Ir al contenido

Ir al índice

Logró más de lo que esperaba

Logró más de lo que esperaba

Logró más de lo que esperaba

“SABÍA que a mi profesor de Historia no le agradaban los testigos de Jehová, pero no sabía por qué”, comenta Rebekka, una adolescente alemana de 17 años. Por ello, cuando el profesor pidió voluntarios para exponer un tema ante la clase, Rebekka vaciló. Aun así, se armó de valor y pidió permiso para hablar sobre la persecución contra los testigos de Jehová bajo el régimen nazi durante la segunda guerra mundial, y al profesor le agradó la propuesta.

A los estudiantes les gustó la exposición, y aceptaron un total de 44 revistas y folletos sobre el tema. Luego, Rebekka le entregó al profesor las obras que había consultado, entre ellas varios libros y videocintas producidos por personas que no son Testigos. Uno de los vídeos —una reseña sobre los testigos de Jehová de Alemania oriental durante la Guerra Fría— llamó la atención del maestro, pues el tema era nuevo para él.

Rebekka descubrió después por qué al profesor no le caían bien los testigos de Jehová: él le contó que había tenido un compañero de escuela Testigo, pero aquel joven se expresaba poco sobre sus creencias o el modo de vivir de los Testigos. Debido a eso, el maestro llegó a la conclusión de que eran gente extraña y no quiso tener nada que ver con ellos. Pero la conferencia de Rebekka cambió su modo de pensar. “Ahora me llevo mucho mejor con mi maestro —señala—, y aprendí que los jóvenes debemos expresarnos con más libertad sobre nuestra fe.”

Pero la historia no termina ahí. El profesor les contó a sus colegas de la excelente exposición de Rebekka. Unos días más tarde, el profesor de Ética le pidió que la volviera a presentar, pero no delante de un solo grupo de alumnos, sino ante toda la escuela en una ocasión muy especial: la conmemoración anual de la liberación del campo de concentración de Auschwitz al final de la segunda guerra mundial. Había cerca de trescientos sesenta alumnos y diez maestros presentes. Al concluir, los asistentes aceptaron 50 folletos, y la administración escolar solicitó otros 150 ejemplares para distribuirlos posteriormente.

Rebekka logró mucho más de lo que esperaba. No solo dio un buen testimonio de su fe a sus compañeros de clase, sino a toda la escuela. Además, su profesor disipó sus antiguas dudas en cuanto a los Testigos.

[Ilustración de la página 14]

Heinrich Fundis fue decapitado por los nazis. Otros cientos de Testigos también fueron ejecutados

[Ilustración de la página 14]

A muchos testigos de Jehová se les ofreció su libertad a cambio de firmar este documento en el que renunciaban a su fe

[Reconocimiento]

Cortesía del Museo Estadounidense en Memoria del Holocausto

[Ilustración de la página 15]

Niños como Berthold Mewes fueron separados de sus padres

[Ilustración de la página 15]

Esta videocinta narra la valerosa historia de los testigos de Jehová de la Alemania nazi

[Ilustración de la página 15]

Un triángulo púrpura en el uniforme identificaba a los prisioneros testigos de Jehová