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Decisiones que repercuten en la salud

Decisiones que repercuten en la salud

Decisiones que repercuten en la salud

COMER bien y mantenerse en forma supone a menudo un desafío. Debido a las presiones de hoy día, parece más ventajoso comer a base de alimentos precocinados que preparar platos con ingredientes frescos, y más fácil ocupar el tiempo libre enfrente del televisor o de la computadora que practicando ejercicio físico. Decidirse por estas opciones, no obstante, puede estar condenando a un creciente número de adultos y de niños a graves problemas de salud.

Según la revista Asiaweek, en el continente asiático, “las dietas ricas en grasas y el aumento de las actividades sedentarias están causando una epidemia de diabetes”. Resulta inquietante que dicha enfermedad esté afectando a miembros cada vez más jóvenes de la sociedad. En Canadá, “los investigadores descubrieron que solo 1 de cada 7 preadolescentes ingiere las cantidades necesarias de frutas y verduras, [y] que solo poco más de la mitad juega hasta el punto de sudar”, informa The Globe and Mail. Este estilo de vida vuelve a los chicos “sumamente propensos a padecer una enfermedad cardíaca antes de llegar a los 40”, afirma el artículo.

Asimismo, los expertos en el tema del sueño indican que los adultos quizá necesiten dormir unas ocho horas cada noche, y los jóvenes, todavía más. De hecho, en un estudio realizado por la Universidad de Chicago, los muchachos sanos que solo habían dormido cuatro horas durante seis noches seguidas comenzaron a dar muestras de problemas médicos normalmente relacionados con la tercera edad. Aunque son muchas las personas que sacrifican valiosas horas de sueño a causa del trabajo, los estudios o el placer, los resultados pueden ser contraproducentes. “Una cosa es funcionar —señala James Maas, investigador del sueño de la Universidad Cornell de Nueva York—, y otra muy distinta es estar alerta, ser creativo y no sufrir ataques involuntarios de sueño cuando se está conduciendo por la autopista.”

Naturalmente, existen otros factores que también repercuten en nuestro bienestar físico. Tener una actitud optimista, por ejemplo, es beneficioso para la salud. Y contar con un verdadero propósito en la vida puede motivarnos a tomar decisiones que contribuyan a mantenernos sanos.