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¿Cómo puedo soportar una tragedia?

¿Cómo puedo soportar una tragedia?

Los jóvenes preguntan...

¿Cómo puedo soportar una tragedia?

“¿Por qué tuvieron que matar a mi madre los terroristas?”—Kevin. *

“[Antes del 11 de septiembre] me encantaban los túneles. Pero ahora, cada vez que entro en uno, me imagino que alguien vuela el túnel y me mata.”—Peter.

LA MADRE de Kevin murió en el atentado del World Trade Center (Nueva York), acaecido el 11 de septiembre de 2001. Peter no sufrió semejante pérdida, pero aun así se vio muy afectado por lo ocurrido.

Un informe señala: “Miles de niños neoyorquinos afrontan problemas psicológicos relacionados con [el atentado del] 11 de septiembre, problemas que en muchos casos seguirán padeciendo en la vida adulta”. Es preocupante el hecho de que se presentaran síntomas de trauma “con igual frecuencia en niños que no estuvieron cerca de la zona cero que en niños que presenciaron los ataques con sus propios ojos”. *

Lo mismo puede decirse de otras desgracias, tales como las causadas por los atentados suicidas en Israel o los asesinatos al azar perpetrados por francotiradores. Un especialista en los efectos psicológicos de las experiencias traumáticas dijo respecto a esta clase de tiroteos: “Aunque [los niños] vivan a 3.000 kilómetros de distancia, tales sucesos pueden incrementar [su] ansiedad”.

¿Por qué? Cuando tiene lugar una tragedia, los jóvenes se ven expuestos al aluvión de imágenes que transmiten los medios informativos. Ante sus ojos pasan una y otra vez aterradores atentados con explosivos, tiroteos en las escuelas y desastres naturales, de modo que se les hace muy difícil borrarlos de la mente. No es de extrañar que un sondeo realizado para la Junta de Educación de Nueva York revelara que “seis meses después del desplome del World Trade Center, el 76% de los 8.266 alumnos de escuelas públicas entrevistados todavía pensaba con frecuencia en los atentados terroristas”.

Vivimos en lo que la Biblia llama “tiempos terribles” (2 Timoteo 3:1-5, Nueva Versión Internacional, 1985), de ahí que surja la siguiente pregunta: ¿cómo puedes hacer frente a las adversidades? *

Por qué ocurren calamidades

Una forma de encauzar los sentimientos que te abruman es despertar tus “facultades de raciocinio claro” (2 Pedro 3:1). Procura ver los asuntos desde un punto de vista racional y espiritual. Por ejemplo, tal vez debas recordarte que muchas de las tragedias que acontecen se deben sencillamente al “tiempo y el suceso imprevisto” (Eclesiastés 9:11). Así lo manifestó Jesucristo cuando habló del derrumbe de la torre de Siloam. En aquella ocasión perecieron dieciocho personas. Sin embargo, Jesús dejó claro que su muerte no se debió al castigo divino, sino a que estaban en el lugar equivocado en el momento equivocado (Lucas 13:1-5). Meditar en este hecho puede ayudarte a ver las tragedias desde la justa perspectiva.

El que pienses con claridad también evitará que te “enfure[zcas] contra Jehová mismo” y que lo culpes de lo sucedido (Proverbios 19:3). Jehová no es en absoluto el causante de nuestras desgracias; más bien, es “el Dios de todo consuelo” (2 Corintios 1:3). Cuando ocurre algo malo, tenemos que acercarnos a él, no darle la espalda enojados. Medita en lo que dice la Biblia en Santiago 1:13: “Al estar bajo prueba, que nadie diga: ‘Dios me somete a prueba’. Porque con cosas malas Dios no puede ser sometido a prueba, ni somete a prueba él mismo a nadie”. *

Tal vez sirva para ilustrar este punto un dramático suceso que tuvo lugar hace siglos en el Oriente Medio. La Biblia cuenta que el único sobreviviente de la tragedia informó: “El mismísimo fuego de Dios cayó de los cielos, y fue ardiendo entre las ovejas y los servidores, y comiéndoselos” (Job 1:16). ¡Qué horrible! Y este hombre, aterrado, pensó que Dios era el culpable de lo sucedido, cuando en realidad no lo era. Job 1:7-12 revela que no fue Jehová quien envió el fuego, sino su adversario: Satanás el Diablo.

Claro, aquello constituyó una excepción, pues Jehová le dio permiso a Satanás para que pusiera a prueba la integridad de Job. Por lo tanto, no debes concluir que Satanás es el responsable directo de desastres naturales como las tormentas o las inundaciones. * Eso sí, la Biblia indica que “el mundo entero yace en el poder del inicuo”, de modo que puede utilizar agentes humanos para causar estragos y destrucción (1 Juan 5:19).

Aun así, no tienes por qué sentirte desamparado. Piensa en otro incidente del que habla la Biblia. El relato de 1 Samuel 22:12-23 informa que en cierta ocasión se masacró a un grupo de sacerdotes fieles junto con sus familias. No cabe duda de que Satanás contribuyó a que el inicuo rey Saúl cometiera este brutal asesinato. No obstante, el fiel David, quien posteriormente llegó a ser rey, expresó en el Salmo 52 su confianza en que Dios aniquilaría a aquellos malvados criminales (Salmo 52:5).

Al igual que David, tú también puedes estar seguro de que el Creador no tolerará indefinidamente la violencia y el homicidio, instigados por Satanás. De hecho, la Biblia promete que Dios pronto utilizará a su Hijo, Jesús, para “desbaratar las obras del Diablo” (1 Juan 3:8). Con el tiempo, no quedarán señales del daño causado por este espíritu malvado. Por medio de la resurrección, Dios puede incluso devolver a la vida a aquellas personas que han sufrido una muerte violenta, ya sea como consecuencia de un atentado terrorista o de cualquier otro suceso trágico (Hechos 24:15).

Consejos prácticos para aguantar

La esperanza bíblica de la resurrección te ayudará a no dejarte dominar por el temor. Sin embargo, también puedes dar algunos pasos prácticos. Observa, por ejemplo, el principio que se desprende de Proverbios 12:25. Únicamente recibirás una “buena palabra” de ánimo si les dices a otras personas cómo te sientes. Al hacerlo te darás cuenta de que no estás solo ante la desgracia. Por lo tanto, si te hallas angustiado, intenta hablar con tus padres o con alguien maduro de la congregación cristiana. *

He aquí otra sugerencia: no veas una y otra vez las perturbadoras y trágicas imágenes que emiten los medios de comunicación, pues luego se te hará difícil borrarlas de la mente (Salmo 119:37).

Si eres cristiano, no dejes de lado las actividades espirituales, las cuales incluyen asistir a las reuniones con tus hermanos en la fe y hablar de tus creencias a otras personas (Filipenses 3:16; Hebreos 10:23-25). Eso te ayudará a no pensar demasiado en cosas negativas. Si te aíslas, solo lograrás hacerte daño en sentido emocional y espiritual (Proverbios 18:1).

Seguir leyendo la Biblia a diario puede resultar especialmente útil cuando se está pasando por circunstancias difíciles. La madre de una muchacha llamada Loraine enfermó de cáncer y estaba a punto de morir. Nota qué ayudó a esta joven a soportar aquella terrible situación: “Leí varias veces el libro de Job. Los Salmos también me consolaron mucho. Cuando leía las reconfortantes palabras de las Escrituras, era como si Jehová me abrazara”. Su hermana Mishael recuerda: “Si un día no leía la Biblia, lo notaba: automáticamente me asaltaban pensamientos negativos. La lectura de la Biblia me proporcionaba el alimento espiritual que necesitaba para aguantar el día”.

Si has perdido a alguien —sobre todo si ese alguien era muy cercano a ti—, te consolará mucho el folleto Cuando muere un ser querido. * Lee y medita en los textos bíblicos que contiene. Medita también en la esperanza de la resurrección. Loraine cuenta: “Me imaginaba a mi madre resucitada. La oía decir: ‘He vuelto. ¿Qué hay para cenar?’. Eso me hacía sonreír”.

Por muy terrible que sea la situación por la que estés pasando, si acudes a Jehová en oración, él te dará la fortaleza que necesitas para aguantar. Loraine relata: “Me encontraba en la habitación cuando mi madre murió. Le pedí a Jehová que me diera las fuerzas para soportarlo, y al instante sentí la paz de Dios”. Sé específico en tus oraciones. Cuéntale a Jehová cómo te sientes exactamente. “Delante de él derramen ustedes su corazón”, exhortó el salmista (Salmo 62:8).

Con el paso del tiempo, es posible que aumenten las dificultades en la Tierra (2 Timoteo 3:13). Con todo, la Biblia promete: “Los malhechores mismos serán cortados [...]. Pero los mansos mismos poseerán la tierra, y verdaderamente hallarán su deleite exquisito en la abundancia de paz” (Salmo 37:9-11, 29). Aferrarte a esta esperanza te ayudará a soportar las calamidades que puedan acaecerte.

[Notas]

^ párr. 3 Se han cambiado algunos nombres.

^ párr. 6 Según algunos expertos de la salud mental, tales síntomas incluyen embotamiento afectivo, pesadillas, aislamiento social, el cese de las actividades normales y sentimientos de culpa e ira.

^ párr. 9 Aunque este artículo trata específicamente de tragedias a gran escala, los consejos que contiene son útiles para todos aquellos que hayan sufrido cualquier tipo de desgracia, como la pérdida de un ser querido.

^ párr. 12 Para mayor información sobre por qué permite Dios la maldad, puedes consultar el cap. 7 del libro Adoremos al único Dios verdadero, editado por los testigos de Jehová.

^ párr. 14 Lee “Preguntas de los lectores” de La Atalaya del 15 de junio de 1975.

^ párr. 18 Los casos extremos de ansiedad o depresión probablemente requieran asistencia médica.

^ párr. 22 Editado por los testigos de Jehová.

[Ilustración de la página 14]

Es prudente que no veas constantemente las angustiantes imágenes que emiten los medios informativos