El trabajo duro se gana elogios en Moscú
El trabajo duro se gana elogios en Moscú
EN 1998, el tribunal municipal del distrito Golovinsky de Moscú recibió una causa civil en la que se solicitaba la prohibición de las actividades de los testigos de Jehová. Tal vez le parezca irónico, por tanto, que los funcionarios de la administración del mismo distrito hayan encomiado hace poco a los Testigos.
¿A qué se debe que reciban elogios oficiales por una parte, y por otra haya quienes intenten erradicarlos de la ciudad? Un breve repaso de la obra en la localidad nos dará la respuesta.
Los Testigos en Moscú
A mediados de la década de 1950, Moscú era una de las pocas capitales del mundo en la que no vivía ningún testigo de Jehová. ¿La razón? Los que residían allí habían sido deportados, al igual que otros miles de Testigos en el resto de la Unión Soviética. ¿A dónde? En su mayoría, a campos de trabajos forzados de Siberia.
Transcurrieron los años, y unos cuantos moscovitas comenzaron a estudiar la Biblia con la ayuda de las publicaciones de los Testigos, para entonces proscritas en Rusia. A mediados de la década de 1970, los pocos residentes de Moscú que se habían hecho testigos de Jehová se reunían en el apartamento de Murat Shakirov con el fin de analizar la Palabra de Dios. Para los años ochenta, los integrantes del pequeño grupo habían logrado despertar en muchos otros el interés por las Santas Escrituras.
Cuando la Unión Soviética legalizó su obra, en marzo de 1991, comenzó a funcionar abiertamente en la ciudad una congregación numerosa. Miles de personas estaban deseosas de saber por qué se había perseguido a los Testigos y qué enseñaba la Biblia realmente. Así que, en agosto de 1991, más de dos mil moscovitas realizaron un viaje de 890 kilómetros a fin de asistir a una asamblea que tendría lugar en Kiev (Ucrania), y muchos de ellos se contaron entre los 1.843 bautizados.
En 1993, los testigos de Jehová celebraron una gran asamblea internacional en el Estadio Locomotive de Moscú, a la que asistieron 23.743 personas procedentes de más de treinta países. Para finales de ese año, las congregaciones de la zona metropolitana habían aumentado a veintiuna. Hoy, ocho años después, son 104.
Durante los meses de junio y julio del presente año hubo 18.292 asistentes y 546 bautizados en cuatro asambleas de distrito de los testigos de Jehová llevadas a cabo en Moscú. El espectacular crecimiento numérico de quienes estudian la Biblia con los Testigos ha impulsado a la jerarquía de la Iglesia Ortodoxa Rusa a buscar la forma de influir en los funcionarios públicos para que prohíban esa obra.
En consecuencia, el tribunal de Golovinsky recibió a principios de 1998 la causa que procuraba la proscripción de los Testigos. El 23 de febrero de 2001, el juez por fin absolvió a los acusados de los cargos que se les imputaban. Sin embargo, la fiscalía apeló ante un tribunal superior de Moscú, y el caso fue devuelto al primer tribunal para que lo reexaminara.
¿Por qué, entonces, elogiaron a los Testigos los funcionarios de la Administración del Distrito Golovinsky, a pesar de tales intentos de supresión?
Entra en el cuadro un nuevo lugar de reunión
En diciembre de 1998, los Testigos adquirieron un edificio grande, de dos plantas, anterior sede de un centro cultural y contiguo al parque Mikhalkovsky. Un grupo de Testigos inició hace un tiempo los trabajos de renovación de las amplias instalaciones, que albergan cinco Salones del Reino (lugares de reunión) para veintidós congregaciones.
Ahora bien, el pasado 15 de abril, una administradora del distrito Golovinsky pidió a los testigos
de Jehová que limpiaran el parque Mikhalkovsky para el día 21. En Rusia es habitual que los vecinos y los grupos comunitarios participen en la limpieza general de parques y carreteras. Los Testigos se reunieron el 17 de abril para planear el trabajo, y se decidió que harían falta 700 voluntarios.Cómo se atendió la tarea
El día 18, los Testigos notificaron a las autoridades del distrito cuántos rastrillos y otras herramientas iban a necesitar, pero los funcionarios no creyeron que la cifra de voluntarios se acercaría ni remotamente a 700. Sin embargo, a las nueve y treinta de la mañana del 21 de abril, los empleados de la administración llegaron al parque y se encontraron con cientos de personas listas para trabajar; el problema era que solo llevaban 200 herramientas de jardinería. Al rato se habían conseguido otros 200 rastrillos. Los que se quedaron sin herramientas trabajaron con las manos, recogiendo basura en bolsas de plástico. Algunos voluntarios incluso llevaron botas altas de pesca y un bote, con objeto de limpiar el enorme estanque.
Los representantes de la administración del distrito se quedaron pasmados al contemplar cómo se atendía la tarea. Observaron que los voluntarios trabajaban como si estuvieran limpiando su propio patio, con alegría y entusiasmo. En total, unos mil Testigos ayudaron en las labores de limpieza, y se recogieron más de 250 toneladas de basura. Los vecinos dijeron que hacía muchísimo tiempo que no veían el parque tan limpio.
Como se señaló al principio, los funcionarios quedaron impresionados y muy agradecidos. Uno de ellos escribió: “La Administración del Distrito Golovinsky, de la Región Administrativa Norte de Moscú,
agradece a la comunidad religiosa de los testigos de Jehová su participación en la limpieza del parque Mikhalkovsky”. Otro, después de expresar palabras similares de aprecio, dijo en su conclusión: “Esta noble y necesaria labor contribuye al bienestar y al disfrute de todos los visitantes del parque”.Aunque a los testigos de Jehová les gusta hermosear las zonas que rodean sus propiedades y colaborar en tareas como la descrita, su principal labor en la actualidad es difundir las buenas nuevas del Reino de Dios, el gobierno que traerá condiciones paradisíacas sobre todo el globo terrestre (Mateo 24:14). A algunos se les oyó decir, mientras limpiaban el parque Mikhalkovsky, que aquello era un buen ensayo del trabajo que efectuarían después del Armagedón: embellecer el planeta (Revelación [Apocalipsis] 16:14, 16).
Sin lugar a dudas, toda persona que ama la Biblia espera el tiempo en que la Tierra entera se parezca a un hermoso parque, tal como Dios se propuso que fuera cuando creó a nuestros primeros padres (Génesis 1:28; 2:8, 9, 15; Revelación 21:3, 4).
[Ilustración de la página 15]
Reunión en el apartamento de Murat Shakirov, a mediados de la década de 1970
[Ilustraciones de la página 16]
Cuatro asambleas celebradas en Moscú este año sumaron una asistencia de 18.292
[Ilustraciones de la página 17]
Este anterior centro cultural fue renovado para albergar cinco Salones del Reino
[Ilustraciones de la página 18]
Se recogieron más de 250 toneladas de basura