Observando el mundo
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Zapatos de pescado
Una nueva industria que ha surgido en los Andes peruanos utiliza la piel de trucha para fabricar calzado, según informa el periódico El Comercio, de Lima. Las pieles de peces de criaderos, o granjas acuícolas, se limpian y curten con sustancias naturales. A continuación se aceitan y tiñen con productos naturales como la cúrcuma, la cochinilla y el achiote. Con este proceso se conserva el atractivo diseño romboidal de las pieles, utilizadas también en la elaboración de “monederos, billeteras, correas de reloj o fundas [para teléfonos] celulares”. La ingeniera industrial Bárbara León, pionera de esta iniciativa, comenta: “Lo más importante es que no se emplea ningún curtiente artificial como el cromo. Esto evita problemas de contaminación y convierte la piel de trucha en un producto totalmente ecológico”.
La risa: todavía la mejor medicina
“Se ha descubierto que una dosis diaria de humor durante cuatro semanas reduce de forma significativa los síntomas de la depresión —señala el diario londinense The Independent—. Algunos pacientes que escucharon grabaciones terapéuticas de comediantes durante treinta minutos al día se curaron, mientras que otros vieron disminuir a la mitad la gravedad de los síntomas.” En Estados Unidos, más de cien trabajos de investigación han corroborado que la risa provocada por algo cómico comporta beneficios. No solo se han mejorado los deprimidos, sino también personas con alergias, presión alta, debilidad del sistema inmunitario e incluso cáncer y artritis reumatoide. Desde hace mucho se sabe que la risa favorece la salud; lo que no se entiende con claridad es cómo lo hace. No obstante, el psicoterapeuta Ed Dunkleblau recomienda ciertas precauciones: evitar el humor mordaz o sarcástico y tener cuidado de no ser demasiado chistoso. De otro modo, el paciente podría pensar que su problema no se toma en serio.
‘La religión en segundo plano’
Un estudio reciente realizado entre adultos pobres de algunas ciudades brasileñas reveló que, si bien el 67% de ellos afirman ser católicos, en realidad solo el 35% profesan fe en Jesús, María y la doctrina eclesiástica. Una cantidad aún menor —apenas el 30%— va a misa todas las semanas. La encuesta, patrocinada por la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil, también revela que muchos no concuerdan con la enseñanza oficial sobre las relaciones sexuales antes del matrimonio (44%), el divorcio (59%), volver a casarse (63%) y los anticonceptivos (73%). Según el teólogo Severino Vicente, la Iglesia pierde terreno debido a la escasez de sacerdotes, la menguada influencia en el sistema educativo del país y la superficialidad con que enseña sus doctrinas. Agrega: “La nueva generación de católicos fue educada en el relativismo y coloca la religión en un segundo plano”.
Peligro en casa
Las estadísticas hospitalarias para 1999, publicadas por el Departamento Británico de Comercio e Industria, indican que “76 personas murieron todas las semanas en accidentes domésticos, cifra que supera a los ocurridos en la carretera”, señala el rotativo londinense The Guardian. Entre las causas más frecuentes de muerte se hallaron “las herramientas para reparaciones caseras, las escaleras, las alfombras y las teteras”. Más de tres mil personas al año ingresaron en salas de emergencias por caídas con cestos de ropa, más de diez mil fueron hospitalizadas debido a percances ocurridos mientras intentaban ponerse los calcetines o las medias, y más de trece mil sufrieron heridas mientras preparaban verduras. Cerca de cien mil accidentes estuvieron vinculados al alcohol. Una portavoz de la Real Sociedad para la Prevención de Accidentes señaló: “En el trabajo y en la carretera somos juiciosos, pero en casa bajamos la guardia. Podemos provocarnos graves lesiones si retiramos bruscamente la cubretetera y se nos cae la tetera llena de agua caliente en el pie”.
Conservante de alimentos vikingo
Mil años atrás, los vikingos llevaban agua de turberas pantanosas en sus viajes debido a que se mantenía en buen estado durante meses. Y en tierra, los escandinavos conservaban pescado y vegetales, como zanahorias y nabos, guardándolos en turberas. Durante mucho tiempo, los científicos pensaron que los taninos o la falta de oxígeno de las turberas era lo que frenaba el deterioro orgánico. Pero según un reportaje de CNN, el doctor Terence Painter, de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología, acaba de aislar junto con sus colegas un azúcar complejo de la turba, el cual estiman que es el verdadero conservante. A fin de demostrar su eficacia, sepultaron unas pieles de salmón en celulosa de madera y sumergieron otras en turberas o las bañaron en extracto de turba. “El pescado se conservó fresco hasta un mes con la turba, mientras que el que no recibió el tratamiento olía mal al tercer día”, señala el reportaje.
La neblina tóxica eleva el riesgo de infarto
“La densa niebla tóxica que asfixia muchas ciudades canadienses en verano puede desencadenar ataques cardíacos en un lapso de dos horas”, señala el periódico National Post, de Canadá. La neblina tóxica contiene corpúsculos: contaminantes diminutos e invisibles que emiten principalmente los automóviles, las centrales eléctricas y las chimeneas. “En las dos horas posteriores a la exposición al aire fuertemente viciado con corpúsculos —explica el diario—, el riesgo de sufrir un infarto de miocardio aumentó un 48% en los pacientes ya propensos a tenerlo, como los diabéticos, los que padecen enfermedades coronarias y la gente mayor. Al cabo de veinticuatro horas, la cifra se había elevado a un 62%.” El doctor Murray Mittleman, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, recomienda “pasar más tiempo en interiores [cuando se emitan alertas de niebla tóxica], de preferencia con el acondicionador de aire encendido. Las partículas son tan pequeñas que invaden el aire de las viviendas, pero el filtro del acondicionador las mantiene fuera”.
El poder de la siesta
De acuerdo con el profesor británico Jim Horne, especialista en medicina del sueño de la Universidad Loughborough, el mejor remedio para la somnolencia de la tarde “es sencillamente una siesta de diez minutos”, informa el rotativo londinense The Times. “Es como cualquier tratamiento: cuanto más cerca del momento crítico aplique la dosis, tanta mayor eficacia tendrá”, afirma el profesor Horne. Algunas compañías estadounidenses han instalado para beneficio de sus empleados salas de siesta con camas, mantas, almohadas y sonidos relajantes, además de despertadores que suenan cada veinte minutos. No obstante, el profesor Horne advierte de que si dormimos demasiado rato —digamos, unos veinticinco minutos—, puede que nos sintamos mal al despertar. “Una vez que el cuerpo sobrepasa los diez minutos, empieza a pensar que es de noche e inicia el proceso del sueño profundo.”
La obesidad y el cáncer
“La obesidad es la principal causa evitable de cáncer entre los no fumadores del mundo occidental”, señala The Times, de Londres. Cincuenta años de investigación han demostrado que los cambios en el estilo de vida —como el adelgazar si se está obeso— pueden reducir a la mitad la incidencia de cáncer en los no fumadores. “Si usted no fuma, las dos causas de verdadera preocupación son el sobrepeso y los virus que provocan cáncer de estómago y de cuello uterino”, expresa el profesor Julian Peto, del Instituto Británico de Investigación del Cáncer. “En los experimentos con animales sometidos a una dieta restringida se observó una marcada reducción del riesgo de padecer cáncer.” Se considera clínicamente obesa a la persona que sobrepasa en más de un veinte por ciento el peso ideal para su edad, sexo, estatura y complexión.
Vivir juntos antes de casarse
“Los padres que vivieron juntos antes de casarse tienen el doble de probabilidades de separarse”, afirma el diario canadiense National Post. Heather Juby, coautora de un estudio realizado por Statistics Canada, explicó que los investigadores esperaban encontrar que tener un hijo fuera un símbolo del compromiso mutuo de los progenitores. “Sin embargo —señaló—, las parejas más inclinadas a cohabitar también lo están a terminar la relación.” Los investigadores descubrieron que el 25,4% de las parejas que habían hecho vida conyugal antes de casarse se separaron, comparadas con un 13,6% de los padres que esperaron hasta el matrimonio. “La relación de las parejas que primero viven juntas es más inestable—afirma Juby—, debido a que quienes estuvieron dispuestos a [cohabitar] quizás valoren menos el compromiso que implica el matrimonio.”