Un enfoque equilibrado de la privacidad
Un enfoque equilibrado de la privacidad
“LOS OJOS DE JEHOVÁ ESTÁN EN TODO LUGAR, VIGILANDO A LOS MALOS Y A LOS BUENOS.” (PROVERBIOS 15:3.)
CASI nadie se sentiría cómodo si supiera que alguien vigila todos sus movimientos, analiza sus pensamientos más recónditos y detecta sus más íntimos deseos. Pues bien, eso es precisamente lo que, según las Escrituras, puede hacer Dios. En Hebreos 4:13, la Biblia dice: “No hay creación que no esté manifiesta a la vista de él, sino que todas las cosas están desnudas y abiertamente expuestas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta”. Pero ¿no se trata de una invasión de la privacidad? En absoluto. ¿Por qué no?
Para ilustrarlo, supongamos que mientras nadamos en la playa, percibimos la atenta mirada de un socorrista. No lo consideramos una invasión de nuestra vida privada. De hecho, su presencia nos da seguridad, pues sabemos que de surgir algún problema, él acudiría rápidamente al rescate. De igual modo, una madre está pendiente de todos los movimientos de su bebé. De no hacerlo, de seguro se la tacharía de negligente.
De forma similar, Jehová Dios vigila nuestros pensamientos y actos porque se interesa sinceramente por nuestro bienestar. Un profeta bíblico dijo: “En cuanto a Jehová, sus ojos están discurriendo por toda la tierra para mostrar su fuerza a favor de aquellos cuyo corazón es completo para con él” (2 Crónicas 16:9). Ahora bien, ¿cuántos de nuestros pensamientos y actos privados ve Jehová en realidad? Diversos episodios de la vida de Jesús, el Hijo de Dios, nos permitirán contestar a esta pregunta.
La capacidad de leer el corazón y la mente
Mientras Jesús comía en casa de un fariseo, una conocida pecadora se arrodilló a sus pies y comenzó a llorar y a secar con su cabello las lágrimas que caían sobre los pies de Cristo. El relato sigue así: “Al ver esto, el fariseo que lo había invitado dijo dentro de sí: ‘Este hombre, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca[’]”. La respuesta que Jesús dio muestra que no solo conocía el pasado de la mujer, sino también lo que el fariseo acababa de decir “dentro de sí” (Lucas 7:36-50).
En otra ocasión, Jesús se enfrentó a un grupo que se oponía a que él hiciera milagros. El relato recogido en Mateo 9:4 dice: “Jesús, conociendo los pensamientos de ellos, dijo: ‘¿Por qué piensan cosas inicuas en sus corazones?[’]”. La capacidad de Jesús para leer la mente era auténtica, no recurría a simples conjeturas audaces.
Cuando analizamos las circunstancias que rodearon la resurrección de Lázaro, llegamos a la conclusión de que hay mucho más implicado en el asunto. Lázaro, amigo íntimo de Jesús, llevaba muerto cuatro días. Sus pensamientos habían perecido, y su cuerpo ya había comenzado a descomponerse (Salmo 146:3, 4). Cuando Jesús ordenó que abrieran la tumba, Marta, la hermana de Lázaro, objetó: “Señor, ya debe oler mal”. Sin embargo, con la ayuda del poder de Dios, Jesús resucitó a Lázaro con todos los recuerdos íntimos necesarios para que su amigo volviera a ser la persona que era antes de fallecer (Juan 11:38-44; 12:1, 2).
Refiriéndose a la oración, Jesús hizo algunos comentarios que confirman la capacidad de Jehová Dios de conocer nuestros pensamientos más recónditos. Antes de enseñar a sus discípulos la oración modelo, Jesús dijo: “Dios su Padre sabe qué cosas necesitan ustedes hasta antes que se las pidan”. También les explicó: ‘Cuando oren, entren en su cuarto privado y, después de cerrar la puerta, oren a su Padre que está en lo secreto; entonces su Padre que mira en secreto se lo pagará’ (Mateo 6:6, 8).
Beneficios de saber que Dios nos vigila
¿Se restringen nuestros movimientos o se coarta nuestra libertad al saber que Dios escudriña los corazones y discierne “toda inclinación de los pensamientos”? (1 Crónicas 28:9.) Al contrario, reconocer que no se puede ocultar nada a Dios puede convertirse en una poderosa fuerza que nos incite a hacer el bien.
Elizabeth, mencionada en el primer artículo de la serie, confiesa que las cámaras de vigilancia no son la principal razón por la que es honrada en el empleo. “Saber que Jehová observa mi conducta —afirma— es lo que me motiva a ser honrada en todo aspecto, incluso cuando no estoy trabajando.”
Jim opina de forma similar. Aunque trabaja en una fábrica donde sus compañeros suelen robar a la empresa, él se niega a hacer lo mismo. “Es cierto que probablemente no me descubrirían —reconoce—, pero valoro mi relación con Dios y sé que él ve todo lo que hago.”
Saber que Dios está al tanto de nuestras acciones, junto con el deseo de tener una buena relación con él, puede motivarnos a realizar grandes cambios en la vida. Tomemos como ejemplo a Doug, quien se crió en una familia cristiana. Como nunca se tomó en serio el hecho de que Dios podía ver sus actos, comenzó a llevar una doble vida: asistía a las reuniones cristianas con su familia, pero luego consumía drogas con sus amigos. Su pasión por las motocicletas lo indujo a unirse a una banda de motociclistas muy violentos. A fin de que lo aceptaran, Doug cometió varios delitos graves.
Unos años después reanudó su estudio de la Biblia. Empezó a considerar a Jehová como alguien real que está al tanto de lo que hacen los seres humanos y comprendió que nuestras acciones influyen en Sus sentimientos. Doug se sintió impulsado a vivir en armonía con las elevadas normas morales de Dios. Aunque la banda solía propinar una paliza a quien abandonaba el grupo, Doug se presentó en una de Isaías 41:13: ‘Yo, Jehová tu Dios, tengo agarrada tu diestra, Aquel que te dice: “No tengas miedo. Yo mismo ciertamente te ayudaré”’.” Doug está convencido de que Jehová le dio la fortaleza necesaria para cambiar.
sus reuniones y, delante de todos, anunció que se iba. “Cuando me puse de pie para hablar —recuerda—, el corazón me latía con fuerza. Me sentí como Daniel en el foso de los leones, pero oré en silencio a Jehová y con calma expuse las razones por las que me marchaba. Al irme, todos menos uno me dieron la mano y me desearon éxito. Percibí la veracidad de las palabras deUn enfoque equilibrado
Es poco razonable suponer que le podemos esconder algo a Dios. La Biblia declara con franqueza: “El insensato ha dicho en su corazón: ‘No hay Jehová’” (Salmo 14:1). Como destacaron los artículos anteriores, los seres humanos han diseñado cámaras capaces de identificar un rostro en una multitud y sistemas de escucha que reconocen una voz en particular entre la de miles y miles de personas que utilizan el teléfono. No cabe duda, pues, de que el Creador del cerebro humano posee la capacidad de examinar los procesos mentales de cualquier persona siempre que lo crea conveniente.
Nuestro Creador tiene el derecho de conocer todas nuestras actividades privadas, pero los seres humanos no. El apóstol Pedro exhorta a los que desean obtener el favor divino: “Que ninguno de ustedes sufra como [...] malhechor, o como entremetido en asuntos ajenos” (1 Pedro 4:15). El apóstol Pablo también advierte contra dedicarse a “curiosearlo todo” (1 Timoteo 5:13, Martín Nieto, [1992]).
Un caso extremo de ser “entremetido” y “curiosearlo todo” lo tenemos en la creciente moda entre los ciudadanos de algunos países de espiar con equipos de grabación de audio o vídeo en miniatura. En Japón, por ejemplo, la corredora de maratón Naoko Takahashi, ganadora de una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Sydney, descubrió recientemente que una minúscula cámara oculta en su cuarto de baño la había estado filmando sin que lo supiera. Con las imágenes obtenidas se editó un vídeo del que se vendieron ilegalmente miles de copias.
También se ha generalizado el robo de identidad, fraude consistente en obtener sin autorización detalles personales mediante tecnología avanzada. Es del todo lógico, por tanto, tomar medidas a fin de proteger nuestra vida privada de cualquier intrusión. * La Biblia indica: “Sagaz es el que ha visto la calamidad y procede a ocultarse, pero los inexpertos han pasado adelante y tienen que sufrir la pena” (Proverbios 22:3).
Todos tendrán que dar cuenta de sus actos
Conforme aumenten la delincuencia, la violencia y el terrorismo, es probable que los gobiernos intensifiquen la vigilancia de la población. No obstante, dentro de poco no será necesario recurrir a las cámaras de seguridad y los micrófonos ocultos. La Biblia promete que en el futuro cercano, Jehová Dios pedirá cuentas a los seres humanos por sus acciones, tanto públicas como privadas (Job 34:21, 22).
Desde ese tiempo en adelante, la Tierra se verá libre de la violencia, el odio y el delito que por tanto tiempo han plagado a la humanidad. Tal situación será posible porque no solo conocerá Jehová íntimamente a los seres humanos, sino que todos ellos también lo conocerán íntimamente a él. Entonces se cumplirá la profecía de Isaías: “No harán ningún daño ni causarán ninguna ruina en toda mi santa montaña; porque la tierra ciertamente estará llena del conocimiento de Jehová como las aguas cubren el mismísimo mar” (Isaías 11:9).
[Nota]
^ párr. 21 Véase el recuadro “¡Cuidado!”.
[Comentario de la página 12]
RECONOCER QUE NO SE PUEDE OCULTAR NADA A DIOS PUEDE CONVERTIRSE EN UNA PODEROSA FUERZA QUE NOS INCITE A HACER EL BIEN
[Ilustración y recuadro de la página 11]
¡Cuidado!
LA PRIVACIDAD Y LAS AGENCIAS DE EMPLEO EN INTERNET. Quien busca empleo y coloca su currículo en Internet se arriesga a sufrir bastantes ataques a su intimidad. Sus datos pueden permanecer en la Red durante años e incluso utilizarse para robarle la identidad. Algunas agencias de empleo solicitan información personal de los interesados, como el nombre, la dirección, la edad y la experiencia laboral, y posteriormente la entregan a terceras personas, como por ejemplo, los anunciantes.
LA PRIVACIDAD Y LOS TELÉFONOS INALÁMBRICOS Y CELULARES. En la actualidad no existe una solución económica para garantizar la confidencialidad ni en los teléfonos inalámbricos ni en los celulares. Si usted está conversando sobre un asunto privado, sería más seguro que las dos partes utilizaran un teléfono fijo. La señal de muchos teléfonos inalámbricos puede ser interceptada por un escáner de frecuencias de radio, y en ocasiones por otros teléfonos inalámbricos o hasta por monitores de bebés. Si hace alguna compra por teléfono y da el número de la tarjeta de crédito y la fecha de caducidad, quizá haya alguien escuchando esa conversación y lo haga víctima de un fraude. *
[Nota]
^ párr. 32 Información basada en la página electrónica de Privacy Rights Clearinghouse.
[Ilustración de la página 9]
La atenta mirada de un socorrista no se considera una invasión de la privacidad
[Ilustraciones de la página 10]
Ser consciente de que Dios conoce nuestros actos impulsó a Doug a cambiar