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De nuestros lectores

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Terremotos Leí el reportaje de portada “Sobrevivientes de los terremotos dan su testimonio” (22 de marzo de 2002). En él citan una fuente según la cual “durante el siglo XX, la frecuencia de temblores de magnitud superior a 7,0 se mantuvo ‘más o menos constante’”. Sin embargo, la edición de 1999 del World Almanac indica un espectacular aumento en la actividad sísmica durante la década de 1990.

F. A., Italia

¡Despertad! responde: Sin tomar partido en la cuestión, en los artículos nos concretamos a señalar las afirmaciones de algunos sismólogos respecto a la frecuencia total de los terremotos en el siglo XX. El argumento era que, aun cuando alguien crea que la cantidad de sismos ha permanecido “más o menos constante”, la profecía de Jesús recogida en el capítulo 24 de Mateo se está cumpliendo en nuestra época. Lo único que él dijo fue que habría “grandes terremotos” (Lucas 21:11).

Aborto espontáneo Se me llenaron los ojos de lágrimas al ver el título “Sufrí un aborto espontáneo” (22 de marzo de 2002), pues me recordó la ocasión en que perdí a nuestro bebé antes de que naciera. Hice al instante una oración a Jehová, dándole las gracias por la información, que tanta falta me hacía, y por el consuelo que me produjo. Es muy reconfortante saber que, en el nuevo mundo de Dios, no volverá a ocurrir este tipo de pérdidas.

J. S., Estados Unidos

Mi bebé nació muerto a las treinta semanas de embarazo, y fue la peor experiencia de mi vida. El artículo ha sido de gran ayuda y consuelo, ya que además de analizar un tema que a menudo se considera tabú, ofrece consejos muy útiles.

K. W., Alemania

Yo también perdí a mi bebé antes de que naciera. Aunque actué como si nada hubiese sucedido, mi corazón no hallaba consuelo y todos los días, a solas, lloraba mucho. Quizás la pena no se disipe mientras dure este sistema, pero esa información de verdad me ayudó.

I. M., Japón

Tienen mucha razón cuando dicen que el vínculo entre madre e hijo se forma enseguida. El dolor de perder a un hijo no nacido es inimaginable. Diecinueve años después, todavía lloro mi pérdida.

C. C., Gran Bretaña

Siempre se me ha hecho difícil hablar con quienes se hallan en esa situación. Al escuchar que una hermana de nuestra congregación había perdido a su bebé, volví a leer el artículo y les escribí a ella y a los futuros abuelos para expresarles mis sinceras condolencias.

D. R., Alemania

El artículo fue la respuesta a mis oraciones. Gracias por estar al tanto del sufrimiento y el trauma que conlleva un aborto espontáneo. Al leer el artículo, sentí como si Jehová mismo me rodeara con sus brazos y me confortara.

C. P., Estados Unidos

Mamá perdió a un bebé entre mi hermana menor y yo. Sin duda, su dolor fue enorme. En cuanto leí el recuadro “Cómo pueden ayudar los amigos y familiares”, le escribí una carta.

M. Y., Japón

¿Cuántos continentes hay? En la página 25 de su revista del 8 de febrero de 2002 se dice lo siguiente: “De los cinco bloques continentales del mundo, [...] [Australia es] el más pequeño”. Siempre pensé que eran siete continentes.

L. U., Canadá

¡Despertad! responde: En realidad, en el mundo hispanohablante, la división tradicional de la Tierra es de cinco continentes: Europa, Asia, África, América y Oceanía. Sin embargo, la cifra puede variar debido a los criterios que se adopten y la cultura a la que se pertenezca. Por ejemplo, hay quienes consideran que Europa y Asia forman un solo continente (Eurasia), mientras que otros dividen el continente americano en dos: América del Norte y Sudamérica. Aun otros consideran que la Antártida es un continente.