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¡Peligro! Picadura mortal

¡Peligro! Picadura mortal

¡Peligro! Picadura mortal

DE NUESTRO CORRESPONSAL EN AUSTRALIA

ERA una espléndida mañana de verano, un día perfecto para huir del calor zambulléndose en las agradables aguas de la costa norte del estado australiano de Queensland. Pero aquella mañana, la emisora de radio de Townsville advirtió repetidas veces a los bañistas que se habían avistado en la costa las mortales medusas en forma de caja conocidas como avispas de mar.

Una pareja joven que no había escuchado el aviso se sentó en las azuladas aguas del Pacífico, cerca de la orilla, donde no habría más de medio metro de profundidad. De repente, la esposa —embarazada de treinta y cuatro semanas— comenzó a gritar y se puso de pie de un salto, mientras trataba de sacarse varios tentáculos que tenía adheridos al muslo y al vientre. Después de llevarla como pudo hasta la arena, el esposo, que también había recibido varias picaduras, salió desesperado en busca de auxilio. Cuando regresó a los pocos minutos, su mujer sufría un paro respiratorio y tenía la cara y las extremidades negras. Afortunadamente, la respiración artificial que se le practicó de inmediato y la pronta llegada de la ambulancia les salvaron la vida a ella y a su bebé, que nació a las pocas semanas.

Cientos de bañistas sufren picaduras de avispas de mar todos los años. Algunos han fallecido en menos de un minuto tras ser alcanzados por los tentáculos de esta criatura. No extraña, pues, que los veraneantes dejen desiertas las playas en cuanto se divisa este tipo de medusas, pues sus tentáculos —entre 40 y 60 en los especímenes mayores— representan un verdadero peligro.

¿Pueden tomarse precauciones?

Hay quienes prefieren no bañarse si hay medusas en las cercanías; pero para los que deciden aventurarse en el agua durante los meses cálidos, la mejor forma de evitar el doloroso encuentro es ponerse un traje de buceo que cubra todo el cuerpo.

Numerosas playas del norte de Australia cuentan con un servicio de vigilancia que atrapa con redes a la mayoría de las avispas de mar que encuentra. Además, las emisoras locales de radio emiten frecuentes advertencias. Pese a las precauciones, cuando las medusas entran en acción, siempre hay peligro. Al parecer se reproducen en ríos y arroyos con régimen de marea, pero cuando llegan a la etapa adulta, prefieren las playas.

Por fortuna, la picadura de la avispa de mar no suele ser letal. Todo depende de cuántos tentáculos toquen la piel, la dosis de veneno inoculado, la madurez del ejemplar y la edad y la salud de la víctima. Sin embargo, si no se administra tratamiento de inmediato, en menos de un minuto puede producirse un paro cardíaco que resulte fatal. La razón por la que estas medusas son tan peligrosas es que sus tentáculos cuentan con hileras de células urticantes que se disparan como dardos cuando entran en contacto con otras criaturas, medio del que se valen para capturar camarones y otras presas.

Las avispas de mar tienen entre cuatro y ocho ojos que, aunque estén orientados hacia el interior del cuerpo transparente, pueden localizar obstáculos, tales como un ser humano o un depredador. Pero esto no significa que ataquen deliberadamente a la gente. Si le da tiempo, la medusa esquiva el obstáculo, algo que logra valiéndose de su umbrela en forma de caja, que aspira y expulsa el agua como si de un fuelle se tratara.

El problema es que las personas suelen meterse corriendo en el agua o zambullirse sin dejar que la avispa de mar esquive la colisión. Cuando los tentáculos tocan la piel, se adhieren a ella de inmediato y liberan su veneno, causando un intenso dolor. Las toxinas, inoculadas mediante unas células llamadas nematocistos, se absorben rápidamente. Salir corriendo o hacer movimientos bruscos acelera la absorción del veneno. Otro problema grave es que, aunque los tentáculos se separan de la medusa, permanecen adheridos a la víctima, liberando veneno cuando esta intenta quitárselos.

¿Hay antídoto?

Pues sí, existe un antídoto que, administrado de inmediato, ha salvado muchas vidas. Durante años se creyó erróneamente que el mejor tratamiento de urgencia para detener la inoculación del veneno era aplicar alcohol desnaturalizado a los tentáculos adheridos a la víctima. No obstante, estudios recientes han revelado que esta técnica en realidad estimula la descarga de las toxinas.

Ahora se cree que el vinagre —sustancia que está al alcance de todos— es lo mejor para rociar los tentáculos, ya que inhibe los nematocistos y evita que descarguen más veneno. Por ello, en la actualidad, la mayoría de los municipios situados en zonas de peligro han distribuido botellas plásticas de vinagre en lugares estratégicos, además de colocar grandes señales que advierten del peligro de las medusas.

Así que, aunque bañarse en las templadas aguas tropicales de Australia es una experiencia agradable, y hasta tonificante, tenga mucho cuidado en la temporada de avispas de mar.

[Ilustración y recuadro de la página 27]

PRECAUCIONES BÁSICAS PARA PROTEGERSE DE LAS MEDUSAS

• Báñese únicamente en playas con vigilancia

• Póngase un traje de buceo que cubra todo el cuerpo en la temporada de avispas de mar

• Tenga a mano un botiquín con vinagre

• Si le pican, no intente quitarse los tentáculos

• Si la víctima sufre un paro cardíaco o respiratorio, practíquele de inmediato la respiración artificial

[Ilustración de la página 26]

Primer plano de los tentáculos de la avispa de mar

[Reconocimiento]

Gentileza de Surf Life Saving Queensland