La semilla más grande del mundo
La semilla más grande del mundo
Siglos atrás, la marea arrastró hasta los archipiélagos de las Maldivas y de Indonesia unas semillas grandísimas que despertaron la imaginación de la gente, dando origen a diversos mitos sobre su procedencia. Algunos creyeron que era la semilla de un árbol submarino y la llamaron “coco de mar” (también se la conoce como coco doble). Incluso hubo quien pensó que era el fruto prohibido del que Adán había comido en el jardín de Edén. Por fin se descubrió la verdad a mediados del siglo XVIII: la misteriosa semilla provenía de una palmera exclusiva de un grupito de islas en el océano Índico, las Seychelles.
Es en el valle de Mai, en la isla de Praslin, donde existe la mayor concentración de dichas palmeras, que alcanzan hasta 30 metros de altura y, según se calcula, viven cientos de años. Un dato interesante es que se trata de una especie dioica, es decir, que cuenta con individuos masculinos y femeninos. Para producir su fruto, un ejemplar femenino ha de ser polinizado por otro masculino, lo que exige la presencia de ejemplares maduros de ambos sexos a fin de que la especie sobreviva en estado silvestre.
El coco doble es realmente único. Suspendido en la palmera parece un enorme corazón de color verde, pero en realidad lleva en su interior una semilla doble que puede pesar hasta 20 kilos, y algunos cocos contienen más de una. Así pues, no sorprende que figure en el Libro Guinness de los récords como la semilla más grande del mundo.
Uno queda muy impresionado al contemplar desde abajo un magnífico racimo de cocos gigantes... aunque también se pone en una situación peligrosa, pues ese racimo bien puede pesar unos 180 kilos. Por sorprendente que parezca, no se ha sabido de nadie que haya muerto por la caída de un coco. Aun así, no le recomendamos venir al valle de Mai si hay tormentas fuertes. Es mejor apreciar este peculiar fruto cuando hace buen tiempo.