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Espectacular descubrimiento sobre el ojo

Espectacular descubrimiento sobre el ojo

Espectacular descubrimiento sobre el ojo

DESDE hace muchos años, los científicos saben que los ojos de los mamíferos contienen ciertas neuronas que responden a la luz y regulan los ritmos circadianos, es decir, el reloj interno del organismo. Por largo tiempo supusieron que la función de detectar la luz la realizaban unas células de la retina llamadas bastoncillos y conos. Sin embargo, como indica la revista Science, un equipo de investigadores descubrió en 1999 que “los ratones mutantes que carecen por completo de bastoncillos y conos [y por tanto son funcionalmente ciegos] aún poseen relojes sensibles a la luz”. Este hecho los llevó a concluir que “tenía que haber en el ojo otras células fotorreceptoras”.

Por fin se han hallado los fotorreceptores que se resistían a ser descubiertos. Aunque se encuentran entremezclados con los bastoncillos y conos que forman las imágenes, constituyen “un circuito visual aparte, que actúa en paralelo con el sistema de formación de imágenes”, explica Science. Las funciones recién descubiertas de este circuito incluyen, entre otras, el control del tamaño de la pupila y de la liberación de melatonina, así como la sincronización del reloj interno del cuerpo con el ciclo de luz y oscuridad. Hasta es posible que influyan en los cambios de humor.

Cabe señalar que estos fotorreceptores no responden a breves destellos —si lo hicieran, confundirían al reloj interno—, sino solo a cambios más prolongados en los niveles de luminancia. Un científico calificó el hallazgo de “espectacular” y agregó que “hasta la fecha es el mayor avance en el campo de los elementos fotorreceptores de los mamíferos”.

Es obvio que cuanto más aprendemos acerca de la vida, más pruebas vemos de un diseño sutil, pero también sumamente ingenioso. Tales conocimientos llevan a muchos a hacerse eco de esta alabanza bíblica al Creador: “Te elogiaré porque de manera que inspira temor estoy maravillosamente hecho. Tus obras son maravillosas, como muy bien percibe mi alma” (Salmo 139:14).