 9:6, 7).
Jamás volverá a cuestionarse la salubridad de los alimentos. Todo lo contrario, será un verdadero deleite decirnos unos a otros: “Buen provecho”.
[Comentario de la página 12]
Muy pronto, toda la humanidad dispondrá de alimento saludable en abundancia
[Ilustración de la página 10]
Dios promete alimentos sanos y saludables para todos