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De nuestros lectores

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La globalización Me gustaron los artículos de portada “La globalización: ¿beneficia, o perjudica?” (22 de mayo de 2002). He asistido a varias conferencias sobre la materia, y me han parecido tendenciosas y parciales. Unos oradores la defienden mencionando sus ventajas, mientras que otros la critican sin aportar ninguna alternativa. Sin embargo, como señalaron sus artículos, el Reino de Dios producirá una globalización que beneficiará a cada uno de nosotros. Estoy ansioso de que lleguen estos cambios tan provechosos.

E. F., Filipinas

Una vez más han escrito ustedes un excelente artículo que provocará muchos elogios. Como se recalca en la conclusión de la serie, la única solución a los problemas de la humanidad es la gobernación del Reino de Dios sobre una Tierra paradisíaca. Solo deseo expresarles mi agradecimiento por su gran labor de presentar información pertinente en los tiempos peligrosos en que vivimos.

G. B., Irlanda

Me gustaría darles las gracias por su loable labor evangelizadora. Leí la serie de portada “La globalización: ¿beneficia, o perjudica?”, y la encontré sumamente exacta. Los artículos nos abren los ojos a las limitaciones que tenemos los humanos, y nos ayudan a comprender que si no vivimos en armonía con las leyes de Jehová, nada de lo que hagamos tendrá éxito.

J. D., Bélgica

Me fascinaron los artículos de la globalización, pues estaban muy bien redactados e ilustrados. Antes de leerlos, desconocía totalmente lo que era este fenómeno, pero ahora estoy bien informado. Leer ¡Despertad! es siempre un placer.

E. K., Perú

El oído Muchas gracias por el artículo “¡Proteja su oído!” (22 de mayo de 2002). Todos los días veo los efectos del ruido, pues estoy en el primer curso de los estudios requeridos para ser especialista en audífonos. En particular, es importante crear conciencia en los jóvenes sobre el ruido al que se exponen a diario.

C. K., Alemania

Los jóvenes preguntan Me pareció sumamente informativo el artículo “Los jóvenes preguntan... ¿Cómo encontrar un buen compañero de vivienda?” (22 de mayo de 2002). No soy joven, pero hace poco mi esposo y yo nos divorciamos. Fue un golpe duro darme cuenta de que, debido al alto costo de la vida, no podría salir adelante sola. La única solución era encontrar una compañera de vivienda, pero pensaba que, debido a mi edad, eso representaría un verdadero problema. Una hermana joven recién llegada a nuestra congregación también necesitaba compañera, así que decidimos compartir la casa, lo que ha sido una auténtica bendición. Después de un tiempo nos hallamos en dificultades económicas, y otra hermana se mudó con nosotras. Tengo que admitir que solo en la organización de Jehová podrían convivir en un ambiente de paz y amor una abuela de 60 años y dos mujeres jóvenes, todas con antecedentes distintos. Nos hemos convertido en una pequeña familia que, en muchos sentidos, llena un hueco en nuestras vidas.

L. G., Estados Unidos

Observando el mundo Gracias por la noticia de “Observando el mundo” titulada “Hay que entender las enfermedades mentales” (22 de mayo de 2002). Hace dieciocho años que sufro de trastorno bipolar, a pesar de lo cual he llevado una vida productiva. He criado a tres hijos y he sido una buena esposa. También he ayudado a varias personas a obtener conocimiento de la Biblia. Cuento con el amor de mi familia y de los amigos de la congregación. Gracias por la revista ¡Despertad!, pues nos eleva a todos al mismo nivel educativo.

H. B., Sudáfrica

[Reconocimiento de la página 30]

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