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Observando el mundo

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Las leyes de la física y los embotellamientos

¿Se ha preguntado por qué después de haber transitado a paso lento de pronto le es posible conducir a velocidad normal sin ver la razón de la demora? “Martirios tales como el tráfico a paso de tortuga, pese a no haber accidentes ni baches a la vista, tienen causas empíricas —señala The Wall Street Journal—. [...] Los vehículos se comportan de forma muy parecida a las moléculas de un gas.” Por ello, incluso si alguien disminuye por unos instantes la velocidad, creará “una onda de compresión” que viajará hacia atrás y hará que la circulación casi se detenga aun lejos de allí. “Se calcula que tres cuartas partes de los congestionamientos carecen de causa aparente —dice el periódico—. Aunque el problema surgió y se resolvió hace horas, perduran sus efectos.” Cambiar de ruta quizá funcione si la ciudad está relativamente vacía, pero cuando está llena y otros conductores siguen la misma táctica, “la posibilidad de que encuentre una avenida despejada es tan remota como acertar en la tienda con la fila más rápida para pagar”, afirma el rotativo, y añade: “De hecho, les va mejor a los automovilistas tranquilos que a los que buscan desesperadamente la vía más rápida”.

Rápida adicción a la nicotina

“La primera chupada podría bastar para que un chico se envicie con el cigarrillo —informa el periódico canadiense National Post—. [...] Los extraordinarios hallazgos echan por tierra la opinión dominante de que tal adicción es un proceso lento que ocurre solo al cabo de años de mucho fumar.” Un estudio efectuado durante unos seis años con 1.200 adolescentes reveló que “la adicción física es mucho más fuerte que la presión de grupo, incluso para quienes fumaron una que otra vez”, dice el rotativo. Según el estudio, “los síntomas de dependencia aparecen en muchos usuarios jóvenes entre la primera exposición a la nicotina y el inicio del hábito de fumar a diario”. Los investigadores dicen que, además de ayudar a los jóvenes a resistir la presión para que fumen, las campañas antitabaco deberían adaptarse también para que quienes ya fuman logren vencer la dependencia a la nicotina.

¿Limpieza excesiva?

Finalizar el día con una buena ducha de agua caliente es para muchos una grata costumbre. Pero “la limpieza exagerada podría estar ocasionando muchos problemas de la piel”, advierte el diario australiano The Daily Telegraph. “La gente se asea con excesiva frecuencia, por demasiado tiempo y con productos inadecuados para la piel.” La dermatóloga Megan Andrews explica: “Aunque a todos nos gusta quedar limpísimos, eso implica deterioro para la piel [...]; la persona se siente bien, pero se hace daño”. ¿Por qué? Lavarse en demasía deja la piel, “el órgano más grande del cuerpo, con carencia de aceites naturales, con su barrera protectora de microorganismos desequilibrada y con la propensión a sufrir pequeñas cuarteaduras y cicatrices”, asevera el rotativo. Asimismo señala que la llegada del invierno —caracterizado por su sequedad— “es especialmente preocupante”. La doctora Andrews recomienda no tomar más de una breve ducha diaria.

Trágicos consejos

“Hasta los años setenta, en la mayoría de los pueblos de Bangladesh y Bengala Occidental [India] se sacaba el agua de pozos poco profundos, estanques y ríos, lo que conllevaba continuos brotes de cólera, disentería y otras enfermedades transmitidas por el agua —apunta The Guardian Weekly—. Entonces la ONU aconsejó perforar pozos de tubo profundos que llegaran a los acuíferos (capas de roca porosa y permeable que retiene el agua) a fin de obtener un suministro limpio y sin agentes patógenos.” Se excavaron casi veinte millones de estos pozos en Bangladesh, Vietnam, Laos, Birmania (hoy Myanmar), Tailandia, Nepal, China, Pakistán, Camboya y Bengala Occidental (India). No obstante, muchos de ellos llegaron hasta sedimentos muy profundos que contenían arsénico. La consiguiente intoxicación alcanzó tal magnitud que la Organización Mundial de la Salud la llamó “el más grande envenenamiento masivo de toda la historia”. Unos 150 millones de habitantes beben el agua contaminada desde hace dos décadas, y tan solo en Bangladesh se registraron 15.000 envenenamientos graves con arsénico. Grupos locales, gobiernos y la ONU estudian las opciones, pero siguen sin hallar una estrategia factible para remediar la situación.

Señales de alerta del suicidio infantil

“El ochenta por ciento de los niños que intentan o logran suicidarse lo anuncian verbalmente o por escrito días o meses antes”, señala el periódico Milenio, de la ciudad de México. Las principales causas por las que han perdido el deseo de seguir viviendo son maltrato (físico, emocional o verbal), abuso sexual, desintegración familiar y problemas en la escuela. De acuerdo con José Luis Vázquez, especialista en psiquiatría del Instituto Mexicano del Seguro Social, la muerte se ha convertido en algo tan cotidiano en programas de televisión, películas, videojuegos y libros, que los pequeños se han formado una idea equivocada del valor de la vida. Añade que 15 de cada 100 niños con edades de ocho a diez años piensan en el suicidio, y que de ellos, el 5% logra consumarlo. El periódico recomienda prestar atención cuando el menor hable de quitarse la vida, en vez de pensar que solo trata de chantajear o de llamar la atención. Y añade: “Los padres deben convivir y jugar con sus hijos, nunca perder la comunicación y siempre demostrarles su amor”.

La ira es mala para la salud

Según Valentina D’Urso, profesora de Psicología de la Universidad de Padua (Italia), “la ira es un fenómeno que, aunque cada vez es más común en nuestra sociedad, ocasiona efectos negativos en el organismo”. Tensa los músculos, acelera la palpitación y la respiración, y somete al cuerpo a un estado de tensión. También dificulta la capacidad de razonar y limita el control que tenemos sobre nuestros actos. “Hay que acostumbrarse a prever las situaciones de riesgo [...]. Sin perder la serenidad, diga inmediatamente: ‘No estoy de acuerdo’, y vivirá mucho mejor”, aconseja D’Urso.

Médicos con estrés

La Asociación Médica Canadiense entrevistó en fecha reciente a 2.251 facultativos del país y “descubrió que el 45,7% atravesaban una etapa avanzada de agotamiento nervioso, caracterizado por fatiga emocional, negativismo y sentimientos de ineficiencia en el trabajo”, dice el rotativo The Vancouver Sun. Según el doctor Paul Farnan, coordinador del Programa de Apoyo al Médico, de Columbia Británica, algunos factores que contribuyen al estrés de muchos médicos son las dificultades para encontrar sustituto cuando quieren tomar vacaciones, los turnos de guardia agotadores y las avalanchas de papeleo. Por ello recomienda al profesional tenso que procure equilibrar su vida dedicándole tiempo a la familia y participando en actividades que le aporten satisfacción emocional y espiritual.