¿Se desvanece la esperanza de lograr la paz?

“Hoy tenemos la sensación de vivir [...] en el centro de un tornado, de una catástrofe de las que hacen época.” (La Repubblica, diario de Roma [Italia].)

TRAS los atentados terroristas que ocurrieron el año pasado en Nueva York y Washington, D.C., el número de personas preocupadas por el futuro de la humanidad es mayor que nunca antes. Las imágenes de televisión que mostraban las Torres Gemelas derrumbándose en medio de las llamas, así como la desesperación de los supervivientes, se han emitido infinidad de veces, sembrando la angustia por todo el planeta. Con tal inquietud se nos ha transmitido la idea de que el mundo atraviesa un umbral histórico. ¿Será verdad?

Los sucesos del 11 de septiembre de 2001 desembocaron en una guerra. Naciones que se habían tratado con hostilidad se aliaron enseguida para reprimir el terrorismo. Aunque el total de muertos y de daños materiales es muy alto, el cambio más significativo para muchos ciudadanos de todo el globo ha sido la pérdida del sentido de la seguridad, reemplazado por la convicción cada vez más común de que nadie está a salvo en ningún lugar.

Los líderes mundiales afrontan enormes dificultades. Los periodistas y comentaristas se preguntan cómo evitar que el terrorismo avance como un fuego incontenible, ya que lo avivan la pobreza y el fanatismo, males para los que ningún hombre parece poseer la solución. La injusticia está tan generalizada en la sociedad actual, que no falta ni uno solo de los ingredientes necesarios para una situación explosiva. Gente de toda clase se pregunta si será posible eliminar algún día los males que nos afligen. ¿Terminará por fin la guerra, con el sufrimiento, muerte y desolación que acarrea?

Millones de seres humanos acuden con estas preguntas a la religión organizada, mientras que otros manifiestan una actitud más escéptica. ¿Qué hay de usted? ¿Cree que los guías espirituales tienen la respuesta a estas preguntas? ¿De verdad contribuirán sus oraciones a que se logre la paz?